La infidelidad puede convertirse en un auténtico riesgo para la salud, debido a la probabilidad de contagio de enfermedades de transmisión de sexual 

 

La infidelidad es un problema culturalmente muy arraigado en nuestra sociedad y que va creciendo a pasos agigantados en el mundo. Cada vez son más los que consideran que un encuentro fortuito, estrictamente corporal, en el que no media ningún vínculo emocional, es “peccata minuta”. Otros, encuentran en una relación externa la forma de sobrellevar la dinámica marital, y piensan que esto contribuye a la convivencia marital.

Sea cual fuera la justificación para mantener una vida sexual fuera del vínculo estable, debemos recordar que la infidelidad dejó de ser, ya hace mucho, un problema estrictamente emocional y se ha convertido en un auténtico riesgo para la salud. Son muchas las personas, hombres y mujeres, que son infectados en esas “andanzas” y luego contagian a la pareja de enfermedades de transmisión sexual.

Esto es particularmente cierto con algunas infecciones que pueden transmitirse aun con el uso del condón, como es el caso del virus del papiloma, el herpes simple, VIH, sífilis y desde luego, el riesgo es mayor cuando no se utiliza el condón.

Por eso, ante infecciones a repetición de tipo venéreo se debe conversar seriamente con la pareja sobre la verdadera dimensión del problema. En muchos casos, resulta útil acudir a la consulta, para que el médico explique de mejor manera, la dinámica de las enfermedades venéreas.

Foto: David Gomes