El régimen de Irán ha convertido a la tecnología, en un arma para intensificar su misógina represión. Más de un millón de mujeres han recibido, en el lapso de dos meses, amenazantes mensajes de texto sobre su conducta
La misógina teocracia de Irán elevó, al plano electrónico, la represión contra la población femenina que se niega a acatar la estricta legislación en materia de vestimenta -específicamente, desafiando el obligatorio uso del hijab (velo religioso), denunció la organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI).
Simultáneamente, la dictadura islámica está difundiendo videos que muestran represión contra mujeres desafiantes lo mismo que contra personas quienes tratan de impedir la detención policial de las víctimas, indicó AI, en un extenso comunicado que, sobre el tema, dio a conocer, el 26 de julio, en su sitio en Internet.
Más de un millón de mujeres han recibido, en el lapso de dos meses, amenazantes mensajes de texto sobre su conducta, aseguró la oenegé con sede en Londres, y cobertura mundial en materia de defensa de los derechos humanos.
Citada en el comunicado de 16 párrafos, la secretaria general de AI, la francesa Agnès Callamard, destacó el hecho de que el régimen ha convertido, a la tecnología, en un arma con la cual intensificar su misógina represión.
“En un detallado análisis publicado hoy, la organización denuncia la intensificación de la represión de las autoridades en todo el país contra las mujeres y niñas que deciden no llevar el velo en público”, informó la organización, en referencia al documento de cinco secciones contenidas en nueve páginas titulado “Amnistía Internacional. Análisis Detallado” (“Amnesty International. Detailed Analysis”).
“En la escalada más reciente, el 16 de julio, el portavoz de la policía iraní, Saeed Montazer Almahdi, anunció el regreso de las patrullas policiales para hacer cumplir el uso obligatorio del velo y amenazó con actuaciones judiciales contra las mujeres y niñas que desobedecieran la norma”, agregó.
AI mencionó, así, a la represora Gasht-e Ershad (Policía Guía, o Policía Orientadora) -fuerza de seguridad de cumplimiento de la fe, popularmente conocida como “policía de la moral”-.
“Esta iniciativa ha coincidido con la difusión en las redes sociales de vídeos en los que se ve a funcionarios en Teherán (la capital nacional) y Rasht (costera ciudad noroccidental) agrediendo con violencia a mujeres, y a fuerzas de seguridad lanzando gas lacrimógeno contra personas que ayudaban a mujeres a evitar la detención en Rasht”, precisó.
“Los anuncios oficiales revelan que, desde el 15 de abril de 2023, más de un millón de mujeres han recibido mensajes de texto en los que se les advertía de la posibilidad de que les fuera confiscado su vehículo tras haber sido captadas por cámaras sin llevar velo”, planteó.
“Además, son innumerables las mujeres a quienes se les ha suspendido o expulsado de la universidad, prohibido presentarse a los exámenes finales y negado el acceso a servicios bancarios y al transporte público”, indicó, en el comunicado que tituló “Irán: autoridades intensifican castigos contra mujeres y niñas quienes desafían las discriminatorias leyes sobre velo” (“Iran: authorities doubling down on punishments aganisnt women and girls defying discriminatory veiling laws”).
En tal contexto, “cientos de empresas han sido obligadas a cerrar por no hacer cumplir el uso obligatorio del velo”, siguió detallando.
Al respecto, Callamard denunció que “la represión actual se ve intensificada por tecnologías de vigilancia masiva, capaces de identificar a las mujeres que no llevan velo en sus automóviles y espacios peatonales”.
“La intensificación de la represión contra quienes no llevan el velo es un reflejo del deplorable desprecio, de las autoridades iraníes, a la dignidad humana y los derechos de las mujeres y las niñas a la autonomía, la intimidad y la libertad de expresión, de religión y de creencias”, planteó.
“También subraya su intento desesperado de reafirmar su dominación y su poder sobre quienes se atrevieron a alzarse contra decenios de opresión y desigualdad durante la rebelión ‘Mujer, Vida, Libertad’”, señaló.
La activista se refirió a la consigna viralizada en las masivas manifestaciones que tuvieron lugar, durante algunos meses, a nivel nacional, luego del asesinato, el 16 de setiembre de 2022, durante detención policial, de la iraní Mahsa (Jina) Amini, de 23 años, acusada, por la Gasht-e Ershad, de haber llevado incorrectamente puesto el hijab -velo que cubre la cabeza y los hombros de quienes lo usan-.
El uso obligatorio del hijab y las protestas
El uso correcto de esta prenda es obligatorio, para las mujeres -y las niñas, a partir de la edad de siete años-, según la respectiva ley impuesta, en 1983, por la teocracia instalada hace 44 años, y su propósito específico es el de cubrir el cabello -que, según la costumbre musulmana, las mujeres mantienen largo-.
La teocracia determinó que esa prenda debe usarse ajustada a la cabeza, de modo que, no hacerlo, implica brutal sanción -empezando por la detención, por parte de la “policía de la moral”.
