Desde el exilio, la periodista afgana Zahra Nader dirige Zan Times, una revista redactada en farsi -lengua vinculada al dari, idioma oficial afgano, junto con el pashto-, que se caracteriza por el periodismo crítico de la dictadura

La periodista afgana Zahra Nader apoya, desde el exilio, a las mujeres y a las niñas quienes están en su país de origen, proporcionándoles un medio de comunicación que les permite denunciar y mantenerse informadas sobre la dramática situación que viven bajo la misógina dictadura religiosa del régimen fundamentalista islámico Talibán.

Se trata de la revista en línea Zan Times, que Nader, radicada en Canadá, fundó en agosto de 2022 -un año después de la violenta toma del poder, por parte de esa agrupación terrorista, en Afganistán-.

El medio de comunicación, redactado en farsi -lengua vinculada al dari, idioma oficial afgano, junto con el pashto- y en inglés, se caracteriza por el periodismo crítico de la dictadura que, desde agosto de 2021, gobierna brutalmente al país ubicado en el centrosur asiático.

Al referirse a la publicación electrónica -cuyo nombre incluye la palabra “zan”, uno de cuyos significados, en farsi, es “mujer”-, Nader explicó, en declaraciones reproducidas, el 23 de enero, por el medio de comunicación Deutsche Welle (DW), que su compromiso con la población femenina afgana -lo mismo adulta que menor de edad-, la impulsó a crear la revista.

Redacción periodística investigativa, dirigida por mujeres

En su sitio en Internet, Zan Times se define como “una redacción periodística investigativa, dirigida por mujeres, que cubre las violaciones a los derechos humanos, en Afganistán, con enfoque en las mujeres, la comunidad Lgbti, y temas ambientales”.

“Somos un grupo de principalmente mujeres periodistas trabajando tanto dentro como fuera de Afganistán, para contar las historias de las poblaciones marginadas, que, raramente, tienen una voz para moldear e informar el discurso público”, señala.

“Desde que los talibanes tomaron Afganistán, en agosto de 2021, las mujeres y otros grupos marginados han enfrentado represión sistemática, violencia, y la completa eliminación de sus derechos sociales y políticos”, agrega.

“Zan Times nació de ese momento de desesperación, de ira, de nosotras tratado de hablar nuestra verdad de cara a la injusticia, y a la violencia bruta reprimiéndonos por ser quienes somos”, puntualiza, para explicar, además, que la revista “nació de la necesidad de recuperar nuestra autonomía y autodeterminación, para buscar maneras de moldear y definir el futuro ne el cual queremos vivir, y luchar por igualdad y libertad para todos”.

Nader relató, a DW, que salió de Afganistán, en fecha que no precisó, para estudiar en la York University (Universidad York, YU), en la cuidad de Toronto, la capital de la sureña provincia canadiense de Ontario -fronteriza con Estados Unidos-.

La periodista, actualmente, de 34 años, y radicada en Canadá, señaló que obtuvo, en ese centro de estudios, doctorado en Estudios de Género.

En el ejercicio de su profesión, en Afganistán, fue reportera, en ese país, entre otros medios, del diario estadounidense The New York Times.

La comunicadora explicó que pudo viajar, sin dificultad, a Canadá, porque los talibanes aún no habían tomado el poder.

Surgido en 1994, en el marco de la guerra civil afgana (1992-1996), el grupo fundamentalista estuvo, desde 1996 hasta 2001, en violento control de aproximadamente tres cuartas partes de los algo más de 652 mil kilómetros cuadrados que constituyen el territorio nacional.

La tiranía religiosa -que se caracteriza por despiadadas violaciones a los derechos humanos, en particular las garantías de la población femenina- fue derrocada en diciembre de 2001, por una invasión militar internacional, encabezada por Estados Unidos.

No obstante esa derrota, el movimiento se mantuvo, desde entonces, en resistencia armada contra la ocupación foránea.

Tras el retiro, a mediados de 2021, de las tropas estadounidenses -las fuerzas extranjeras que entonces mantenían la intervención-, la ofensiva talibana logró el objetivo de derrocar al gobierno del presidente (2014-2021) Mohammad Ashraf Ghani, cuando tomó, el 15 de agosto de 2021, el control de Kabul, la capital nacional -por lo tanto, del país-.

