La evaluación del trabajo gubernamental de Xiomara Castro, la primera presidenta que tiene Honduras, debe basarse sobre logros, a partir de que quien ejerce el cargo es una mujer, planteó la periodista hondureña Thelma Mejía.
La sociedad del país centroamericano es fuertemente machista, contexto en el cual la labor de Castro será observada con particular severidad, vaticinó Mejía, en declaraciones reproducidas, el 5 de febrero -10 días después de la asunción presidencial de la nueva mandataria-, por el medio de comunicación local Proceso Digital.
Mejía hizo, asimismo, referencia al hecho de que la izquierdista presidenta está ante el reto que le plantea la severa crisis socioeconómica y política nacional, con altos índices de violencia, además de elevados niveles de corrupción -incluidos señalamientos de vínculos con el narcotráfico, formulados contra el antecesor inmediato de Castro, el desprestigiado derechista Juan Orlando Hernández su antecesor (2014-2018, 2018-2022)-.
Respecto al hecho de que, contrariamente a lo esperado, la proporción de mujeres designadas para desempeñarse al frente de ministerios no es considerable, la periodista planteó que se trata de una señal de que Castro seleccionó, a sus colaboradores inmediatos en el Poder ejecutivo, según parámetros de eficiencia.
La administración instalada el 27 de enero -para el cuatrienio 2022-2026-, “no debe verse como el gobierno de una mujer, o cómo se ven las mujeres en el gobierno, sino como una oportunidad para Xiomara Castro en dirigir y terminar con la crisis existente”, reflexionó.
Por lo tanto, es necesario “observar la actual gestión según la coyuntura real del país, bajo el entendido que habrá frutos, dependiendo lo eficaz que sea el personal que le rodea”, agregó.
En opinión de Mejía, un factor fundamental para el exitoso desempeño presidencial de Castro radica en el apoyo ciudadano que logre reunir.
En cuanto a la composición del gabinete y de otras áreas cuyos jerarcas son de designación presidencial, la periodista señaló que, a diferencia de lo que se habría esperado, “no hay gran cantidad de mujeres nombradas”.
“Sin embargo, es oportuno pensar que la presidenta podría estarle apostando a la calidad, y no la cantidad, y que, en la selección (de) los funcionarios, escogió a quienes cree que tienen las cualidades para responder a las demandas ciudadanas”, planteó.
“Muchas de las mujeres nombradas tienen experiencia y un perfil adecuado, y las demás la oportunidad para demostrarlo”, aseguró la profesional dedicada al periodismo investigativo, además de haberse desempeñado como corresponsal, en Honduras, de la agencia informativa Inter Press Service (IPS).
De acuerdo con las cifras difundidas al respecto, por Proceso Digital, cinco mujeres encabezan ministerios -en un total de 20 secretarías-, mientras que, en cargos de elección popular, tras los comicios del 28 de noviembre, el unicameral Congreso Nacional incluye a 33 diputadas -entre 128 integrantes-, además de que 17 de las 298 alcaldías presentan titularidad femenina.
La desigualdad en estas áreas políticas, contrasta con el hecho de que algo más de 51 por ciento de los 9.5 millones de habitantes de Honduras está constituido por mujeres.
Mejía señaló, que “la presidenta generó expectativas muy altas, porque es la primera vez, en 67 años, que una mujer ejercerá el poder en Honduras”.
Sin embargo, “hay que entender que no tiene una varita mágica para resolver los problemas, pero desde su intuición femenina debe dar respuestas emergentes, porque eso es lo que espera la población”, aseguró.
Al mencionar el marco referencial de tiempo, la comunicadora hizo alusión al 25 de enero de 1955, cuando fue establecido el derecho de las hondureñas al voto, lo que se hizo efectivo en la votación llevada a cabo dos años después.
En materia de política de género, la hoja de ruta gubernamental de la mandataria -el Plan de Gobierno para Refundar Honduras 2022-2026- incluye, puntualmente, nueve propuestas, las que están contenidas en el quinto de los 16 capítulos de que consta, en 68 páginas, el documento.
En primer lugar, plantea la necesidad de “introducir la perspectiva de equidad de género mediante la participación de verdad paritaria en todo proceso político”, seguida de la intención de “aumentar el presupuesto para asegurar el abastecimiento de métodos de planificación familiar para las mujeres en los centros de salud y educativos”.
Asimismo, “facilitar la distribución, venta y uso de la PAE” -en alusión a la píldora anticonceptiva de emergencia-, medicamento “que permite interrumpir la fertilización en sus primeras horas”.
También contiene una propuesta referida a “despenalizar el aborto por 3 causales: 1. en caso de violación, 2. en caso de que la vida de la madre corra riesgo y de 3. malformaciones fetales que impidan una vida digna”.
Además de “aprobar e implementar en todos los niveles educativos, la educación sexual integral que en primer lugar enseñe respeto para el otro”, lo mismo que “impulsar la reactivación económica y social mediante una estrategia de inserción y participación efectiva y beneficiosa de la mujer en la economía del país, que incluya el reconocimiento de todo tiempo laborado”.
Por otra parte, “crear refugios de mujeres y niños víctimas/sobrevivientes de violencia”, e “impulsar proyectos agroecológicos productivos en las comunidades, con miras a construir una alternativa de ingreso para las mujeres”.
La novena propuesta se refiere a “establecer un centro de atención integral especializado para mujeres migrantes que impulse la reinserción social para las mujeres migrantes retornadas”.
Ello, respecto a los miles de mujeres y niñas que, a causa de las diversas variantes de violencia de género, se ven obligadas a incorporarse a la masiva ola de migrantes hondureños quienes aspiran a hallar, principalmente en Estados Unidos, las oportunidades y la seguridad que su país de origen no les ofrece.
En su mensaje inaugural, Castro se comprometió a defender los derechos de la población femenina.
En la alocución de aproximadamente cuarenta minutos de duración, que siguió a su juramentación -y de los tres designados presidenciales (vicepresidentes), incluida la ex diputada Doris Gutiérrez-, la nueva jefa de Estado planteó la firme voluntad de combatir la violencia de género.
“La Presidencia de la República, nunca ha sido asumida por una mujer, en Honduras”, subrayó, al inicio de la alocución, en el capitalino Estadio Nacional “Tiburcio Carías Andino” -el tradicional escenario de las tomas de posesión presidenciales-.
Para que esto ocurriese, “han tenido que pasar doscientos años, desde que se proclamó nuestra independencia”, dijo, a continuación, en referencia al bicentenario, como nación, cumplido, el 15 de setiembre del año pasado, por Honduras -conjuntamente con Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua-.
“Estamos rompiendo cadenas, y estamos rompiendo tradiciones”, reflexionó, respecto a su llegada al cargo.
“Ya no más violencia contra las mujeres”, expresó, haciendo referencia directa a la dramática situación que enfrentan las hondureñas, en materia de agresión machista, en todas sus variantes -en particular, los ataques físicos, entre los que se destaca el femicidio-.
“Voy, con todas mis fuerzas, para cerrar la brecha, y generar las condiciones, para que nuestras niñas puedan desarrollarse, plenamente, y vivir en un país libre de violencia”, enfatizó, en calidad de compromiso.
“Mujeres hondureñas: no le voy a fallar, voy a defender sus derechos, todos sus derechos”, aseguró, a continuación, para, de inmediato, exclamar: “Cuenten conmigo!”.