Varias veces detenida, la pintora iraní identificada como Mojan, logró exiliarse al final del año pasado en Francia, y relata las torturas a la que fue sometida
La artista plástica -quien también fue propietaria de una galería de arte- conoce, personalmente, los métodos de la dictadura teocrática para reprimir selectivamente a sus opositores.
Poco después de su llegada al país europeo, Mojan proporcionó testimonio, a Radio France Internationale (RFI), del modus operandi que el régimen -instalado en 2021- aplica en la cruel persecución de quienes exteriorizan posiciones divergentes de la brutal dictadura.
Mojan relató, en declaraciones que RFI reprodujo el 18 de enero, que, en su más reciente período de encarcelamiento, permaneció un mes en prisión, hasta que, mediante el pago de fianza, fue puesta en libertad condicional -lo que le permitió salir de Irán-.
La pintora -participante en las manifestaciones antidictadura que tienen lugar, sostenidamente, desde setiembre de 2022, a nivel nacional en su país de origen- dijo que fue detenida -una mañana en noviembre de ese año-, en su lugar de habitación.
Masivas protestas fueron desencadenadas, hace algo más de cuatro meses, por el asesinato policial de la joven iraní Mahsa Amini, de 23 años, quien murió, el 16 de setiembre, a causa de golpes que recibió, en detención, tras su arresto por parte de efectivos de la Gasht-e Ershad (Policía Guía, o Policía Orientadora) -la represiva y temida fuerza de seguridad de control de la fe, popularmente conocida como “policía de la moral” -.
Según los agentes involucrados en la detención -llevada a cabo en Teherán, la capital nacional-, Amini violó la estricta Ley sobre Hijab y Castidad, al llevar inadecuadamente puesto el hijab -velo religioso que debe cubrir la cabeza y los hombros de quien lo usa-, ya que no le ocultaba, completamente, el cabello -razón por la cual fue capturada-.
La aplicación de esa legislación es responsabilidad de la Sede para el Ordenamiento del Bien y la Prohibición del Mal -una especie de ministerio de la moralidad-, y la severidad en el cumplimiento de la estricta ley fue fortalecida, en agosto, mediante decreto emitido por el masivamente cuestionado presidente Iraní, Ebrahim Raisi.
Las demostraciones se llevaron a cabo, inicialmente, por parte de mujeres, contra la ley sobre el uso del hijab, habiendo derivado en las actuales muestras de viralizado repudio a la dictadura teocrática, en general, protestas en las que también participan hombres.
Mojan dijo, a RFI, que, en su más reciente detención, los agentes de seguridad la capturaron debido a que la reconocieron mediante fotografías tomadas en el desarrollo de manifestaciones, precisó la opositora, quien puntualizó, además, que el arresto ocurrió en su lugar de residencia.
Mojan también relató el trato brutal que recibió en prisión.
“Todos los días, de 17:00 a 23:00, me llevaban a una sala de interrogatorios”, donde, invariablemente, “me golpearon, patearon y azotaron, y me insultaron, me amenazaron de violación y de muerte”, narró.
“A veces, después de los interrogatorios, me ponían inyecciones, pero yo no sabía qué tipo de producto era!”, agregó, exclamando.
“No me violaron físicamente, pero me amenazaban constantemente con ello”, aclaró.
“Me enseñaron mis fotos, en medio de la multitud, y me hicieron preguntas sobre las personas que aparecían en ellas”, aunque “no los conocía”, continuó relatando.
“Me preguntaron para quién trabajaba, en qué organización, en qué partido”, indicó Mojan, quien dijo que, al momento de su más reciente detención, “acababa de participar en las manifestaciones por las mujeres, por la juventud, por nuestra libertad, y por mi país”.
La ex prisionera política iraní destacó, reflexionando, un punto referido a la conducta de sus captores, a quienes describió como temerosos de ser individualmente identificados, lo que, en su evaluación, explica el hecho de que interroguen encapuchados -para ocultar el rostro-.
Al respecto, dijo, además, que, recurrentemente, le formularon preguntas tales como “qué has contado de nosotros?”, y “qué están difundiendo (los opositores) sobre nosotros?”.
En opinión de la artista plástica, los agentes del sistema de seguridad nacional, “psicológicamente, están destrozados”.
“Realmente, creo que tienen miedo, porque saben que, esta vez, el pueblo no va a abandonar la lucha, saben que este es el fin de su gobierno, un reinado basado en la represión con armas y porras”, siguió planteando, también a manera de reflexión.
Mojan señaló, asimismo, que, a lo largo de su cautiverio, “me dijeron que no podía pedir un abogado, ni ver a mi familia”.
También dijo que, no obstante esa represiva prohibición, sus familiares más cercanos lograron determinar que la artista plástica se hallaba recluida en la Prisión Evin.
Construida en 1972, en el barrio de Teherán del que toma su nombre, la instalación penitenciaria es el principal centro de reclusión -y brutales violaciones a los derechos humanos, incluida tortura- de presos políticos -lo mismo mujeres que hombres-.
Mojan aclaró que Evin no es el único centro de detención de opositores a la dictadura donde los derechos humanos son sistemáticamente violados -lo que incluye la comisión de crímenes de lesa humanidad-.
En esos lugares, “se masacra a jóvenes, sin que sus familias sepan siquiera dónde están”, denunció.
La opositora dijo que, al determinar el sitio de su reclusión, su familia reunió el dinero necesario para el pago de la fianza, lo que determinó su puesta en libertad provisional -para presentarse ante una autoridad judicial, lo que no hizo-.
La ex presa política narró, también, que fue introducida a un vehículo a bordo del cual “me llevaron a una plaza, y me tiraron del coche”.
“Estaba hecha un guiñapo, pedí a los transeúntes que me ayudaran y me llevaran a casa”, agregó.
Habiendo sido varias veces detenida, y tras haberse exiliado y regresado luego de cada captura, Mojar dijo que su madre le planteó que, esta vez, no regrese: “aunque te enteres de que he muerto, no volverás”.
Mojan aseguró que, en el exilio, proyecta continuar su participación la lucha contra la dictadura iraní -en oposición a la cual protestas tienen lugar también en diferentes capitales, principalmente en Europa, frente a sedes diplomáticas iraníes-.
Al respecto, subrayó que “estoy segura de que les ganaremos, no importa lo que tarde: el pueblo, las mujeres, y los jóvenes están decididos a derrocar a este régimen bárbaro”.
Foto: Sima Ghaffarzadeh