La educación y la capacitación pueden desempeñar un papel significativo a la hora de cambiar estereotipos nocivos y discriminatorios por motivo de género que promueven o toleran la violencia contra mujeres y niñas
A pesar de los logros alcanzados, unos 250 millones de niños y jóvenes permanecen sin escolarizar, según el Instituto de Estadística de la UNESCO: de los cuales 122 millones son niñas y 128 millones, niños. Y las mujeres siguen representando casi dos tercios de los 763 millones de adultos que carecen de conocimientos básicos de lectura y escritura. La pobreza, el aislamiento geográfico, la pertenencia a una minoría, la discapacidad, los matrimonios y embarazos precoces, la violencia de género y las actitudes tradicionales relacionadas con la condición y el papel que desempeñan las mujeres y los hombres, son algunos de los muchos obstáculos que impiden a los niños y a los jóvenes ejercer su derecho a participar en la educación, completarla y beneficiarse de ella.
¿Por qué la igualdad de género es una prioridad?
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, la educación está indisolublemente ligada a su mandato de liderar la Agenda de Educación 2030, que reconoce que la igualdad de género requiere un enfoque que “garantice no solo que las niñas y los niños, las mujeres y los hombres obtengan acceso a los distintos niveles de enseñanza y los cursen con éxito, sino que adquieran las mismas competencias en la educación y mediante ella”.
Esta organización cree en el poder transformador de la educación para crear un mundo más justo, próspero e inclusivo para todos nosotros. La educación transformadora del género libera el potencial de los educandos en toda su diversidad, contribuye a erradicar las normas, actitudes y prácticas sociales de género nefastas, y transforma las instituciones para lograr sociedades justas, igualitarias e inclusivas. La educación de las niñas y las mujeres también tiene el poder de salvar vidas, estimulando los efectos multiplicadores que reducen la pobreza, la mortalidad materna e infantil y el matrimonio precoz.
Por lo anterior, se debe decididamente trabajar en el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible u Objetivos Globales, ODS, específicamente el objetivo 4, de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
Metas ODS 4
Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces.
Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria.
Para 2030, asegurar el acceso en condiciones de igualdad para todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria.
Para 2030, eliminar las disparidades de género en la educación y garantizar el acceso en condiciones de igualdad de las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad, a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional.
Para 2030, garantizar que todos los jóvenes y al menos una proporción sustancial de los adultos, tanto hombres como mujeres, tengan competencias de lectura, escritura y aritmética.
Para 2030, garantizar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y la adopción de estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad entre los géneros, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y de la contribución de la cultura al desarrollo sostenible, entre otros medios.
Construir y adecuar instalaciones escolares que respondan a las necesidades de los niños y las personas discapacitadas y tengan en cuenta las cuestiones de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos.
Para 2030, aumentar sustancialmente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.
Para 2020, aumentar sustancialmente a nivel mundial el número de becas disponibles para los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países de África, para que sus estudiantes puedan matricularse en programas de estudios superiores, incluidos programas de formación profesional y programas técnicos, científicos, de ingeniería y de tecnología de la información y las comunicaciones, en países desarrollados y otros países en desarrollo.
Para 2030, aumentar sustancialmente la oferta de maestros calificados, entre otras cosas mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo.
Reproducción:
https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-and-the-sdgs/sdg-4-quality-education