Es fundamental saber cuándo termina una etapa de la vida porque si permanecemos demasiado tiempo en ella, perdemos la alegría y corremos el riesgo de que todas las cosas bonitas que hemos vivido, se tiñan de gris.

Por eso, es importante aprender a cerrar círculos, o capítulos de nuestra vida,  cualquiera que sea la situación que hemos dejado o  que hemos pasado.

Se trata de dejar ir personas o experiencias que en su momento tuvieron sentido pero que ya no lo tienen. Se trata de poner un punto final para poder pasar página y abrirse a las vivencias nuevas. Por supuesto, no es fácil.

El pasado forma parte de nosotros, ha contribuido a que seamos lo que somos. No podemos simplemente enterrarlo porque, antes o después, resurgirá. Por eso, es fundamental aprender a hacer las paces con esa historia. Solo cuando asumimos y aceptamos esas experiencias, nos liberamos de su peso para continuar nuestro camino.

Estudios realizados  en psicología nos develan que ,cuando no aceptamos un hecho doloroso, éste se mantiene activo en nuestro cerebro y cada vez que lo recordamos, lo revivimos como si fuera una situación real. El problema radica en que no hemos cerrado ese capítulo, no le hemos encontrado un sentido a la experiencia y, por ende, no hemos podido convertirla en una experiencia narrativa más de nuestras vidas.

Hasta que no logremos cerrar ese círculo, esa experiencia continuará provocando  sufrimiento. De hecho, nos puede sumir en una especie de vértigo emocional que nos impide mirar con claridad al futuro y cicatrizar las heridas.

¿Qué debemos dejar ir?

– Todo lo que nos daña y genera un sufrimiento innecesario, lo que nos arrebata la felicidad y hace que muramos un poco cada día, lo que nos mantiene atados al pasado a base de falsas esperanzas, lo que no tiene sentido en nuestra vida y no encaja en nuestra nueva visión del mundo, las personas que nos han abandonado y que no desean que formemos parte de su vida, esos lugares en los que ya no nos sentimos a gusto y a los que solo acudimos por deber o por hábito y tantas otras situaciones  que nos causan molestia .

Cerrar círculos de la vida no es un final, es más bien el principio de algo nuevo.

 

Cerrar círculos duele, pero es necesario

Por ello les invitamos a este taller y empezar un 2017 con una visión y una actitud nueva para enfrentar los retos con positivismo.

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