El machista régimen monárquico de Arabia Saudita no perdona la promoción de los derechos de las mujeres, razón por la cual Loujain al-Hathloul, una de las principales activistas del país, fue condenada a casi seis años de prisión.

La pena anunciada el 28 de diciembre a Al-Hathloul, tenaz opositora a la prohibición de conducción femenina de vehículos, medida eliminada hace dos años, tras intensa campaña feminista, y al tutelaje masculino sobre las mujeres, se apoyó sobre cargos arbitrarios, de acuerdo con versiones periodísticas sauditas.

Un tribunal antiterriorista la condenó a prisión por cinco años y ocho meses, acusada, entre otros delitos, de “implementar una agenda extranjera”, lo mismo que de “usar Internet para perjudicar el orden público”.

También fue acusada de “colaborar con personas y organizaciones que cometieron actos criminales tipificados en la Ley de Terrorismo”.

Sin embargo, la autoridad judicial suspendió 34 de los 68 meses de la pena, lo que se suma a los dos años y medio, equivalentes a 30 meses, que ha permanecido en prisión preventiva, a la espera de sentencia, de acuerdo con las mismas fuentes.

Ello determina, según organizaciones de derechos humanos, que Al-Athloul ha cumplido 64 meses de la condena, por lo que la activista podría salir en libertad en marzo o en abril.

El tribunal encargado del caso indicó que la detenida confesó, sin coerción, que cometió los delitos que le fueron tpificados.

Sin embargho, Alia al-Athloul, hermana de la activista, denunció lo contrario, recientemente, en Bélgica, el país europeo donde reside.

También lo hizo, este mes, Naciones Unidas.

Alia aseguró que su hermana fue sometida a diferentes técnicas de tortura, tales como asfixia, aplicación de choques eléctricos, y golpes.

La denunciante señaló, asimismo, que los malos tratos ocurrieron, principalmente, durante el período de mayo a agosto de 2018.

De acuerdo con versiones periodísticas y denuncias de organizaciones de derechos humanos, Loujain fue detenida, en marzo de 2018, en Emiratos Árabes Unidos (EAU), y deportaba a la limítrofe Arabia Saudita.

Tras una breve liberación, fue nuevamente capturada, el mismo mes, conjuntamente con varias activistas involucradas en campañas sauditas por los derechos de las mujeres.

La detención del grupo ocurrió tres meses antes de que el gobierno decidió autorizar, a las mujeres, la conducción de vehículos.

Sin embargo, Loujain al-Athloul permaneció en detención.

Al respecto, en una declaración que formuló este mes, días antes de la condena, la presidenta del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Discriminación contra Mujeres y Niñas, la australiana Elizabeth Broderick, expresó preocupación por la situación de la activista saudita.

“Estanos extremadamente alarmados al escuchar que la señora Al-Hathloul, quien ha permanecido en detención, durante más de dos años, bajo cargos espurios, ahora es juzgada por un Tribunal Especializado en Terrorismo, por ejercer sus derechos fundamentales a la libertad de expresión, la reunión pacífica, y la asociación”, indicó Broderick, el 10 de diciembre.

“El gobierno de Arabia Saudita tiene la principal responsabilidad y obligación de proteger, promover, e implementar todos los derechos humanos y las libertades fundamentales, y no puede dejar de ver la arbitraria detención, y la denuncia de tortura, de una mujer cuya única razón para estar encarcelada es promover los derechos de las mujeres”, agregó.

“Exhortamos, una vez más, a Arabia Saudita, a liberar, de inmediato, a la señora Al-Hathloul, una defensora de derechos humanos quien ha contribuido, en gran medida, a la promoción de los derechos de las mujeres en un país donde la discriminación y el estereotipo de género están profundamente arraigados en el tejido de la sociedad”, planteó.

Al difundir las declaraciones de Broderick, la Oficina del Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció que “no se ha permitido que, durante su detención, la señora Al-Hathloul tenga contacto regular con su familia”.

También señaló que “sus audiencias judiciales han sido frecuentemente canceladas y reprogramadas con 24 horas de anticipación, otorgándole poco tiempo para preparar su defensa”.

Igualmente, informó que Al-Athloul, “al final de octubre de 2020, inició una huelga de hambre para protestar contra sus condiciones de detención”.

Y agregó que, “a mediados de noviembre, interrumpió su huelga de hambre luego de constante presión de las autoridades quienes, según se denunció, la despertaban, cada dos horas, para agotarla psicológicamente”.