Algo más de medio millón de mujeres en edad de procrear residen en la Franja de Gaza, unas cincuenta mil de las cuales están embarazadas, y un diez por ciento de este grupo daría a luz en noviembre
La situación es particularmente compleja para la población femenina, a causa del incesante bombardeo que las Fuerzas de Defensa de Israel (Israel Defense Forces, IDF) mantienen, principalmente contra el extremo norte de Gaza, desde el 7 de octubre, en respuesta a la ofensiva que, con misiles, el palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) lanzó, ese día, contra territorio israelí.
Las embarazadas constituyen -junto con los niños- uno de los sectores más vulnerables entre los algo más de dos millones de palestinos asentados en los aproximadamente 360 kilómetros cuadrados que constituyen Gaza, el área occidental del territorio palestino, atravesado, de norte a sur, por Israel.
Además de las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamas -la organización gobernante en Gaza-, los habitantes de la franja padecen el bloqueo por tierra, mar, y aire, que las IDF mantienen alrededor de ese territorio.
Al informar, el 17 de octubre -10 días después de estallado el conflicto bélico-, sobre la situación de la población en Gaza -particularmente su componente femenino-, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (United Nations Population Funda, Unfpa) indicó que “calcula que en Gaza viven 540,000 mujeres en edad de procrear; de estas, unas 50,000 están actualmente embarazadas, y está previsto que 5,500 den a luz el próximo mes”.
“El bloqueo plantea graves dificultades a estas mujeres, al privarlas no solo de acceso a servicios que garanticen un parto seguro y existencias de suministros vitales, sino también, como todos los civiles de Gaza, de un lugar donde refugiarse de los bombardeos y donde dispongan de alimentos y agua”, denunció, en el extenso y testimonialmente documentado texto, la agencia de Naciones Unidas especializada en salud sexual y reproductiva.
Citado en la nota informativa, el director del Hospital Al-Shifa, el médico Mohammad Abu Salmiya, indicó que ese centro asistencial -el mayor de Gaza- recibe pacientes, y aloja a civiles quienes huyen del bombardeo, no obstante el hecho de que está colapsado.
“Nuestros equipos médicos están desbordados, y llevan trabajando día y noche, desde el inicio de la escalada”, relató el responsable del lugar.
“Contamos con un suministro muy limitado de combustible, para mantener nuestra actividad”, informó, para explicar, a continuación, que, “si nos quedamos sin él, el hospital puede convertirse en un gigantesco cementerio”.
Unfpa incluyó, además, en la información, testimonios de palestinas embarazadas.
“Mi bebé sentía cada explosión”, relató una de las mujeres, refugiada en las instalaciones de una escuela, quien dijo, además, que la noche anterior al diálogo con la agencia especializada, tuvo que “dormir sobre un frío suelo, que temblaba con cada explosión”.
Otra de las palestinas entrevistadas narró que su labor de parto inició en el momento en que, junto con su familia, huía de la caída de bombas en los alrededores su casa. “No tenía ni idea de dónde, ni cómo, iba a dar a luz”, relató.
Unfpa indicó que “la mujer consiguió llegar hasta una ambulancia, que la transportó al ala de maternidad del hospital Al-Shifa”, donde fue dada de alta “solo tres horas después de dar a luz a una niña, a fin de dejar espacio a nuevos ingresos”.
El fondo también informó sobre el caso de “una mujer embarazada de 30 años (…) que se ocultó en las sombras, cuando empezaron a caer las bombas”.
“Desde que saliera huyendo de su casa, no ha dejado de padecer mareos, cansancio, y un intenso dolor de cabeza”, precisó.
Al narrar su huida, la palestina dijo, a Unfpa, que “cada paso, parecía una carrera contra la muerte”.
Respecto a la orden impartida por el gobierno israelí -seis días después de estalla la guerra-, a algo más de un millón de palestinos asentados en el norte de Gaza -fronterizo con Israel-, de que se trasladasen al sur -limítrofe con Egipto-, la directora ejecutiva de Unfpa, la médica panameña Natalia Kanem, advirtió que esa medida “está agravando aún más la precaria situación humanitaria”.
“Para las miles de mujeres que están a punto de dar a luz, y otras personas enfermas y gravemente heridas, tener que abandonar su hogar, sin contar con un sitio seguro adónde ir, ni con comida o agua, supone un gran peligro”, advirtió Kanem.
Al informar, también el 17 de octubre, sobre la dramática situación en Gaza, la cadena estadounidense de televisión informativa Cable News Network (CNN) citó a varias palestinas embrazadas, quienes proporcionaron testimonio de la crisis humanitaria que afecta, específicamente, a las mujeres en proceso de gestación.
Una de ellas, Khulood Khaled -ocho meses embarazada, además de madre de un niño pequeño-, relató que, al inicio de los bombardeos israelíes contra Gaza -principalmente la zona norte-, decidió abandonar el distrito de su residencia -al-Karama, en ese sector de la franja territorial-.
“Tengo miedo, por mi hijo, por mi hijo por nacer, y por mí misma”, expresó, para agregar que “no quiero morir, quiero ver crecer a mi hijo, pero aquí no queda vida”, además de denunciar que, “Gaza (la capital de la franja), se ha convertido en una ciudad fantasma”.
Foto: Amos Getanda