La selección de la próxima directora ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), genera preocupación, en organizaciones feministas a nivel global.
Ello, debido a que avances logrados en materia de derechos de la población femenina están en retroceso, en parte por los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus, y también por la acción de gobiernos y sectores de orientación conservadora.
Al exponer el cuadro de situación, el medio informativo independiente Pass Blue -con base de operaciones en la sede central de Naciones Unidas, en la nororiental ciudad estadounidense de Nueva York- señaló que el equilibrio entre las visiones que, respectivamente, feministas y gobiernos tengan de la próxima líder de ONU Mujeres, determinará la agenda en materia de igualdad de género durante el cuatrienio que dura el desempeño del cargo.
Al señalar que, luego de ocho años al frente de la agencia especializada, la sudafricana Phumzile Mlambo-Ngcuka se apresta a dejar esa responsabilidad, Pass Blue indicó que el nuevo nombramiento -el tercero, desde la creación de la entidad, en 2010- “llega en un momento de riesgo para la igualdad de género, en el mundo”.
La pandemia “ha desencadenado fuertes reveses a los derechos de las mujeres
-desempleo, limitación a los derechos reproductivos, aumento de violencia de género y labores de cuido no remuneradas-“, señaló, en la nota informativa que, titulada “Feminist Wanted: Seeking the Next Leader of UN Women” (“Se busca feminista: en procura de la próxima líder de ONU Mujeres”), difundió, el 8 de julio, en su sitio en Internet.
“Al mismo tiempo, el feminismo y las políticas que promueven la igualdad de género, están bajo ataque por parte de populistas de derecha y fundamentalistas religiosos”, denunció, a continuación.
“El carisma, las habilidades, la valentía, y la credibilidad de la próxima líder de ONU Mujeres, en círculos tanto feministas como gubernamentales, determinará la suerte de la agenda de género, de Naciones Unidas, por lo menos durante los próximos cuatro años”, advirtió.
Además de precisar que quien dirige la agencia especializada es, simultáneamente, subsecretaria general de las Naciones Unidas, el medio señaló que, la funcionaria en ambos cargos, “tiene acceso a palancas en materia de políticas para cambiar no so9olamente las vidas de las mujeres sino el curso de la historia”.
“Sin embargo, no es, en lo absoluto, seguro que una líder con visión progresista sea elegida”, vaticinó.
Pass Blue hizo, en este sentido, referencia a la naturaleza cerrada del proceso, en el cual la decisión definitiva corresponde al secretario general de las Naciones Unidas -en este caso, el portugués António Guterres, recientemente reelegido-.
El alto funcionario “tiene la última palabra en seleccionar a la persona adecuada para este intimidante trabajo”, indicó.
“Pero, como ocurre con cualquier designación de alto nivel en Naciones Unidas, el proceso es un equilibrio entre negociaciones entre estados miembros y el record de éxito de las candidatas en cuanto a impulsar el mandato de la agencia -en este caso, los derechos de las mujeres y las niñas-“, puntualizó.
“Lo que inclina la balanza a favor de una candidata es, frecuentemente, un misterio para quienes están fuera del procedimiento”, el cual, “como en la mayoría de los procesos de selección en Naciones Unidas, para altos cargos, está rodeado de secreto”, planteó, a continuación.
El portal informativo señaló que existe una convocatoria a la presentación de candidaturas, aunque precisó que la palabra “feminista” no se menciona, entre los cinco atributos especificados en el documento de cuatro páginas emitido el 17 de mayo.
Entre otros rasgos mencionados como “Habilidades y experiencia”, se plantea que quien aspire al cargo debe poseer un reconocido liderazgo “con amplio conocimiento experiencia en las áreas de igualdad de género, empoderamiento de las mujeres y desafíos, necesidades, y derechos de las mujeres”.
Ello, “incluida la habilidad de ser una poderosa y convincente promotora de todos los aspectos de la igualdad de género y empoderamiento económico de las mujeres, dentro del sistema de Naciones Unidas, con gobiernos, y externamente con organizaciones de sociedad civil, además del público en general”, de acuerdo con la descripción oficial.
Al respecto, Pass Blue indicó que, para algunas activistas, el hecho de que las postulaciones necesitan “el requisito extraoficial de apoyo nacional, significa que la candidata (quien sea seleccionada) no será feminista”.
En opinión de la activista libanesa Lina Abu-Habib, haciendo referencia a aspirantes de Oriente Medio y el Norte de África, “no se puede confiar en las postulaciones por parte de la mayoría de los regímenes”, además de que “permitir que avance una candidata antifeminista y patriarcal, echa una sobra sobre todo el proceso (de selección)”.
“Para mí, ya no es importante de cuál región viene una persona: sólo me importa su posición en cuanto a principios feministas clave”, reflexionó.
Pass Blue informó, además, que “organizaciones feministas que fueron clave en el establecimiento de ONU Mujeres, naturalmente están insistiendo en tener un papel en el actual proceso (de selección), señalando que los gobiernos no han sido confiables promotores de la igualdad de género”.
También citada en la nota informativa, Sanam Amin, líder feminista de Bangladesh, planteó que, “en este momento crucial para decidir la dirección del trabajo de Naciones Unidas en materia de igualdad de género, la directora de ONU Mujeres necesita estar en asociación con movimientos y redes feministas”.
“El papel no puede desempeñarse como algún tipo de árbitro procurando equilibrio entre los grupos antimujeres, antiopción, antigénero, y antiderechos, y quienes apoyan los derechos fundamentales de las mujeres y la más amplia agenda de derechos humanos”, agregó, en declaraciones a Pass Blue.
De acuerdo con la definición oficial, ONU Mujeres es la agencia de Naciones Unidas encargada, entre otras tareas, de defender, a nivel mundial, a las mujeres y las niñas.
La entidad fue establecida para acelerar el progreso que apunta a mejorar las condiciones de vida de las mujeres y para responder a las necesidades que enfrentan en el mundo, según lo indicado, además, en el sitio del organismo especializado, en Internet.
Las cinco áreas prioritarias de labor de la agencia son “aumentar el liderazgo y la participación de las mujeres”, “poner fin a la violencia contra las mujeres”, “implicar a las mujeres en todos los aspectos de los procesos de paz y seguridad”, “hacer de la igualdad de género un aspecto central en la planificación y la elaboración de presupuestos nacionales para el desarrollo”.