Las niñas en la desértica región norafricana de Sahel son las principales víctimas de la violenta crisis que hace más de una década afecta a países del área, lo que agudiza prácticas sociales machistas como el matrimonio infantil y la explotación sexual
La dramática situación, estallada en 2011, en la forma de enfrentamientos armados internos, se agudizó más recientemente a causa de la agudización de la sequía y la consecuente masificación del hambre, principalmente en el sector de Sahel Central
-Burkina Faso, Mali, Niger-.
La organización no gubernamental Plan Internacional -con sede central en España-, expuso la situación, en su reciente informe sobre el tema –“Decisiones imposibles, Voces ignoradas”-, análisis en el cual denunció que, en tal contexto, se agudizan los riesgos que enfrenta, particularmente, la población femenina menor de edad.
Al informar, el 14 de julio, en su sitio en Internet, sobre el estudio, Plan Internacional explicó que, “iniciada en 2011 y acrecentada en los últimos años por la sequía y el hambre, la crisis en el Sahel central de África (…) ha impactado de lleno en las niñas, enfrentadas a situaciones de peligros extremos que comprometen su vida y su futuro”.
Ese cuadro de situación socioeconómica y de derechos humanos estalló, hace 12 años, “cuando la violencia se extendió por la región y se vio exacerbada por las tensiones entre comunidades, los desplazamientos de población, el aumento de los precios mundiales de los alimentos y la crisis climática”, agregó la ONG fundada, en 1937, en España, en el marco de la guerra civil (1936-1937) -que dio lugar a la brutal dictadura (1939-1975) encabezada por el general Francisco Franco (1892-1975)-.
“Desesperadas, las niñas y sus familias adoptan decisiones que acaban condenándolas a la separación familiar, al cuidado de sus hermanos, al abandono escolar, al matrimonio infantil, a la explotación sexual y al trabajo infantil”, denunció.
“Las niñas son casadas por la dote, para reducir el número de bocas que alimentar en el hogar, o como medio para proteger a las niñas de embarazos fuera del matrimonio y la violencia”, precisó, además.
A manera de ejemplo, la oenegé informó que, “según los últimos datos disponibles, Mali tiene una de las tasas de matrimonio infantil más altas del mundo, con el 54% de las niñas obligadas a casarse antes de los 18 y el 16% antes de cumplir 15 años”.
También señaló que, “en Malí y (la limítrofe) Burkina Faso la aplicación de la ley y el poder judicial han sido ineficaces, y la mayoría de los casos de violación no se denuncian o se tratan de manera informal”.
Conflicto, sequía y hambre
La organización advirtió, por otra parte, que “el estrés adicional del conflicto, el hambre y la sequía agravan estos factores y aumentan el riesgo general de violencia de género”.
La sequía es un fenómeno que golpea, desde la segunda mitad del siglo 20, a los países del Sahel, con algunos casos extremos, como el de Mauritania -nación fronteriza con Mali-, en la costa noroccidental africana, cuyo territorio se desertificó masivamente a causa de la ausencia de lluvia, durante años.
En ese sentido, la entidad de cobertura mundial informó que, “en 2021, Mali experimentó la falta de lluvias más grave de los últimos cinco años”.
También reveló que, “a principios de 2023, se registraron unos 2.78 millones de desplazados internos en la región”, además de que, “en 2021, el 78% de las personas refugiadas y solicitantes de asilo de la región eran mujeres y niños”.
Citada en la nota informativa de Plan Internacional, la directora general de la organización, la española Concha López, denunció que “las niñas en el Sahel viven en una situación de inseguridad, y grave riesgo de violencia, en sus hogares, escuelas y comunidades”.
La oenegé también incluyó testimonios de menores afectadas, quienes habitan la central comunidad rural maliense de Gourma-Rharous.
“Las niñas en Gourma-Rharous, Malí, dicen que, debido al conflicto armado, tienen miedo de salir de sus hogares para comprar y vender alimentos, recoger leña o visitar a sus padres en pueblos cercanos”, explicó.
La oenegé hizo, así, referencia a la acción que el guerrillero Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (Mouvement National de Libération de l’Azawad, Mnla) mantiene activa, desde el 16 de enero de 2012, para lograr la independencia -o mayor autonomía- de la norteña zona maliense de Azawad.
De acuerdo con los datos revelados por Plan Internacional, “en Malí y Burkina Faso, el 45% y el 34% de las niñas, respectivamente, dijeron que trabajan para ganar dinero pero que la crisis ha reducido su capacidad para comerciar y ganar”.
Sumado a ello, “tareas vitales del hogar, como recolectar agua y leña, a menudo recaen en las niñas y las mujeres, pero debido al conflicto, la destrucción de bombas de agua y la sequía, ahora a menudo deben caminar mucho más”, señaló.
“Como resultado, están en mayor riesgo de violencia, incluida la perpetrada por grupos armados”, precisó.
También citada en la nota informativa, una niña burkinabe no identificada, quien es parte de la población desplazada, dentro del país, por el conflicto armado, explicó el dramático cuadro de situación.
“Las violaciones, van en aumento, porque estamos abandonadas a nuestra suerte, y no hay nadie que nos ayude”, denunció, para agregar que “niñas desplazadas, como yo, somos las más afectadas”, además de relatar que “estamos siendo violadas, golpeadas, y heridas”.
Foto: Omotayo Tajudeen