Las parteras cumplen, a nivel mundial, una amplia labor social, que trasciende el trabajo asistencial clave que desarrollan, con mujeres y niñas, principalmente en países de escaso desarrollo, no obstante lo cual el número de estas trabajadoras de salud es considerablemente inferior al necesario, informó el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
El total de matronas -como la organización mundial las califica, en español- es, actualmente, de casi dos millones, necesitándose, por lo menos, otras 900 mil, aseguró el Unfpa, en un comunicado en el que citó un informe que la agencia especializada de Naciones Unidas dio a conocer, el 4 de mayo, sobre el tema.
La escasez se ha agudizado a causa de la pandemia global de la Enfermedad Coronavirus 2019 (Coronavirus Disease 2019, Covid-19), de acuerdo con lo planteado en el documento de 80 páginas, con el título “El Estado de las Matronas en el Mundo 2021” (“The State of the World’s Midwifery 2021”, SoWMy), indicó.
“El mundo enfrenta una escasez de unas 900.000 parteras”, señaló el Unfpa, en el comunicado.
“La crisis de la COVID-19 no ha hecho más que exacerbar estos problemas, al haber eclipsado las necesidades de salud de las mujeres y los recién nacidos debido a la respuesta a la pandemia y el despliegue de parteras en otras áreas de servicios sanitarios”, agregó.
Al indicar que “es hora de dar prioridad a las necesidades y capacidades de las mujeres”, precisó que “la fuerza laboral de partería mundial asciende ahora a 1,9 millones, aproximadamente dos tercios de lo que se necesita, según el informe”.
“La desigualdad de género es uno de los factores que impulsan la enorme escasez de parteras”, aseguró, para denunciar, a continuación, que “la falta crónica de inversión en partería pone de relieve cómo las necesidades de las mujeres y las aptitudes de una fuerza de trabajo principalmente femenina suelen ser descuidadas por los responsables de la ejecución política y los sistemas de salud”.
“Los resultados de tal descuido son a menudo trágicos, y adoptan la forma de mala salud, muerte materna y neonatal, lesiones o mortinatalidad (partos de bebés sin vida)”, precisó, además de informar que “el pleno apoyo a la partería podría evitar el 67 % de las muertes maternas, el 64 % de las muertes de recién nacidos y el 65 % de los mortinatos”.
Si se contara con ese apoyo, se “salvaría aproximadamente 4,3 millones de vidas al año, según un análisis realizado como parte del informe”, puntualizó, a continuación.
Citada en el comunicado, la presidenta de la Confederación Internacional de Matronas (CIM), Franka Cadée, planteó la necesidad de que la incidencia sanitaria y social de las parteras sea oficialmente reconocida en los países.
“Es hora de que los gobiernos reconozcan la evidencia relacionada con el impacto vital y de promoción de la vida que aporta la atención dirigida por parteras”, expresó.
Por su parte, y coincidentemente, la Directora Ejecutiva del Unfpa, la médica panameña Natalia Kanem, explicó el alcance del trabajo que cumplen estas trabajadoras de la salud.
“Una partera capaz y bien capacitada, puede tener un enorme impacto sobre las mujeres en edad fértil y sus familias”, dijo Kanem, también citada en el comunicado.
Se trata de “un impacto que, a menudo, se transmite de una generación a la siguiente”, señaló.
En ese sentido, y al describir a “las parteras como defensoras de las mujeres”, el Unfpa aclaró que esas trabajadoras “no sólo ayudan a traer al mundo a los bebés” sino que, “además, ofrecen una amplia gama de servicios de salud sexual y reproductiva, así como atención prenatal, posparto y neonatal”.
“También pueden servir como poderosas defensoras de una atención respetuosa, y de los derechos de las mujeres”, aseguró.
La agencia especializada también hizo referencia a los obstáculos que, por ser mujeres, encuentran en el desempeño de su labor.
“Las parteras enfrentan una persistente discriminación de género que les impide alcanzar autonomía profesional y desempeñar roles de liderazgo”, denunció, la agencia.
