Las mujeres son un acelerador en lo esfuerzos por salir de la crisis socioeconómica generada por la pandemia mundial del nuevo coronavirus, pero, por prejuicios de género, no se las considera aptas para recibir créditos.
Tampoco son escuchadas, ni están en el centro de las medidas macroeconómicas necesarias para superar la crisis sanitaria, agregó, al formular la denuncia, la directora Regional para las Américas y el Caribe de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la uruguaya María Noel Vaeza.
La población femenina no está en actitud de dependencia sino que procura apoyo, aseguró Vaeza, en declaraciones a la agencia informativa española Efe.
Las emprendedoras requieren fondos de inicio, para dar impulso a sus proyectos -en medida considerable, severamente golpeados por la pandemia del virus causante de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19)-, indicó, además.
“Lo que les falta, a las mujeres, es oportunidad (…) lo que más nos piden, las mujeres, es capital semilla, no quieren donaciones, quieren capital semilla, porque esto les permite a ellas producir y vender más”, acotó.
La representante de ONU Mujeres considera que la población femenina constituye un activo componente esencial de los esfuerzos nacionales por superar la emergencia global, por lo que es necesario valorarlas en ese sentido, sin prejuicios de género.
“Somos un acelerador para salir de la crisis, pero, para eso, necesitamos voluntad política, que nos escuchen, que la medidas macro económicas que se tomen pongan a la mujer en el centro”, expresó.
“Lo que más le pido a los Gobiernos es voluntad política, voluntad política de dedicarse, de escuchar a las mujeres -porque, a las mujeres, nunca se les escucha-”, expresó.
En ese sentido, Vaeza informó sobre la reciente realización, en El Salvador, de un foro de inclusión financiera, promovido por la representación de ONU Mujeres en el país centroamericano.
Se trató del encuentro “Hacia un enfoque analítico de la inclusión financiera. Herramienta crucial para la reactivación económica en condición de igualdad de género”, llevado a cabo del 1 al 3 de este mes.
Realizado en formato virtual -a causa de la pandemia-, el foro reunió a autoridades de los sectores bancario, empresarial, y gubernamental salvadoreños, representantes de diversas agencias especializadas de Naciones Unidas -además de ONU Mujeres-, y otras organizaciones internacionales, así como funcionarios del Banco Centroamericano de Integración Económica (Bcie).
Vaeza explicó que el objetivo central del cónclave fue el de “proveer un espacio de reflexión para futuras innovaciones que se conviertan en oportunidades para mejorar el ecosistema financiero, para que sea mucho más igualitario y tenga como centro las inversiones con enfoque de género”.
La idea consistió en enfocar la atención de las entidades participantes, en la población femenina, indicó.
Fue un esfuerzo por “relevar la importancia de incluir a las mujeres en su visión financiera, hacerlas visibles en los servicios financieros, porque, hoy por hoy, es muy bajo el porcentaje de mujeres que tienen cuentas bancarias y que tienen acceso a finanzas”, precisó.
En tal sentido, destacó la necesidad de hacer converger al gobierno y al empresariado salvadoreños, a las entidades crediticias internacionales, y a las emprendedoras y otras mujeres quienes requieren crédito.
Esto, como una manera de evitar que la población femenina siga emigrando, de El Salvador, lo mismo que de Guatemala y de Honduras -que son, junto con el primero, integrantes del Triángulo Norte de Centroamérica-, señaló.
“Lograr llevar, al desarrollo territorial, este bienestar que tanto necesitan estas mujeres, es particularmente para que no se vayan”, dijo.
Es necesario que “se queden en sus países y no resulten ser migrantes que, en el camino van a sufrir muchísimo, y que, luego, nadie les asegura un éxito en el lugar donde quieran ir”, reflexionó.
Vaeza precisó que, “estructuralmente, existe una desigualdad que tiene su raíz en los sesgos inconscientes y en la discriminación en ese imaginario que tiene la gente -que una mujer no es rentable para darle un crédito o permitirle abrir una cuenta-“.
A manera de ejemplo, informó que, en el caso salvadoreño, “sólo entre el 24 % y el 29 % de las mujeres, que son casi el 53 % de la población, tiene una cuenta en una institución financiera”, proporción que calificó de “porcentaje muy bajo”.
La experta manifestó que similar contexto registran Guatemala y Honduras.
Las mujeres, “como sujetos de crédito, pueden ser sumamente exitosas, pero no se les está considerando”, denunció.
Esto responde a prejuicios enraizados en sociedades patriarcales, como las del trío de naciones centroamericanas, según lo manifestado por la jerarca regional de ONU Mujeres.
“La realidad sigue siendo que hay disparidades enormes, porque, para abrir una cuenta en un banco, a la mujer le exigen mucho más (documentos e información) que al hombre”, puntualizó.
Ello, sin perjuicio de la conducta de mayor responsabilidad en materia de obligaciones evidenciada en las deudoras, planteó.
La evidencia en ese sentido “muestra que los servicios financieros para las mujeres son muy rentables, para las empresas financieras”, dijo.
“Además, la moral de pago de las mujeres es excelente: quiere decir que las mujeres son mucho más responsables a la hora de saldar sus deudas”, explicó, para subrayar la necesidad de “superar las barreras psicológicas en virtud de la discriminación y de los sesgos negativos que se han tenido con las mujeres”.
En opinión de Vaeza, “es un buen negocio, la igualdad de género”.
“Ojalá que se vea así, y que el ecosistema financiero abra las puertas, las mentes, y saque esos sesgos inconscientes, para que masivamente le dé, a la mujer el capital que necesita para desarrollarse”, expresó.