La nueva Ley de Bioética, de reciente aprobación por el parlamento de Francia, protege los derechos reproductivos de las solteras lo mismo que de las parejas de mujeres, al garantizarles acceso a la procreación médicamente asistida (PMA).
Ese método era accesible, hasta ahora, solamente para las parejas heterosexuales que lo requiriesen, pero, tras un complejo y agitado debate, lo mismo parlamentario que social, que se extendió durante aproximadamente un año, el Congreso francés -Sénat (Senado, también conocido como Cámara Alta) y la Assemblée Nationale (Asamblea Nacional, o Cámara Baja)- dio aprobación a la controversial iniciativa.
El debate enfrentó a la comunidad sexualmente diversa francesa y a la derecha del país, en el segundo caso, específicamente al movimiento ultraderechista La Manif Pour Tous (La Manif -manifestación- Para Todos), que fue fundado, en 2012, como vanguardia opositora a la legalización del matrimonio igualitario.
Esa legislación, impulsada por el entonces presidente (2012-2017), el socialista François Hollande, iniciativa que, al igual que en el caso actual, fue objeto de masivas y numerosas manifestaciones llevadas a cabo lo mismo por detractores que por simpatizantes.
Entre otros componentes, esa legislación permite, a las parejas de igual sexo, la adopción de niños, un punto a favor del cual se pronunció la mayoría de la población francesa.
Francia se convirtió así, el 23 de abril de ese año, en el decimocuarto país, a nivel mundial, que aprueba el matrimonio igualitario.
Ahora, el país europeo cuenta, además, desde la madrugada del 1 de agosto, con legislación que equipara los derechos reproductivos de las mujeres solteras y las parejas de lesbianas con los de las parejas heterosexuales.
La Manif Pour Tous cuestionó, además de la aprobación, el hecho de que el proyecto de ley fue aprobado durante la noche, y, según afirmó, “en la mayor discreción”.
Durante el extenso y complicado debate senatorial de la Ley de Bioética, el proyecto recibió, solamente en febrero de este año, más de dos mil modificaciones.
El punto que más polarización generó -y sigue generando- fue el referido a la reproducción asistida.
Parlamentario opositores llegaron a plantear que, al ampliar la cobertura de la PMA más allá de las parejas heterosexuales, la ley crea “hijos sin padre”.
También afirmaron que se trata de un paso en dirección a la legalización de la gestación subrogada -conocida como de “vientre de alquiler”-, procedimiento actualmente prohibido en el país europeo.
Asimismo, se opusieron al componente de la nueva ley que asegura que los gastos que genere, a quienes lo utilicen, el procedimiento de la PMA, serán reembolsados por el sistema francés de seguridad social.
Este beneficio, que regía para las parejas heterosexuales, será aplicado a todas las mujeres -en pareja o solteras- quienes utilicen esa modalidad reproductiva.
En un mensaje que difundió en la red social Twitter, el presidente francés, el centrista Emmanuel Macron -quien incluyó la iniciativa entre sus compromisos de campaña electoral-, señaló que el texto aprobado es equilibrado.
“Saludo el compromiso de los parlamentarios, de los miembros del gobierno y del Comité consultivo nacional de ética”, porque “ellos han permitido la adopción de un texto equilibrado”, tuiteó el mandatario.
Al presentar junto con otras autoridades gubernamentales, al parlamento, el proyecto de ley, en julio del año pasado, la ministra de Salud, Agnès Buzyn, indicó que la iniciativa respondió a una expectativa de la población.
“Este derecho es un pedido de la sociedad, y vamos a asegurarnos de que la gente pueda optar por esta vía”, expresó, entonces, a medios de comunicación.
Respecto a la ampliación del acceso a la PMA, para mujeres solteras y parejas lesbianas, Buzyn subrayó: “los modelos de familia han cambiado”.