El autoritario presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, considera que el ejercicio de la primera magistratura no es una tarea que las mujeres puedan desempeñar, según ofensivas declaraciones que formuló durante una reciente actividad oficial.
En tal contexto, dijo, el 14 de enero, que ha desalentado a su hija, Sara “Inday” Duterte, alcaldesa de la sureña ciudad de Davao -de la que el actual mandatario fue, también, alcalde (1988-1998, 2001-2010, 2013-2016).
“Esto no es para mujeres”, porque “la configuración emocional de una mujer y un hombre es totalmente diferente”, aseveró, para agregar que “esa es la triste historia”.
En cuanto a versiones según las cuales su hija podría sucederlo, Duterte expresó que le ha indicado que no procure hacerlo.
“Le he dicho a Inday que no se apure, porque la compadezco sabiendo que tendrá que pasar por lo que yo estoy pasando”, afirmó.
Por su parte, Cristina Palabay, quien integra la organización no gubernamental de derechos humanos local Karapatan, refutó las expresiones machistas del presidente, caracterizado por afirmaciones y acciones ofensivas hacia el sector femenino de la población.
“Las mujeres son tan capaces como los hombres en cualquier trabajo”, planteó Palabay, para agregar que, en ese sentido, “lo que más importa es si se defienden los intereses de la mayoría.
Respecto a la posibilidad de que la hija de Duterte procure la presidencia filipina, un bloque de legisladores de izquierda expresó oposición, al señalar el riesgo de una dinastía familiar, que mantendría vigente la “mala gobernanza incompetente, corrupta y asesina” del régimen actual.
“Sara Duterte no debería postularse para la presidencia, pero no es porque sea una mujer” sino porque “Sara, como presidenta, no exigirá que su padre rinda cuentas por sus altos delitos contra el pueblo”, agregaron los parlamentarios, en una declaración.
También describieron al mandatario como la antítesis de lo que debe ser un gobernante democrático, al tiempo que criticaron los rasgos característicos de Duterte, en particular sus expresiones ofensivas.
“El presidente de Filipinas representa lo peor de la democracia: una personalidad de odio, una política populista y un pueblo indiferente que aplaude los insultos, las amenazas y los asesinatos”, aseguraron.
“Después de todo, el presidente de Filipinas, con sus insultos ridículos y sus comentarios descabellados, parece más el loco del pueblo que el primer mandatario de la nación”, agregó el bloque legislativo.
En cuanto a las versiones según las cuales aspiraría a reemplazar a su padre, la alcaldesa
-quien también proyecta una personalidad agresiva-, afirmó, recientemente, que “no todo el mundo quiere ser presidente”, y subrayó que “yo soy una de esas personas”.
“Les agradezco a todos por su confianza en lo que puedo hacer, pero mi negativa a postularme para presidente no es el fin del mundo”, agregó, según versiones periodísticas.
Al formular su visión machista en cuanto al ejercicio de la presidencia, el mandatario no tuvo en cuenta el hecho de que Filipinas ha tenido a dos mujeres en el desempeño del cargo.
Se trata de Corazón Aquino (1986-1992), y de Gloria Macapagal (2001-2004, 2004-2010).
En el caso de Aquino -fallecida en 2009-, su presidencia se caracterizó por el reto de restaurar al país, luego de la dictadura de Ferdinand Marcos (1965-1986), tras la caía de la tiranía.
Por su parte, Macapagal -cuyo padre, Diosdado Macapagal, ejerció la primera magistratura durante el período 1961-1965- fue, inicialmente, senadora, tras lo cual se desempeñó como vicepresidenta en la administración (1998-2001) de Joseph Estrada.
Entre los comentarios más ofensivos de Duterte cobrea las mujeres, figura lo expresado respecto a las integrantes del grupo Nuevo Ejército Filipino (en filipino, Bagong Hukbong Bayan, BHB) -el sector armado del Partido Comunista de Filipinas-.
Durante un encuentro que llevó a cabio en 2018, con ex integrantes del BHB, Duterte planteó cómo las fuerzas militares deben hacer frente a las combatientes de la agrupación, según informaron, entonces, medios de comunicación.
“Díganle a los soldados que hay una nueva orden: ‘no te mataremos, te dispararemos en la vagina’”, porque “sin vagina, serían inútiles”, afirmó.