“No he visto en toda mi vida una serie que denigre más a las mujeres y que las ´cosifique´ de una manera tan humillante”. 

2017. Siglo XXI. Tengo muy poco tiempo para ver televisión, sin embargo me tomé la molestia -porque fue molestia- de ver “El señor de los cielos”, una serie mexicana que relata la vida de un narcotraficante.

Aurelio Casillas, interpretado por un guapo y varonil actor, no sólo es el capo de algún cartel, sino que es asesino, misógino, mentiroso, seductor y analfabeta.  Se rodea de muchas mujeres hermosas y tontas que se postran a sus pies y que cuando se cansa de ellas, las mata o las desecha como basura.

En algunos momentos me sentía como cuando en mi infancia veía películas del lejano oeste, donde se mataban sin mayores consecuencias. Eso no me molestó tanto como lo siguiente: no he visto en toda mi vida una serie que denigre más a las mujeres y que las “cosifique” de una manera tan humillante.  Nunca me imaginé que a esta altura de la vida, cuando nuestros “millenials” se sorprenden de que sigamos hablando de discriminación de género, se invierta dinero en producir semejante insulto.

Miles de mujeres valientes se echaron al hombro la tarea de abrir camino para que todo nos fuera más fácil.  Hemos creado leyes, hemos luchado por espacios políticos, hemos ventilado nuestros dolores y ardores por la discriminación, juramos proteger a nuestras niñas del abuso y del uso y en menos de una hora de ese programa, nos violan, nos matan, nos desechan, nos quitan a nuestros hijos. Somos alcahuetas y cómplices. Somos putas y mártires.

Me indigna, pero me duele más que este país, donde nos jactamos de tanta felicidad, paz, democracia, educación y muchos otros “trapitos de dominguear”, sigamos permitiendo que televisoras nacionales proyecten un ultraje a la reivindicación del 50% de la población del mundo.

Pero ojo: también denigra a los hombres poniéndolos como básicos y trogloditas.  Como seres inertes, incapaces de controlar sus instintos sexuales. El dinero y el sexo son el “leitmotiv” de esta serie. Pero la saña contra la dignidad femenina, es sospechosa.

Quisiera creer que estos programas van a desaparecer.  Que las televisoras tomen conciencia de que se debe parar la violencia contra las mujeres. Que estas producciones sólo ayudan a que se agranden las brechas entre géneros.  Que estas quimeras no suman a la búsqueda de la equidad.  Que esto fomenta la disparidad y la discriminación. Que todos los esfuerzos que seguimos haciendo para que nuestras niñas finalmente crean en ellas y salgan adelante, no los tiremos por la borda.

No nos hace falta “El señor de los cielos”…