El 10% de las mujeres ucranianas están en el ejército y el 75% forman parte de la población desplazada

Natallia Vladimirova -más conocida como Natasha-, su hija de cuatro años, y su suegra, son parte del incesante -y creciente- flujo de ucranianos quienes huyen del conflicto bélico que golpea brutalmente a su país de origen -en particular a las mujeres y a las niñas-.

Lo hacen en procura de la paz, la seguridad, las oportunidades arrebatadas, hace más de un mes, cuando el presidente de la limítrofe Rusia, Vladimir Putin, lanzó, el 24 de febrero, la invasión que, sin justificación alguna, mantiene en Ucrania.

Los migrantes forzados se han convertido en migrantes forzados -quienes, al inicio de abril, eran algo más de cuatro millones, de la población total apenas superior a 41 millones- se desplazan, principalmente, a países europeos -en particular a los limítrofes Eslovaquia, Hungría, Moldova, Polonia-, además de Estados Unidos, y, en menor medida, naciones latinoamericanas.

Integrante del obligado contingente migratorio, Natasha -una contadora, auditora, y docente universitaria, además de fotógrafa- optó por salir rumbo a Portugal, según indicó en declaraciones que Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas- difundió el 1 de abril, en su sitio en Internet.

Junto con su hija y su suegra, llegó, el 14 de marzo, a Lisboa -la capital nacional-, en un vuelo humanitario gubernamental portugués, dijo, para agregar que no obstante el hecho de que no tenían contacto alguno en la ciudad, fueron recibidas por una familia local. Poco después, se instalaron en un céntrico apartamento.

Luego de abandonar su casa y pasar, sucesivamente, por varias ciudades en Ucrania, las tres salieron rumbo a Rumania, para, de allí, dirigirse a Portugal, señaló.

Al relatar, a Noticias ONU, cómo el conflicto armado las golpeó, Natasha expresó preocupación por el hecho de que su hija, Alessandra -apodada Sasha-, conoce qué implica una guerra.

“Cuando estábamos en una de esas ciudades, tuvimos que refugiarnos en las plantas subterráneas, y escuchábamos las sirenas”, narró la profesional.

“Mi hija decía: ‘Mamá: qué hago cuando escucho eso?’. Una mujer le contestó: ‘debes taparte las orejas y abrir la boca’”, indicó.

“Después, en cada ciudad, cuando mi hija oía las sirenas, me decía: ‘mamá, ya sé lo que tengo que hacer’. Y creo que esa información no la debería manejar una niña de cuatro años”, agregó, reflexionando.

Pero, no obstante su edad, “mi hija sabe lo que es la guerra, sabe que hubo tiroteos”, planteó Natasha.

“Cuando mi suegra llama a su marido, (Sasha) le pregunta por qué nuestro abuelo no está aquí. Pregunta: ‘Por qué? Por qué hay muchos soldados y podrían dispararle? Debería estar aquí, porque allá es peligroso”, continuó relatando.

“Así que, sí, ella sabe lo que es la guerra, sabe que es terrible”, agregó resignada, la profesora.

Natasha dijo que se mantiene actualizada sobre la dramática situación en su país de origen, mediante la información que obtiene de cadenas informativas de televisión, lo mismo que en las dos videollamadas que, diariamente, establece, con su esposo y con su suegro.

Ambos, permanecen en Ucrania -donde la resistencia antirrusa se mantiene activa, lo mismo la militar que la popular-.

Al respecto, reveló que su prioridad actual es reunirse con su pareja, algo de lo que no está segura que ocurra.

“Ahora, mi mayor temor es que yo (…) no pueda volver a encontrarme con mi esposo”, planteó.

Ucrania con rostro de mujer

Ucrania ocupa quinto lugar en cantidad de población en Europa (después de Alemania, Italia, Inglaterra y Francia) y el 21er lugar en el mundo por la cantidad de habitantes. Se observa una mayoría de habitantes del sexo femenino -26.016.000 mujeres (53.7%) y 22.441.000 hombres (46.3%).

“Antes de la guerra -qué aterrador y todavía inusual es decirlo-, una vez escribí que hay 2 millones más de mujeres que hombres en Ucrania”, señaló.

Es un dato meramente estadístico, pero “ahora está adquiriendo un significado completamente nuevo, porque significa que nuestra oposición actual también tiene un rostro particularmente femenino”, expresó.

“Mi admiración y reverencia a ustedes, increíbles compatriotas!”, escribió, al dirigirse a las ucranianas.

“Las que combaten en las filas de las Fuerzas Armadas, y las que se alistan en la defensa. Las que sanan, salvan, alimentan (…) las que continúan realizando su trabajo habitual en farmacias, tiendas, transporte, servicios públicos”, detalló, a manera de ejemplo.

“Las que llevan a los niños a los albergues todos los días sin pánico y los entretienen con juegos y dibujos animados para salvar la mente de los niños de la guerra, las que dan a luz en refugios antiaéreos”, continuó precisando.

“La Primeras Damas están preguntándome en estos días cómo pueden ayudar a Ucrania”, planteó, además, en alusión a sus colegas.

“Mi respuesta es: díganle, al mundo, la verdad!”, escribió, de inmediato.

“Hablen! Lo que está ocurriendo en Ucrania no es un “operación militar especial”, como dice Putin, sino una guerra en gran escala, donde el agresor es la Federación Rusa”, denunció.

Foto de Nati en Pexels