El femicidio es un problema recurrente en Honduras, un flagelo que se ha ido normalizando, contexto en el cual, las mujeres y niñas siguen sufriéndolo, sin que las autoridades reaccionen
Seis mil mujeres fueron asesinadas, la pasada década, en Honduras, de Acuerdo con datos revelados por una consultora en derechos humanos.
El escenario en algo más de dos tercios de los casos fue el entorno del hogar, aseguró la especialista Honorina Rodríguez, en declaraciones reproducidas, el 6 de agosto, por la radioemisora hondureña HCH.
La violencia de género es un brutal fenómeno social cuya normalización contribuye a que persista como una de las principales manifestaciones del patriarcado que domina en la sociedad del país centroamericano, de acuerdo con lo planteado por la experta.
“En los últimos 10 años, seis mil mujeres han sido asesinadas”, en Honduras, denunció Rodríguez…(A) un 65 por ciento de las féminas se les quitó la vida en lugares donde deberían estar seguras”, subrayó.
Rodríguez aseguró, asimismo, que la violencia de género no es vista, en Honduras, como el tóxico fenómeno de índole social que significa.
Se trata de “un problema recurrente en Honduras, un flagelo que se ha ido normalizando”, contexto en el cual, “mujeres y niñas siguen sufriéndolo, sin que las autoridades reaccionen”.
“La violencia contra las mujeres se da en la familia”, denunció.
“Creemos que, en un 90 por ciento de los hogares de Honduras, hay violencia, de diferentes tipos, unas veces, de forma simbólica”, señaló, en alusión a las diferentes manifestaciones de agresión machista.
Al evidenciar que el maltrato de género es visto, en general, como un habitual fenómeno social, y al hecho de que, por lo general, las agresiones y sus perpetradores quedan impunes -frecuentemente, por el componente de intimidación que implican-, la experta denunció que, “de cien hombres que hacen eso, dos mujeres responden a esos actos de violencia”.
En cuanto a la agresión machista resultante en femicidio -su más brutal manifestación-, en su más reciente actualización de datos, el no gubernamental Centro de Derechos de Mujeres (CDM) informó que, para el período comprendido desde el 1 de enero hasta el 23 de julio de este año, las víctimas registradas fueron 259.
La cifra marca una potencial y preocupante orientación ascendente, ya que, para los 12 meses de 2022, el total estimado por el Observatorio de la Violencia, de la estatal Universidad Nacional autónoma de Honduras (Unah) fue 306.
De acuerdo con los números de CDM, durante la primera mitad de 2023 el mes que el más dramático registro de femicidios fue junio, con 91, seguido por enero (38), y febrero (36).
En cuanto a julio, el registro preliminar, hasta el 23 de ese mes, se ubica en 19, según la misma fuente.
En cuanto a la normalización de la agresión de género, Rodríguez explicó, a HCH, que “hay muchas jovencitas que están experimentando episodios de violencia, sin saberlo, por parte de sus (respectivas) parejas”.
“Son formas de control disfrazadas de un interés”, indicó, para precisar, a manera de ejemplo, que, “muchas veces, las jóvenes no pueden ni platicar con sus familiares ni amigos”.
“Son formas (de control de pareja) que se traducen en violencia”, reafirmó.
Rodríguez señaló la importancia tiene la educación, en el combate a la agresión de género, y advirtió que se trata de un componente que la sociedad y las autoridades descuidan.
“Un error que se comete, actualmente, con la juventud, es que estamos dejando que la calle eduque a los jóvenes, que el teléfono eduque a los muchachos”, advirtió, para agregar que, “al final, (esa actitud) se refleja en la sociedad”.
“Por eso, vemos los altos niveles de violencia, y lo normalizamos, algo que no puede seguir pasando”, reflexionó.
En declaraciones que el medio de comunicación hondureño Tu Nota reprodujo, el 2 de julio de 2021, Rodríguez se refirió a la necesidad de que se abandone la conducta de invisibilizar la agresión machista que victimiza lo mismo a mujeres que a niñas y adolescentes.
“Es necesario que todas las instancias respeten y apliquen la Política Nacional de la Mujer (PNM) y las demás leyes, (así) como las disposiciones generales de presupuesto que establecen que se asigne recursos para las mujeres”.
Vigente desde 2010, la PNM apunta al cumplimiento de cuatro objetivos.
Se trata de, respectivamente, “garantizar el efectivo cumplimiento de la legislación nacional e internacional que sanciona la violencia contra las mujeres”, además de “promover acciones que generen una conciencia crítica y control social sobre la violencia que se ejerce contra las mujeres, como problema de derechos humanos”.
Igualmente, procura “fortalecer y ampliar los servicios de atención a las mujeres sobrevivientes de violencia doméstica, intrafamiliar y sexual”, además de “fortalecer la planificación interinstitucional y promover la creación de un Sistema Estadístico Nacional para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres”.
Rodríguez denunció que, no obstante su vigencia de más de una década, la PNM -al igual que otra legislación en similar sentido- no es plenamente implementada.
En cuanto, específicamente, al tema de los recursos presupuestarios, la especialista denunció que “ninguna entidad del gobierno cumple con etiquetarlos”.
“Sí, hay asignaciones, pero no específicamente orientadas”, explicó, a continuación.
En tal sentido, la consultora señaló, a manera de recomendación, que “se necesita que trasciendan y mencionen en sus planes y programas, de forma escrita, a la asignación de recursos y a la atención de las necesidades prácticas y estratégicas de más del 51 por ciento de la población (hondureña)”.
También sugirió que, “además, urge (…) que la cooperación internacional condicione que al menos el 30 por ciento de su apoyo al país sea asignado para las mujeres, no para María, Juanita u otra, sino acciones en favor de las mujeres de Honduras”.
Foto: Racool_studio