Los cuadros depresivos pueden provocar cierto desdén por la vida, al punto de dejar de alimentarse y ingerir medicamentos, entre otras acciones

 

A veces se cree que las parejas de antes “todas eran felices”, cuando en realidad tanto antes como ahora resultaba difícil conseguir una buena pareja. Además, como antes el matrimonio era para siempre, las diferencias y hostilidades se acrecentaban con el tiempo, al punto que muchos de esos matrimonios de antaño vivían juntos solo de la puerta para afuera, es decir, solo aparentaban una vida de pareja armónica.

Por eso, antes como ahora, aquellas parejas felices entienden rápidamente que su relación es única y por eso la cultivan y la cuidan día a día, y así ese vínculo se acrecienta con el tiempo, al punto que ambos se acostumbran a vivir un “lujo emocional” al tener una pareja amorosa y fraterna.

Bajo esa perspectiva se entenderá lo que significa tener una relación genuina, vitalizada, afectuosa durante tantos años y que, de un momento a otro, “la muerte nos separe”.

Aunque nadie se muere de amor, sí es cierto que estas pérdidas provocan un fuerte impacto emocional. Después de tantos buenos años juntos la vida pierde sentido, por eso es común que se produzcan cuadros depresivos, que pueden provocar cierto desdén por la vida y el cuido personal.

Así muchos ya no toman a diario los medicamentos, ya no salen a caminar, pasan mucho tiempo en la cama, entre muchas otras conductas que provocan, sobre todo a esas edades, la descompensación de diversas enfermedades y por ende la muerte, por eso decimos que sí, si es posible “morir de amor”.

Dr. Miguel A. Torres, cel.: 506 – 8404-6772

Foto: Engin Akyurt