El régimen del movimiento fundamentalista islámico talibán, establecido en agosto de este año en Afganistán, continúa restringiendo la libertad de las mujeres en ese país asiático, ahora, mediante la prohibición de que realicen, solas, viajes que impliquen cubrir largas distancias, por tierra.

Para tales desplazamientos, tienen la obligación de hacerse acompañar por un pariente masculino, o un hombre allegado a la familia, de acuerdo con la nueva directriz machista emitida por el Ministerio de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio.

Al informar sobre la más reciente prohibición de género impuesta por el régimen, la British Broadcasting Corporation (BBC) citó, en un artículo que difundió el 27 de diciembre, a una afgana quien aseguró que, a raíz de la conducta de las autoridades gubernamentales -que incluye restricciones, también en materia educativa lo mismo que laboral-, perdió no únicamente la independencia sino, al mismo tiempo, la felicidad.

Los talibanes han dispuesto que, “a las mujeres afganas que buscan viajar largas distancias por carretera se les debe ofrecer transporte solo si están acompañadas por un acompañante masculino”, según la versión periodística.

Se trata de que “aquellas mujeres que viajen más de 72 kilómetros tienen que ir acompañadas por un integrante masculino cercano de la familia”, explicó la BBC.

La medida también obliga, “a los propietarios de vehículos que se nieguen a llevar a las mujeres que no usen velo islámico o hijab, aunque no dice qué tipo deben usar”, indicó, en alusión a las diferentes modalidades que presenta esta prenda, desde la que cubre solamente la cabeza hasta la que oculta, completamente, el cuerpo.

En el contexto de represión contra la población femenina, “la mayoría de las mujeres afganas ya lleva velo”, puntualizó el medio de comunicación británico.

La disposición referida a viajes, que fue emitida el 26 de diciembre, “es la última restricción sobre los derechos de las mujeres desde que este grupo islamista se hizo con el poder en Afganistán el pasado mes de agosto”, precisó.

“La mayoría de escuelas secundarias permanece cerradas para las niñas, mientras que a la mayoría de mujeres se les ha prohibido trabajar”, agregó, en la nota informativa titulada “El Talibán prohíbe los viajes de larga distancia a mujeres que no vayan acompañadas de un hombre en Afganistán”.

También citó una evaluación que, de la situación, ha dado a conocer la organización no gubernamental de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), en el sentido de que, en síntesis, la nueva limitación oficial, se traduce en “un paso más hacia la reclusión de las mujeres en este país”.

En ese sentido, reprodujo declaraciones formuladas por la directora asociada de Derechos de la Mujer, de HRW, Heather Barr, a la Agence France-Presse (AFP), en el sentido de que la más reciente reglamentación eliminó “las oportunidades, de las mujeres, de ser capaces de desplazarse libremente”, o “de huir si sufren violencia doméstica”.

Sobre la medida, en declaraciones que la BBC reprodujo en el artículo, una partera afgana residente en Kabul -la capital nacional-, identificada solamente como Fátima, expresó que, al conocer lo decretado por el régimen, “me sentí muy mal”.

“No puedo salir de forma independiente”, agregó, para, a continuación preguntar: “qué puedo hacer si mi hijo se enferma, y mi marido no está disponible?”.

Desde que irrumpieron en el poder, “los talibanes capturaron nuestra felicidad”, reflexionó.

“He perdido mi independencia, y mi felicidad”, agregó.

Respecto a las restricciones impuestas, por el régimen, a la población femenina del país, la BBC informó, igualmente, que, en noviembre, “también prohibió la aparición de mujeres en ficciones televisivas”, y que, asimismo, “ordenó a las mujeres periodistas y presentadoras que usaran velos en pantalla”.

Surgido en 1994, en el marco de la guerra civil afgana (1992-1996) -tras la ocupación militar (1978-1992) por parte de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)-, el grupo Talibán estuvo, desde 1996 hasta 2001, en control de aproximadamente tres cuartas partes de los algo más de 652 mil kilómetros cuadrados que constituyen el territorio afgano.

La violenta administración talibana -caracterizada por brutales violaciones a los derechos humanos, en particular de las mujeres y las niñas-, que no incluía la capital, fue derrocada en diciembre de 2001, cuando Afganistán fue escenario de una invasión militar, encabezada por Estados Unidos.

No obstante esa derrota, el movimiento se mantuvo, desde entonces, en resistencia armada.

Tras el retiro, en agosto de este año -dos décadas después-, de las tropas estadounidenses
-las fuerzas extranjeras que mantenían la ocupación en el país asiático-, la ofensiva talibana logró el objetivo de derrocar al gobierno del presidente (2014-2021) Mohammad Ashraf Ghani, cuando tomó el control de Kabul, el 15 de ese mes.

En declaraciones reproducidas el 29 de octubre, también por la BBC, una jueza afgana, identificada como Sana -para proteger su identidad-, quien huyó al exilio, con sus dos hijos pequeños, denunció que la población femenina se encuentra en estado de indefensión.

“En este momento, las mujeres, están presas, en sus casas, y los criminales que yo encerré, están libres”, dijo.

Respecto al autoritarismo del régimen, reflexionó que “Afganistán no pertenece a los talibanes (…) pertenece a todos los afganos”.

Por su parte, en diálogo con la agencia informativa Efe, difundido el 16 de agosto -un día después de la toma talibana del poder-, una estudiante universitaria afgana de 23 años, describió a los integrantes del grupo Talibán como personas carentes de sensibilidad humana, además de que, en su violenta y errónea interpretación y aplicación de la Sharia
-ley del Islam- demuestran que no comprenden el contenido del Corán -el libro sagrado de esa religión-.

El regreso de esa agrupación extremista, al poder, en Afganistán, plantea, principalmente para las mujeres, una situación de terror, explicó la joven.

Identificada, únicamente, como Khadija, aseguró que “los talibanes son como animales, no entienden el Corán”.