El Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) formuló un llamado a desafiar las prácticas que impiden la igualdad de género.

Se trata de prácticas nocivas -entre las cuales figuran los matrimonios de niñas y la mutilación genital-, que es necesario erradicar de los ámbitos familiar, institucional, y social, planteó el Unfpa, en el informe Estado de la Población Mundial 2020, que dio a conocer el 6 de julio.

“Las soluciones para detener las prácticas nocivas difieren entre países”, y, “en general, deben englobar la prevención, la protección y el cuidado”, señaló el Unfpa, en el documento de 160 páginas, que tituló: “Contra mi voluntad: desafiar las prácticas que perjudican a las mujeres y niñas e impiden la igualdad”.

“Deben alinearse plenamente con el logro de la igualdad de género y los derechos de las mujeres, tanto a nivel de las familias como en las instituciones y las sociedad en conjunto”, agregó.

“Asimismo, deben refrendarse como pasos esenciales -y merecedores de inversión-hacia un mundo más pacífico y justo para todas las personas”, precisó.

A manera de ejemplo, señaló que, en 57 países a nivel global, apenas 55 por ciento de las mujeres casadas o en unión libre, en el grupo etario de 15 a 49 años, tiene el poder de tomar decisiones en situaciones tales como las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos, y el acceso a servicios de salud reproductiva.

También indicó -citando datos del Foro Económico Mundial, para este año- que “se tardará un promedio de casi 100 años en paliar la disparidad general entre los géneros a escala mundial”, y agregó que, en cuanto a la participación femenina en la economía, “la cifra aumenta espectacularmente: 257 años”.

“Las soluciones deben tener por objetivo, sobre todo, erradicar las prácticas nocivas, sin dejar atrás ningún país o comunidad”, algo que “requiere un esfuerzo a escala mundial, ya que estas prácticas son malintencionadas y con frecuencia se producen fuera del alcance
de las leyes, así como los datos que permiten dar seguimiento a su propagación”, advirtió.

En tal contexto, es necesario lograr una acción a escala universal que permita, efectivamente, la implementación los numerosos acuerdos internacionales vigentes en materia de derechos humanos.

“Solo así podrán mantenerse las promesas formalizadas”, entre otros instrumentos, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), puntualizó.

Contenidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los ODS consisten en 17 objetivos establecidos para cumplirse, a más tardar, para 2030.

El quinto de los ODS se refiere, específicamente, a “Igualdad de Género”, y apunta a poner fin a todas las formas de discriminación contra las mujeres y las niñas, señalando, entre otros planteamientos, que ello no solamente constituye un derecho humano básico sino que es crucial para el desarrollo sostenible en general.

“Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”, según lo indicado en ese punto.

De acuerdo con lo señalado por el Unfpa, en su más reciente informe, “en general, el telón de fondo de la discriminación de género es el aumento de lkas desigualdades y la agudización de la exclusión en todo el planeta”.

Presentes en todas las sociedades a nivel mundial, y consolidadas “como resultado de los modelos económicos vigentes”, las disparidades “alimentan las divisiones y tensiones sociales”, precisó la agencia especializada de Naciones Unidas.

Por otra parte, “las prácticas nocivas tienden a ir de la mano del deterioro de factores tales como las diferencias económicas y los conflictos, además del aumento de las crisis relacionadas con el cambio climático”, agregó.

Al advertir que las políticas nacionales de austeridad económica pueden resultar, entre otros factores socialmente adversos, en recortes de gastos público, por ejemplo, en materia de servicios de salud, señaló que entre los sectores poblacionales más afectados figuran las mujeres de escasos recursos.

En ese sentido, advirtió que, para 2021, alrededor de 5,800 millones de personas, a nivel mundial, serán parte de la población asentada en países que habrán impuesto planes de austeridad, población que incluirá a 2,900 millones de mujeres y niñas -lo que equivaldrá a casi tres cuartas partes de la población femenina universal.

En cuanto a lo que describió como “Acciones para un mundo libre de daño”, el Unfpa advirtió que, de no lograrse un avance considerable en materia de igualdad de género, “el progreso en la eliminación de las prácticas nocivas seguirá siendo igual, lo cual supone un riesgo par millones de mujeres y niñas”.

Entre otros cambios en la tradicional visión social del papel femenino, “es necesario que las mujeres ocupen más puestos de poder, a fin de hacer justicia y para establecer nuevas agendas de transformación centradas en su igualdad y sus derechos”, planteó.

Igualmente, “los gobiernos también podrían plantearse realizar evaluaciones sistemáticasb sistemáticas con perspectiva de género de con perspectiva de género de las leyes, así como (de) las políticas sociales y económicas ue promueven la infravaloración de niñas y mujeres”, propuso.

El Unfpa también recomendó la movilización de hombvres y niños en la lucha contras lñas prácticas nocivas, por tratarse de los “beneficiarios previstos” de las mismas, y pueden actuar desde posiciones públicas influyentes -como atletas, dirigentes políticos, líderes religiosos- o como jefes de familia.

“Hay que reconocer que cada vez son más visibles en su opsición a las prácticasa nocivas”, con lo cual “ejeren como pioneros y contribuyen a moviklizar a otros niños y hombres”, agregó.

“Los grupos de hombres en algunos países ofrecenoportunidades a aquellos que de lo contrario nunca discutirían este tipo de cuestiones para que hablen de forma más abierta sobre ellas, aprendan más sobre los derechos re´productivos y sexuales, y comeincen a cuestionar y modificar comportamientos como el uso de la violencia pada ejercer el poder”, señaló.

Respecto a la violencia de género, en declaraciones que formuló el mes pasado, la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas, la nigeriana-británica Amina Mohammed, lanzó severas críticas contra los agresores.

“Los hombres y los niños que cometen actos de violencia contra las mujeres o las niñas no son hombres”, expresó, para agregar que “son débiles, son una vergüenza, son la definición de manual de un cobarde”.

Por otra parte, “los que hacen la vista gorda u oídos sordos, al afirmar que este es un asunto privado, sepan que son cómplices de la violencia”, planteó, como advertencia, en las declaraciones reproducidas por ONU Noticias, la agencia informativa de la organización mundial.

“Estas actitudes propician que millones de mujeres y niñas se enfrenten, a diario, al peligro manifiesto y real que representa la amenaza de la violencia -en el hogar, en la escuela, en línea-“, reflexionó, además.

De modo que, “hombres y niños: les estoy hablando”, dijo, dirigiéndose, severamente, a ese sector de la población mundial, y señaló que “ustedes son los responsables de esta situación”.

Y, a manera de exhortación, manifestó: “asuman su responsabilidad. Hablen. Apoyen a las mujeres y a las niñas”.