En la primera mitad de 2023 los secuestros de mujeres en Haití, por parte de pandillas criminales, supera a todo 2021, de acuerdo con los más recientes números dados a conocer por Unicef
Los registros ascendentes respecto acciones de secuestro de mujeres -lo mismo que de menores de edad-, por parte de pandillas criminales, en Haití, agudizan la crisis humanitaria que golpea al país, presentando características propias de un estado fallido.
De acuerdo con los más recientes números dados a conocer por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, los secuestros perpetrados apenas durante la primera mitad de este año son tres veces superiores a los registrados en 2021, y se equiparan con los correspondientes al año pasado.
Al revelar, el 7 de agosto, detalles de la dramática situación del isleño país del Caribe francoparlante, Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas- denunció que la afectación, para las víctimas, es lo mismo física que psicológica -además de extendida en el tiempo-.
Unicef “confirmó este lunes (7 de agosto) un alarmante ascenso en el número de secuestros de mujeres y niños en Haití”, indicó el medio de comunicación.
“Según los últimos datos que maneja el organismo (Unicef), durante los primeros seis meses de 2023 se produjeron cerca de 300 raptos, una cifra que iguala el registro de todo el año pasado y casi triplica los números de 2021”, precisó.
“En la mayoría de los casos, el móvil de los grupos armados es utilizar, a estas personas, con fines económicos o tácticos”, agregó, a continuación.
Catastrófica la situación de Haití
Según la versión periodística, Unicef “define como ‘catastrófica’ la actual situación que vive Haití”, ya que “cerca de la mitad de la población, 5,2 millones de personas, precisa ayuda humanitaria, entre ellas casi tres millones de menores”.
De acuerdo con cálculos del banco Mundial (BM), un sesenta por ciento de la población haitiana -estimada en casi 11.5 millones, un 50.5 por ciento de la cual está constituida por mujeres- está en situación de pobreza.
Noticias ONU informó, asimismo que, “aparte de los profundos traumas a los que se enfrentan mujeres y niños, los informes de UNICEF también indican que el sistema sanitario local se encuentra al borde del colapso y que las escuelas siguen siendo atacadas” por pandilleros.
“Otros aspectos -como el aumento de la violencia, los saqueos, el bloqueo de carreteras, y la generalizada presencia de grupos armados- obstaculizan gravemente las labores humanitarias, dificultando la entrega de ayuda a las comunidades afectadas”, puntualizó, a continuación.
Por otra parte, “las víctimas (de la descontrolada violencia pandillera) que consiguen regresar a casa, se enfrentan a profundas cicatrices físicas y psicológicas, posiblemente durante muchos años”, agregó.
En ese sentido, Noticias ONU citó al director regional de Unicef para américa Latina y el Caribe, el médico haitiano Gary Conille, en el sentido de que los relatos personales de quienes sobreviven a la crueldad de los violentos grupos criminales armados son “espeluznantes e inaceptables”.
“Las mujeres y los niños no son mercancías, no son moneda de cambio, y nunca deben verse expuestos a este tipo de violencia inconcebible”, aseguró el funcionario internacional.
“La creciente tendencia de secuestros y raptos es extremadamente preocupante, y amenaza tanto al pueblo de Haití como a quienes han venido a ayudar”, advirtió.
En cuanto a las víctimas de cautiverio, Conille dijo, en calidad de exhortación -aplicable lo mismo a las pandillas que a las fuerzas de seguridad-, que es necesario concretar la “liberación inmediata, y el retorno seguro, de todas las personas secuestradas” en Haití.
«He sido testigo de la extraordinaria resistencia de los niños, las mujeres, y las familias haitianas, que se enfrentan a retos aparentemente insuperables, y se niegan a rendirse”, señaló.
“Sin embargo, su valentía encara un terror cada vez mayor e impensable”, y “esto debe terminar de inmediato”, reflexionó, en calidad de advertencia.
Respecto a la brutal realidad haitiana -estallada hace aproximadamente un año-, y que se centra, en particular, en Puerto Príncipe -la capital nacional- y alrededores, un grupo de expertos de Naciones Unidas en materia de derechos humanos, denunció que el cuadro de situación es caótico.
Citados en un comunicado que la organización mundial difundió, el 10 de mayo, en su sitio en Internet, los especialistas señalaron que el hecho de que la ley no rige en las áreas contradas por las pandillas está generando un masivo desplazamiento interno -desde la capital, hacia otras ciudades-.
Ello, además de que incide, marcadamente, en el indetenible fenómeno migratorio
-principalmente, hacia Estados Unidos-, precisaron.
“Las bandas armadas buscan expandir su área de influencia en un contexto de impunidad generalizada”, para lo cual “tomaron el control de las zonas urbanas cometiendo asesinatos, actos violentos, violaciones, secuestros e intimidaciones”, relataron.
Según los especialistas. “en un contexto tan aterrador, parece que la violencia sistemática contra las mujeres y las niñas, incluida la sexual, se utiliza como instrumento de poder y como medio de ejercer el control territorial por parte de bandas rivales que asolan la capital desde hace más de un año”.