Naciones Unidas y Costa Rica presentaron un sistema estadístico para registrar los nacimientos en niñas y adolescentes que ocurren en el país centroamericano, e informaron que la incidencia nacional de esos casos muestra una tendencia a la baja.

Se trata del “Sistema de información estadística sobre nacimientos en niñas y adolescentes en Costa Rica”, lanzado, el 10 de julio en San José, la capital nacional, por la representación local del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el costarricense Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El lanzamiento coincidió con la conmemoración del Día Mundial de la Población (DMP), instituido, el 11 de julio de 1989, por el PNUD, fecha que, este año, se refiere a “Proteger la salud y los derechos de las mujeres y las niñas, incluso durante COVID-19”, en alusión a la presente pandemia mundial de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19) -que también afecta a Costa Rica-.

El sistema, en línea, “toma datos de las Estadísticas Vitales del INEC y del Censo 2011 y que permite dar seguimiento, desde el año 2000 a la actualidad, al número de nacimientos que se dan en Costa Rica, con énfasis en niñas y adolescentes”, explicó, en un comunicado, la agencia especializada de Naciones Unidas.

“Los datos se desagregan por provincia y cantón (municipio) y se dan a conocer datos específicos sobre las niñas y adolescentes madres, como escolaridad, ocupación e incluso las características de los padres como edad y nacionalidad, entre otros”, precisó.

De acuerdo con las cifras incluidas en la información inicial del sistema -actualizadas a 2019-, “desde el 2000 los nacimientos en niñas de 14 años y menos se han reducido del 0.8% (611) al 0.4% (264)”, además de que, “en el 2000 se dieron 15.999 nacimientos en adolescentes de 15 a 19 años, 20,5% del total. En 2019, se redujeron a 7776, es decir el 12.1%. Alrededor de 21 nacimientos al día en el 2019”.

Asimismo, “mientras que en el año 2000 se registraron aproximadamente 12 nacimientos en niñas de 14 años o menos cada semana, para el año 2019 esta cifra disminuyó a cinco por semana”.

Los datos indican que, el año pasado, un 29 por ciento de las niñas madres en el grupo etario de 14 años o menos no había completado la enseñanza primaria o no había recibido educación formal, además de que alrededor de 30 por ciento se dedicaba a oficios domésticos, en lugar de estudiar.

El PNUD hizo, además, referencia al hecho de que, de acuerdo con diversos cálculos y con versiones periodísticas mundiales, la violencia de género se ha disparado en numerosos países, principalmente en el marco del aislamiento social -la necesaria medida que la mayoría de los gobiernos está implementando para trata de contener la propagación del nuevo coronavirus, causante de la Covid-19-.

Al respecto, la directora ejecutiva del PNUD, la médica panameña Natalia Kanem, citada en el comunicado, dijo que, al conmemorar el DMP, “queremos llamar la atención a las vulnerabilidades y las necesidades de las mujeres y las niñas durante la crisis de la COVID-19”.

Igualmente, “a la razón por la cual resulta imprescindible proteger la salud y los derechos sexuales y reproductivos y poner fin a la pandemia paralela de la violencia de género, especialmente en estos tiempos difíciles”, agregó, en un mensaje por el DMP.

“La atención de la salud sexual y reproductiva es un derecho y, tal como sucede con los embarazos y los partos, los derechos humanos no se detienen durante las pandemias”, aseguró.

Durante su participación en el lanzamiento del sistema, la representante auxiliar del UNFPA en Costa Rica, la costarricense Paula Antezana, planteó que el nuevo instrumento apunta, entre otros objetivos a apoyar, con información, a los procesos nacionales de formulación de políticas dirigidas a prevenir esos embarazos.

Antezana señaló que, no obstante la realidad nacional que refleja la tendencia a la baja en los casos de embarazos en niñas y adolescentes, se requiere mayor esfuerzo, principalmente en el marco de la presente emergencia sanitaria.

“El objetivo es brindar evidencia para la formulación de políticas públicas y proyectos dirigidos a la prevención y a la atención del embarazo en la niñez y la adolescencia, y la protección de los derechos de esta población”, indicó.

Pero, “si bien nuestro país ha realizado avances en la reducción del embarazo en niñas y adolescentes, aún quedan muchas tareas pendientes, en particular en el contexto de la pandemia, que hace más evidente las desigualdades que persisten en el país”, advirtió.

En ese sentido, la vicepresidenta costarricense, Epsy Campbell, formuló un llamado a aplicar lo que describió como “tolerancia cero” a esos embarazos.

“Debemos construir un país donde las niñas sean niñas, y no se les obligue ser mamás, donde las adolescentes se dediquen a estudiar y no a criar hijos”, expresó.

“Nos corresponde, también, plantear tolerancia cero a los embarazos infantiles y adolescentes, porque representan la máxima violación de todos los derechos humanos”, agregó.

Por su parte, la gerenta del INEC, Floribel Méndez, explicó que el sistema “es una herramienta novedosa y muy amigable, que facilita el análisis de las estadísticas de nacimientos que se producen” en ese instituto.

El instrumento “amplía las posibilidades de acceso, uso, análisis, e interpretación, al mostrar los datos organizados por ejes temáticos específicos y en forma desagregada”, puntualizó.

Asimismo, “evidencia realidades que, bajo el enfoque de derechos, y con la ruta que marca el compromiso del país en la Agenda 2030, es un insumo para la construcción de soluciones conjuntas orientadas a alcanzar el desarrollo sostenible sin dejar a nadie atrás”, planteó.

Méndez aludió así a la agenda que, aprobada de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, contiene los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), 17 metas establecidas para cumplirse, a más tardar, para 2030.

El quinto de los ODS aborda, específicamente, el tema de la igualdad de género.

Denominado “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, ese objetivo propone, en el tercero de sus nueve propósitos enumerados en la agenda, “eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina”, mientras el sexto apunta a “Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos”.

En referencia al nuevo sistema, Méndez aseguró que “esta iniciativa de UNFPA beneficiará a la población usuaria, por tratarse de una poderosa herramienta de información para la sociedad”.