No obstante su naturaleza pacífica, las masivas manifestaciones de protesta, a nivel nacional -particularmente, en Teherán-, fueron brutalmente reprimidas -con saldo de aproximadamente 500 víctimas fatales, alrededor de 20 mil personas detenidas, y varios hombres ahorcados por apoyarlas-. A manera de ejemplo de la variante electrónica de represión, AI relató un caso.
“En la provincia de Isfahán, una mujer que recibió un SMS que le ordenaba que inmovilizara su automóvil 15 días por quitarse el velo cuando lo conducía, dijo a Amnistía Internacional: ‘emocional y psicológicamente, todas estas amenazas que (las autoridades) han hecho han tenido un impacto muy negativo en nosotras’”, indicó la organización.
La víctima agregó que la dictadura “quiere demostrar que puede llegar a cualquier extremo en lo que se refiere a hacer cumplir el uso obligatorio del velo”.
“Quieren hacer creer, a la comunidad internacional, que están dejando de lado la violencia pero, en realidad, están llevando a cabo estas acciones con sigilo”, señaló.
“Definitivamente, nos están metiendo el miedo en el cuerpo”, denunció.
De acuerdo con lo informado por AI, “el 14 de junio de 2023, el portavoz de la policía de Irán anunció que, desde el 15 de abril de 2023, la policía había enviado casi un millón de avisos por SMS a mujeres captadas sin velo en su vehículo”.
Según el anuncio oficial, al 14 de junio, “había remitido 133.174 SMS ordenando la inmovilización del vehículo durante un tiempo determinado; había confiscado 2.000 automóviles, y había remitido a más de 4.000 ‘infractoras reincidentes’ al poder judicial en todo el país”, agregó AI.
Según la misma fuente oficial, “se habían reunido 108.211 informes sobre la aplicación de las leyes sobre la obligatoriedad del uso del velo en relación con la comisión de ‘infracciones’ dentro de comercios y que 300 ‘infractoras’ habían sido identificadas y remitidas al poder judicial”, indicó la oenegé.
También informó que, “en un intento de codificar e intensificar aún más esta represión, el 21 de mayo de 2023, las autoridades judiciales y del ejecutivo presentaron ante el Parlamento el Proyecto de Ley de Apoyo a la Cultura de la Castidad y el Hiyab”.
AI puntualizó, a continuación, que, “en virtud de esta propuesta legislativa, las mujeres y niñas que aparezcan sin velo en espacios públicos y en las redes sociales, o que muestren ‘desnudez de una parte del cuerpo o lleven ropa fina o ajustada’ serán objeto de una serie de sanciones que afectarán gravemente a sus derechos humanos, incluidos los sociales y económicos”.
Igualmente, precisó que “estas sanciones incluyen multas, la confiscación de vehículos y dispositivos de comunicación, la prohibición de conducir, deducciones del salario y de los beneficios laborales, el despido laboral y la prohibición de acceder a servicios bancarios”.
Como ejemplo de la paranoia misógina de la dictadura, la organización reveló que la proyectada legislación “incluye propuestas para condenar a las mujeres y niñas declaradas culpables de desobedecer las leyes sobre el uso obligatorio del velo “de forma sistemática o en connivencia con servicios de inteligencia y seguridad extranjeros”.
Las penas previstas incluyen de dos a cinco años de prisión, establecer “residencia
obligatoria en un lugar concreto”, además de prohibición en cuanto a viajar, agregó la oenegé.
El demencial castigo se extiende a los responsables tanto de instituciones públicas como de empresas privadas quienes permitan que trabajadoras y clientas se abstengan de usar hijab, según lo informado por AI.
En estos casos, el castigo implica, entre otras acciones, extensas condenas a prisión, así como el cierre de las entidades involucradas, agregó la oenegé internacional.
A respecto, planteó que “las autoridades iraníes deben abolir el uso obligatorio del velo, anular todas las sentencias condenatorias y penas impuestas por desobedecer esta norma, retirar todos los cargos formulados contra todas las personas enjuiciadas y poner en libertad incondicional a cualquier persona detenida por desobedecer el uso obligatorio del velo”.
Además, “las autoridades deben abandonar sus planes de castigar a las mujeres y las niñas por ejercer sus derechos a la igualdad, la intimidad y la libertad de expresión, de religión y de creencias”.
En ese sentido, Callamard planteó, a manera de exhortación, que “la comunidad
internacional no debe quedarse de brazos cruzados, mientras las autoridades iraníes intensifican su opresión de las mujeres y las niñas”.
“La respuesta de los Estados no debe limitarse a contundentes declaraciones públicas e intervenciones diplomáticas”, advirtió.
Debe “conllevar, también, el uso de vías legales para que las autoridades iraníes rindan cuentas por ordenar, planear y cometer violaciones de derechos humanos generalizadas y sistemáticas contra las mujeres y las niñas, mediante la aplicación del uso obligatorio del velo”, propuso, a continuación.
La experta subrayó que “todos los gobiernos deben hacer todo lo que esté en su mano para apoyar a las mujeres y las niñas que huyen de la persecución basada en el género y de violaciones graves de derechos humanos en Irán, garantizar que pueden acceder a procedimientos para la concesión de refugio rápidos y seguros, y, en ninguna circunstancia, devolverlas a Irán”.
Foto: krakenimages.com