Tres agencias especializadas de Naciones Unidas plantearon la necesidad de equilibrar la participación de mujeres y hombres en el campo digital

Lo mismo aplica a impulsar mayor acceso de la población femenina mundial al área de la ciencia y la tecnología, así como erradicar la agresión machista en el ciberespacio.

Los planteamientos están contenidos en el informe que la Conferencia Económica para américa Latina y el Caribe (Cepal), la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), dieron a conocer, el 8 de marzo.

Se trata del extenso análisis titulado “La igualdad de género y la autonomía de las mujeres y las niñas en la era digital: aportes de la educación y la transformación digital en América Latina y el Caribe”.

El documento fue elaborado para ser presentado en la 67 sesión ordinaria que la Comisión de la Condición Jurídica de la Mujer (Commission on the Status of Women, CSW) de Naciones Unidas lleva a cabo, del 6 al 17 de este mes, en la sede de Naciones Unidas, en la nororiental ciudad estadounidense de Nueva York.

La agenda centra sus múltiples puntos, en el enunciado de “Innovación y cambio tecnológico: educación en la era digital. Progreso hacia la igualdad de género”, de acuerdo con lo informado, en su sitio en Internet, por ONU Mujeres.

Los temas de debate, se desarrollan en dos líneas principales, según los datos oficiales.

Por un lado, se trata de “innovación y cambio tecnológico, y educación en la era digital, para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas”.

Complementariamente, la comisión -que fue creada el 21 de junio de 1946, y depende del Consejo Económico y Social de las naciones Unidas, está abordando lo referido a “desafíos y oportunidades para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas rurales”.

Al informar, el 8 de marzo, en su sitio en Internet, sobre la presentación del informe, la Cepal indicó, en un comunicado, que, en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, la proporción de mujeres graduadas de carreras CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas) no supera el 40%”.

“En América Latina y el Caribe, el aprovechamiento de los beneficios de internet es desigual”, denunció, en el texto difundido al conmemorarse la fecha internacional, cuyo lema, este año, fue “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”.

“Se estima que 244 millones de sus habitantes no acceden a estos servicios”, precisó, para agregar que “las diferencias en la conectividad entre zonas urbanas y rurales resultan especialmente alarmantes: mientras que el 68% de los hogares urbanos de la región estaban conectados a internet en 2018, solo un 23% de los hogares de zonas rurales tenían acceso”.

Las mujeres experimentan condiciones más precarias cuando acceden a internet”, agregó, citando el informe.

Se estima que 4 de cada 10 mujeres en la región no están conectadas y/o no pueden costear una conectividad efectiva, entendida como acceso a Internet, disponibilidad de dispositivos y habilidades básicas para su utilización”, siguió denunciando.

El costo del servicio de banda ancha móvil y fija para la población del primer quintil de ingresos en la región llega en promedio al 14% y el 12% de su ingreso, respectivamente, lo cual explica que un alto porcentaje de esa población de bajos ingresos no tenga acceso a internet”, señaló, a continuación.

Dado que en la región las mujeres están sobrerrepresentadas en los hogares de menores ingresos, de allí resulta que existan más mujeres en hogares no conectados”, planteó la Cepal.

Citado en el texto informativo, el secretario ejecutivo de la Cepal, el costarricense José Manuel Salazar-Xirinachs, dijo que, “este 8 de marzo, hacemos un doble llamado”.

Llamamos, por una parte, a reducir la brecha digital de género y garantizar la plena participación de las mujeres en el desarrollo y conocimiento tecnológico y, por otra, a transitar hacia la sociedad del cuidado, un estilo de desarrollo que ponga la igualdad y la sostenibilidad de la vida en el centro y que no deje a ninguna persona atrás”, precisó.

Las mujeres, en la región, han logrado importantes avances en materia educativa, llegando, incluso, a superar en 6.1 puntos porcentuales, a los hombres, en la tasa de conclusión de la educación secundaria alta, señaló.

Sin embargo, estos logros esconden patrones desiguales de género por disciplinas, los que se profundizan a medida que se avanza en la escolaridad básica, y se agudizan en la educación superior”, denunció.

En el quinto de los cinco capítulos contenidos en el informe de 57 páginas, las agencias internacionales autoras señalaron, en la sección de “Recomendaciones y Conclusiones”, que “América Latina y Caribe necesita avanzar urgentemente hacia una transformación productiva con sostenibilidad e igualdad”.

Si bien las tecnologías digitales presentan un escenario de oportunidades y desafíos para el desarrollo económico y social, es clave que su diseño, desarrollo y apropiación impulsen procesos de construcción de igualdad entre hombres y mujeres en toda su diversidad”, plantearon, a continuación.

Ello, procurando evitar “que éstas profundicen las desigualdades preexistentes en la sociedad, enfocándose en la erosión de los nudos estructurales de la desigualdad de género que condicionan su participación igualitaria en los distintos ámbitos en la era digital”, puntualizaron.

Al participar, el 6 de marzo, en la sesión inaugural de la CSW, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, la jordana Sima Bahous, denunció que la población femenina mundial -lo mismo adultas que menores de edad- es la principal víctima de una nueva manifestación de vulnerabilidad socioeconómica: la pobreza digital.

Ese crítico fenómeno socioeconómico, ensancha y profundiza la brecha entre mujeres y hombres en ese campo, impidiendo que sea posible lograr la igualdad de género, así como el acceso, de ese sector poblacional mundial, a lo que describió como la revolución digital.

“La brecha digital puede limitar el acceso, de las mujeres, a información vital, a los servicios de transferencia de dinero a través del teléfono móvil, o a los servicios públicos en línea”, planteó, a manera de ejemplo.

Al respecto, advirtió que “esto influye, fundamentalmente, en que una mujer complete su educación, posea su propia cuenta bancaria, tome decisiones informadas sobre su cuerpo, alimente a su familia, o consiga un empleo productivo”.

Foto: Vlada Karpovich