Muchos encuentros sexuales van precedidos de una cena abundante, acompañada de licor, que atentan contra un adecuado rendimiento sexual
Tanto el sexo como la comida, ambas son necesidades primordiales, es decir, comer es fundamental para la sobrevivencia del individuo, y el sexo es indispensable para la sobrevivencia de la especie. Sin embargo, hoy en día, estas actividades transcienden sus funciones básicas, pocos comemos en estado de necesidad, es decir no tenemos cuadros de desnutrición y ni enfrentamos periodos de hambruna.
De igual forma, la mayoría de las relaciones sexuales no tienen un fin reproductivo, hoy el sexo tiene sobre todo un contenido lúdico y recreativo. De tal forma que las recomendaciones que hace la ciencia por medio de la sexología y la medicina sobre el consumo de alimentos y el sexo se basan más en aspectos vivenciales y fisiológicos que en fundamentos filogenéticos.
Por otra parte, debemos aclarar que el sexo no es una actividad que demande mucha energía, si acaso se consumen cien calorías que es el equivalente a caminar una milla, de tal forma que no se requiere ir comido para dar la talla en la cama.
Por eso las recomendaciones se dictan en aspectos muy puntuales, así se debe evitar el ayuno, o largos periodos sin comer, para que no afloren malestares gástricos, como acidez, eructos, reflujo y hasta gases o pedos, que pueden ensombrecer los encuentros sexuales.
Además, algunas personas experimentan bajonazos de azúcar cuando pasan varias horas sin “probar bocado”, y pueden presentar diversos síntomas muy molestos e incómodos como palpitaciones, ansiedad, cansancio, palidez, temblores sudoración y hasta irritabilidad, que como se entenderá, lleva al traste con cualquier encuentro sexual. En estos casos es recomendable, antes de la relación, optar por un “puntalito”, o un “quita hambre”, si no se puede tener una comida como tal.
De igual manera, se deben evitar grandes comidas inmediatamente antes del sexo. La distención abdominal y el reflujo también pueden jugar una mala pasada a la sexualidad.
Mencionarlo es importante porque en nuestra sociedad, muchos encuentros sexuales van precedidos de una cena glamorosa y abundante, acompañada de licor, que atentan contra un adecuado rendimiento sexual.
Es importante señalar, además, que si se come de forma desmedida es común que unos minutos después aflore el sueño, esa siesta digestiva característica, producto de un fenómeno llamado marea alcalina. Por eso, lo recomendable en estas salidas románticas es optar por una comida ligera, y evitar el licor (drogas también) o procurar un consumo moderado en aras de pasarla bien en la cama.
Desde luego, el escenario es diferente cuando se trata de una pareja estable con la que se tienen mucho tiempo de vivir juntos, porque ya han aprendido sobre la marcha el efecto que tiene la comida sobre la sexualidad de cada uno. Por lo general lo recomendable es una comida ligera, poco grasosa, una o dos horas antes de ir a la cama.
Por otra parte, en las parejas estables el sexo se puede tener a cualquier hora del día, así un exabrupto por comer mucho o no comer, no representa un problema, simplemente se posterga el encuentro sexual para un mejor momento.
Dr. Miguel A. Torres Batista, Medicina y Cirugía, terapias naturales y alternativas. Tel.: 506 8404 6772
Foto: Vitaliy Izonin