“También deben soportar disparidades de género en lo relativo a la mejora de los salarios y el desarrollo profesional, lo cual afecta su permanencia en el trabajo”, precisó.
A ello se suma, ahora, el golpe socioeconómico mundial de la emergencia sanitaria, planteó.
“La pandemia de COVID-19 ha reducido significativamente la fuerza laboral de las parteras”, advirtió el Unfpa.
“En muchos lugares las parteras informan que no han recibido suficiente equipo de protección personal”, indicó, a manera de ejemplo.
“Sin embargo, el personal de partería ha seguido trayendo bebés al mundo y prestando cuidados a pesar de las tensiones del sistema de salud y los riesgos para su salud personal”, aclaró.
Al respecto, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el médico etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, aseguró que “debemos aprender las lecciones que nos enseña la pandemia”.
Ello debe traducirse en “la ejecución de políticas, y la realización de inversiones, que proporcionen mejor apoyo y protección a las parteras, así como a otras y otros trabajadores de la salud”, reflexionó.
De acuerdo con los datos incluidos en el informe del Unfpa, es necesario que los estados inviertan en las parteras.
“Las matronas que cuentan con toda la educación y regulación necesarias para ejercer, están integradas en equipos interdisciplinares que las apoyan y desempeñan su actividad en un entorno propicio pueden prestar cerca del 90% de las intervenciones esenciales de SSRMNA (salud sexual, reproductiva, materna, neonatal y del adolescente) a lo largo del ciclo vital, si bien representan menos del 10% del personal de SSRMNA a escala mundial”, señaló el Fondo.
En ese sentido, se cuenta con “evidencia que demuestra que la inversión en las matronas facilita que una mujer viva el parto de manera positiva, se presten servicios de aborto integrales eficaces y seguros, se mejoren los resultados en materia de salud, se aumente la disponibilidad de la mano de obra, se favorezca el crecimiento inclusivo y equitativo, y se promueva la estabilización económica”, informó.
“Además, puede repercutir favorablemente desde el ángulo macroeconómico”, aseguró, a continuación.
Por otra parte, la pandemia “ha puesto de manifiesto la importancia de invertir en la atención primaria de la salud”, indicó.
Esto, ya que “las matronas son proveedoras esenciales de atención primaria de la salud y desempeñan un papel fundamental en este ámbito, así como en otros niveles del sistema sanitario”, sumado al hecho de que, “además de dispensar atención materna, llevan a cabo intervenciones de salud sexual y reproductiva muy diversas”.
“Asimismo, contribuyen al logro de objetivos más generales de salud, como, por ejemplo, la realización de los derechos sexuales y reproductivos, la promoción de intervenciones de autocuidado, y el empoderamiento de las mujeres y las adolescentes”, planteó el Unfpa, en el informe de 80 páginas.
La agencia señaló que, por lo tanto, la inversión en apoyo de estas especialistas es urgente, y debe centrarse en los que definió como cuatro ámbitos.
En materia de “Planificación, gestión y entorno laboral del personal sanitario”, debe apuntar a “optimizar la autonomía y el ámbito de práctica de las matronas”, además de establecer “un entorno laboral propicio, sin estigmatización, violencia y discriminación por razón de género”.
En lo que tiene que ver con “Educación y formación de alta calidad”, es necesario contar con “educadores e instructores competentes, distribuidos equitativamente”, así como con “instituciones de educación y formación dotadas de los recursos necesarios”.
En el rubro “Mejoras dirigidas por las matronas en la prestación de servicios”, el enfoque tiene que centrarse en “modelos de atención dirigidos por las matronas”, y en establecer la “ampliación de las funciones de las matronas”.
En el cuarto ámbito, referido a “Liderazgo y gobernabilidad de la partería”, sugirió que la inversión apunte a superar brechas de género, al generar acceso, a “puestos superiores, para las matronas, en el plano gubernamental, la investigación y la educación”.