La violencia doméstica afecta el desempeño laboral, particularmente en la actual generalización del teletrabajo como una medida para tratar de impedir la propagación de la mundial pandemia de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), advirtió la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres).

La agresión contra las mujeres, en el ámbito de su hogar, al que están confinadas en el contexto del aislamiento social -medida implementada en la mayoría de los países afectados por la emergencia sanitaria-, se ha disparado, algo que los empleadores consideran, en tendencia creciente, que incide en la gestión de las trabajadoras, señaló la agencia especializada de la organización mundial, en una guía que emitió para las personas encargadas de las áreas laborales de recursos humanos.

“Hoy, mientras las ciudades están en confinamiento como respuesta a la crisis de la COVID-19, la violencia doméstica va en aumento”, señaló ONU Mujeres, en el documento que tituló “CINCO CONSIDERACIONES ESENCIALES PARA LAS ÁREAS DE RECURSOS HUMANOS. Una herramienta de apoyo a personal que experimenta violencia doméstica en el lugar de trabajo y mientras trabajan desde casa
durante la COVID-19”.

Se trata de una guía de cinco puntos respectivamente referidos a “Crear políticas efectivas para abordar la violencia doméstica en el lugar de trabajo”, “Capacitar a todo el personal para sensibilizar y brindar herramientas”, “Facilitar apoyo a las sobrevivientes que denuncien casos”, “Mantener actualizadas las líneas de ayuda”, y “Adoptar una perspectiva relativa a la violencia doméstica con un enfoque en las sobrevivientes”.

A manera de énfasis en la importancia de que los empleadores apoyen a las integrantes del personal que dirigen quienes son víctimas de ese fenómeno, una de las más fuertes manifestaciones de la práctica machista de agresión de género, ONU Mujeres citó, en el texto, a la experta estadounidense Stephanie Angelo, integrante de la Society for Human Resource Management (Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos, SGRH).

Según Angelo, frecuentemente, numerosos patronos afirman que “aquí, no pasa nada, yo no lo veo”, ante lo cual la experta sostiene que, “no importa que lo veas o no: está sucediendo en las vidas de tus empleadas”, y advierte que, “si esperas a que algo suceda,
será demasiado tarde”, por ,o que insta a que “seamos proactivos/as: prevengamos”, indicó ONU Mujeres.

“Con el paso del tiempo, ha surgido una creciente aceptación entre las y los empleadores de que la violencia doméstica es un problema que atañe al lugar de trabajo, tal y como lo demuestra su inclusión en el Convenio 190 de la OIT adoptado en 2019”, precisó la entidad internacional.

ONU Mujeres aludió así al Convenio sobre la violencia y el acoso, 2019 (C190), adoptado el 10 de junio de 2019, por la OIT, en la reunión de su Consejo de Administración realizada en la ciudad suiza de Ginebra, encuentro que conocido con el centenario de la creación de la entidad.

El documento de 20 artículos contenidos en ocho capítulos indica, entre otros conceptos, que la violencia doméstica puede afectar, negativamente, la productividad laboral, así como la salud y la seguridad de las trabajadoras.

También señala que los empleadores y las organizaciones sindicales pueden aportar a apoyar a las víctimas, mediante el reconocimiento de que el fenómeno existe, la respuesta al mismo, y la atención a las agredidas.

Entre sus numerosos puntos introductorios, el C190 plantea que “todos los seres humanos, sin distinción de raza, credo o sexo, tienen derecho a perseguir su bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades”, y señala “el derecho de toda persona a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género”.

En ese sentido, indica que “la violencia y el acoso en el mundo del trabajo pueden constituir una violación o un abuso de los derechos humanos”, y que “son una amenaza para la igualdad de oportunidades”, además de ser #inaceptables e incompatibles con el trabajo decente”.

Y, específicamente, determina que “la violencia y el acoso por razón de género afectan de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas”.

Al respecto agrega, a continuación, que “la adopción de un enfoque inclusivo e integrado que tenga en cuenta las consideraciones de género y aborde las causas subyacentes y los factores de riesgo, entre ellos los estereotipos de género, las formas múltiples e interseccionales de discriminación y el abuso de las relaciones de poder por razón de género, es indispensable para acabar con la violencia y el acoso en el mundo del trabajo”.

También puntualmente, advierte que “la violencia doméstica puede afectar al empleo, la productividad así como la seguridad y salud”, además de que “los gobiernos, las organizaciones de empleadores y de trabajadores y las instituciones del mercado de trabajo pueden contribuir, como parte de otras medidas, a reconocer, afrontar y abordar el impacto de la violencia doméstica”.

Y, en el sétimo de los nueve puntos de su décimo artículo, recomienda “reconocer los efectos de la violencia doméstica y, en la medida en que sea razonable y factible, mitigar su impacto en el mundo del trabajo”.

Coincidentemente con el organismo laboral internacional, ONU Mujeres se refirió, en la guía que emitió el mes pasado, entre otros temas, a la necesidad de abordar, desde el ángulo laboral, la violencia contra las mujeres, con enfoque específico en el contexto generado por la pandemia.

“Los lugares de trabajo necesitan enfoques específicos para abordar la violencia doméstica a medida que el trabajo desde casa se torna cada vez más común”, por lo que propuso que “lo ideal sería tomar acciones por medio de puntos focales que brinden asesoría y apoyo a las sobrevivientes de la violencia doméstica de una manera adecuada”.

De modo que “es necesario establecer protocolos, políticas y prácticas para garantizar la seguridad y el bienestar de las sobrevivientes”.

En ese marco, ONU Mujeres y la OIT promueven la adopción, en los centros laborales, de una series de prácticas y políticas para el abordaje del fenómeno, indicó.

Entre otras sugerencias, figuran la de “establecer medidas de seguridad y protección específicas en el lugar de trabajo para el manejo de la violencia doméstica, tales como las estrategias de seguridad frente al acoso o el hostigamiento en el lugar de trabajo, el acoso telefónico y por correo electrónico”.

Asimismo, y puntualmente, “capacitar al personal de las áreas de oficina, seguridad, salud y atención telefónica, así como al resto de las y los colegas para identificar señales de alerta de violencia doméstica y facilitar su referencia a las instancias especializadas”.

Además, “intervenir tan pronto como sea posible antes de que la violencia se intensifique y las víctimas sientan que la única opción para resolver la situación sea renunciar a su trabajo”, y “ofrecer flexibilidad -remunerada o no- para ausentarse, o bien, un horario de trabajo flexible que permita a las víctimas buscar protección, acudir a audiencias en los juzgados o procurar una vivienda segura para sus hijas e hijos”.

Respecto a la pandemia, de acuerdo con los más recientes datos de la estadounidense Universidad Johns Hopkins -actualizados diariamente-, el total de casos de Covid-19, a nivel mundial, era, al 8 de este mes, algo superior a 12 millones.

Estados Unidos sigue encabezando la lista global, con algo más de tres millones de casos, seguido por Brasil -el país latinoamericano más golpeado por la pandemia-, con un total apenas superior a 1.7 millones, e India, en tercer lugar, con 742,417.

A nivel Latinoamericano, Brasil es inmediatamente seguido por Perú, con 312,911, y Chile (303,083).

En el contexto específico centroamericano, Panamá se ubica en primer lugar, con 41,251 casos, seguido por Honduras (25,428), Guatemala (25,411), El Salvador (8,566), Costa Rica (5,836), Nicaragua (2,846), Belice (30).