Esta obra del maestro y coreógrafo cubano Pedro Baró Borroto describe a través de nueve escenas, la vida y obra de la escritora costarricense Yolanda Oreamuno.
El Teatro Nacional de Costa Rica del Ministerio de Cultura y Juventud presenta en Teatro al Mediodía a la Compañía Andanza, el espectáculo “Fragmentos de una vida” dirigido por Lorenlaine Varela Lizano, el próximo martes 21 de junio a las 12:10 p. m.
Esta obra del maestro y coreógrafo cubano Pedro Baró Borroto describe a través de nueve escenas, la vida y obra de la escritora costarricense Yolanda Oreamuno.
De forma atemporal, la coreografía recorre los periodos más simbólicos en la vida de la escritora, como lo fueron sus años en el Colegio Superior de Señoritas, sus dos matrimonios y su estadía y muerte en México. De igual forma, la pieza coreográfica hace alusión, a través del movimiento, a textos como “La lagartija de la panza blanca”, “La ruta de su evasión”, “Vela urbana” e “Insomnio”.
Las bailarines que participaran en el espectáculo son Samantha Lara P, María José Giralt Z, Catalina Camareno V, Krista Desanti R., Valeria Ramírez A, Fiorella Artavia M., Rebeca Calvo R., Nicole Leiva C., Kimberly Ramírez S., Tiffany Ruiz C., Fabián Gómez F, Luis Diego Gamboa R, Sebastián Brenes R, José Camareno V y Sebastián Zúñiga A.
La entrada general para disfrutar de este espectáculo tiene un precio de ¢3 000,00 y ¢1 500,00 para Estudiantes y Ciudadanos de Oro con carné. Este descuento solo aplica en la Boletería del Teatro.
Adquiera las entradas en la Boletería del Teatro Nacional, en la dirección
Biografía Yolanda Oreamuno
Cursó la educación secundaria en el Colegio Superior de Señoritas, donde se graduó como Perito Contable; además, hizo estudios en Mecanografía y Secretariado.
Sus cuarenta años de vida parecen claramente divididos en dos periodos: hasta los 20, fue una joven hermosa y de talento, que gana popularidad en sociedad; los otros 20, fueron años marcados por la tragedia, la soledad y la enfermedad.
Después de terminados sus estudios, trabajó en el edificio Correos y Telégrafos, donde estaba ubicada la antigua Secretaría de Hacienda. «Su juventud la pasa en medio de amistades, en paseos, deportes y su gusto por actividades culturales muy íntimas, pero de gran nivel. Su carácter y belleza la convierten en una de las jóvenes costarricenses más admiradas durante este periodo».
A los 20 años de edad, en 1936, publicó su primer cuento La lagartija de la panza blanca, y también Para Revenar, no para Max Jiménez.
En Chile escribe los relatos La mareas vuelven de noche y Don Junvencio, que quedarían en manos de Hernán Max y que no sería publicadas hasta 1971. En 1936 regresa a Costa Rica.
1937 literariamente, fue uno de sus años más prolíficos: sus obras aparecen en Repertorio Americano, revista que publica Joaquín García Monge, quien se convertirá en su maestro, editor y amigo. Entre los cuentos que vieron la luz entonces figura 40º sobre cero, 18 de setiembre, Misa de ocho, Vela urbana, El espíritu de mi tierra, Insomnio y El negro, sentido de la alegría.
Su primera novela, Por tierra firme, la comenzó a escribir en 1938 y en 1940 la envió a un concurso en el que compartió el primer premio con otros dos escritores. Descontenta con esta decisión, se negó a enviar el manuscrito para su publicación en Nueva York y finalmente el texto de la obra se perdió.
Viaja a México, después se traslada a vivir en Guatemala, donde adquiere la nacionalidad. Más adelante, en 1949, gravemente enferma, permaneció cuatro meses en un hospital de Washington. Posteriormente, se retira a México y en casa de la poeta costarricense Eunice Odio muere en 1956.
Como señala la Editorial Costa Rica en la página dedicada a la autora, Yolanda Oreamundo es «personalidad clave en la novelística femenina costarricense, la primera escritora que expone y se rebela contra la situación de la mujer en la sociedad de nuestro país, en la primera mitad del siglo XX».
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