Entre las numerosas violaciones a los derechos de las mujeres y las niñas, por parte de la dictadura talibana, figuran el cierre del acceso a la educación secundaria y superior, la limitación a desplazarse, en áreas públicas, sin el acompañamiento de un mahram -familiar hombre-, el obligado uso del burka -prenda religiosa que cubre, desde la cabeza, hasta los tobillos, a quienes lo llevan puesto-.

En el diálogo con DW, Nader explicó que decidió fundar Zen Times, porque “me siento obligada a apoyar a las niñas y mujeres de mi país”.

“Para nuestra revista, Zan Times, las periodistas afganas trabajan dentro y fuera del país para informar en farsi e inglés”, indicó, además de puntualizar que, “la información, sobre el terreno, la recoge un pequeño grupo de mujeres periodistas en Afganistán”.

“Trabajan bajo un gran peligro, e informan sobre temas que los talibanes no quieren oír: Lgbti en Afganistán, derechos humanos, violencia doméstica, o matrimonios infantiles”, subrayó.

“Hay mucho que contar, mucha injusticia”, reflexionó, a continuación.

En ese sentido, precisó que “estamos comprometidas con el pensamiento crítico”, y aseguró que “informar críticamente, y todo lo que contradiga la propaganda de los talibanes, es una amenaza para la vida”, razón por la cual “nuestras colegas, en el terreno, tienen que ser extremadamente cuidadosas”.

Nader indicó, a manera de ejemplo, que, entre otras medidas de seguridad personal, “escriben bajo seudónimos, y sólo salen de casa tras consultarnos”.

Como ocurre, históricamente, en los contextos de actividad clandestina antidictatorial, las periodistas de Zan Times utilizan, además, el recurso de la compartimentación.

Al respecto, la fundadora de la revista explicó que “las colegas no se conocen entre sí, y sólo están en contacto con compañeras en el extranjero”.

La comunicadora señaló, asimismo, que se mantiene “en contacto con compañeras que han perdido su trabajo, desde que los talibanes tomaron el poder, o que, incluso, han tenido que abandonar el país, por miedo a perder la vida”.

Persecución contra periodistas afganas

En materia de persecución talibana contra las periodistas afganas, el diario español El País reprodujo, el 15 de enero, el testimonio de varias comunicadoras.

Además, informó que, en tal contexto, el régimen obliga, a las comunicadoras, a seguir alguna de tres líneas básicas de acción: abandonar la profesión, desarrollarla clandestinamente, o exiliarse.

A manera ilustrativa, el periódico señaló que “varias mujeres periodistas del oeste de Afganistán explican que funcionarios del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, visitan las oficinas de los medios de comunicación, al menos una vez al mes”.

Lo hacen, “para comprobar que las mujeres visten de acuerdo con sus normas, y que hombres y mujeres están separados” en el desarrollo de sus respectivas labores, explicó-.

Igualmente, reveló que, “en noviembre de 2021, los fundamentalistas publicaron un edicto de ocho artículos”, mediante el cual “se ordenó, a los jefes de los medios de comunicación afganos, que no emitieran ningún contenido que pudiera oponerse a la sharia o ley islámica, incluyendo programas de televisión y de música extranjeros”.

También mediante esa disposición, “se estableció que las presentadoras de informativos (de televisión) debían cubrirse integralmente”, agregó el periódico español.

En las declaraciones que dio, ahora, a DW, Nader dijo que, entre otros objetivos, en Zan Times, “queremos educar a la gente”, una de las razones por las cuales “estamos comprometidas con el pensamiento crítico”.

“Nuestros lectores son principalmente afganos, pero también hay muchas personas de Afganistán en otros países que viven como refugiados”, dijo, a continuación.

La comunicadora planteó, asimismo, la necesidad de solidaridad internacional, particularmente con la población femenina afgana.

“Los países que han intervenido en Afganistán durante los últimos 20 años, y tienen una política exterior feminista, deben defender a las mujeres afganas y sus derechos”, dijo, para, de inmediato, aclarar que “no me refiero sólo a dar discursos o condenar a los talibanes”, porque, “con eso, no se consigue nada”.

Nader planteó que se trata de que “los talibanes tienen que ser confrontados con hechos”, como, por ejemplo, “que sean sancionados, y no puedan viajar hasta que cambien sus políticas misóginas y permitan que las mujeres vuelvan a participar activamente en la vida pública”.