Experta en tecnología: “la brecha de género en este sector es un drama, es un círculo vicioso terrible… como no hay mujeres, no hay directivas; como no estamos visibles, las niñas no se inspiran…”

La brecha de género en el campo de la tecnología presenta características dramáticas, lo que resulta de la ausencia de mujeres, a su vez causada por la falta de incentivos en el plano de la educación.

La situación viene agudizándose, durante décadas, traduciéndose en la exclusión del enfoque femenino en un sector que se ha constituido en esencial para el quehacer de las personas.

En opinión de la española Karina Gilbert, catedrática de la Universidad Politécnica de Cataluña (Univesitat Politècnica de Catalunya-Barcelona Tech, UPC), exponente de esta línea de análisis y denuncia, tal preocupante contexto se combate, por ejemplo, alentando a las niñas a educarse y a desmantelar estereotipos.

La visión femenina no está presente en el diseño de la globalización, por lo tanto, no existe en el ámbito de la inteligencia artificial (IA), subrayó Gilbert, en declaraciones reproducidas, el 28 de mayo, por el diario regional español La Voz de Galicia.

“La brecha de género en este sector es un drama, porque tenemos muy pocas mujeres”, aseguró la experta en inteligencia artificial aplicada a salud, bienestar, medio ambiente, sostenibilidad.

“Y es un círculo vicioso terrible: como no hay mujeres, no hay directivas; como no estamos visibles, las niñas no se inspiran, y como no estudian estas carreras, no llegan profesionales (femeninas) al sector”, explicó.

Al señalar que la negativa tendencia se ha agudizado a lo largo de décadas, advirtió sobre lo que presentó como la consolidación de la desigualdad en esa área de importancia rápidamente creciente.

“Esto tiene un impacto gravísimo, que es que la mirada femenina no está contemplada en el desarrollo de la tecnología”, planteó.

“Vamos a una sociedad donde lo digital va a desempeñar un papel fundamental, y no nos podemos permitir que la inteligencia artificial ignore la mirada femenina”, expresó, a continuación.

Ello implica la materialización de “un mundo poco amable para las mujeres”, algo que está ocurriendo, aseguró.

En calidad de ejemplo, mencionó el caso de la industria automotriz.

Todas las mujeres, conducimos con las piernas abiertas, porque el coche (vehículo) se ha diseñado de una manera que el largo del volante te cae en medio”, comenzó a señalar.

“Si hubiera habido mujeres diseñando coches, en los años 20, el coche no sería así”, continuó explicando, para precisar que “ésta, no es una posición cómoda, para nosotras”.

“Cuando hay una ausencia de mujeres diseñando el mundo, el mundo tiene una forma de funcionar que le va bien a los que lo diseñan”, reflexionó, haciendo, así, referencia al predominio masculino en el campo tecnológico -entre numerosas otras áreas de actividad humana-.

“Nuestra mirada no está, y, encima, ni nos planteamos si esto está bien o mal”, dijo.

En la visión de Gilbert, la educación se presenta como un instrumento de alto valor para enmendar ese orden de cosas.

Un modo de hacer frente a esa tendencia excluyente se materializa “potenciando la visibilidad de las mujeres, para que las niñas se inspiren, yendo a las escuelas, y rompiendo estereotipos”, propuso.

En alusión al tema, en un reciente artículo de opinión, la directora regional de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la uruguaya María Noel Vaeza, planteó que la revolución digital puede combatir la desigualdad de género, o puede agudizarla.

El desarrollo tecnológico global constituye un elemento que puede aportar al combate contra la desigualdad de género, o contrariamente, incidir en la ampliación y la profundización de la brecha entre hombres y mujeres, advirtió Baeza, en el texto difundido, el 9 de marzo, por ONU Mujeres, en el sitio de la institución en Internet.

La población femenina es, por lo general, menospreciada como actor creativo en esa área, desbalance que trasciende el ámbito de la tecnología, ya que se interrelaciona con campos tales como el laboral, el salarial, el social, entre otros, explicó la experta, en el comentario que tituló “Revolución digital: una encrucijada para los derechos de mujeres y niñas”.

En ese sentido, reflexionó que “estamos ante dos caminos opuestos: la revolución digital puede contribuir a generar condiciones para que las mujeres disfruten de plena igualdad política, económica y social, o bien pueden simplemente ampliar las brechas de género preexistentes y generar nuevas desigualdades”.

“Y en este contexto, nosotras, las mujeres, rara vez somos consideradas y empoderadas como creadoras en materia de tecnología”, denunció, a continuación.

“O, dicho de otra forma, la brecha no es solo digital”, pasó a explicar, para precisar, además, que “las disparidades en el acceso al uso y aprendizaje de la tecnología es a la vez expresión y resultado de las brechas laborales, salariales, educativas y sociales que debemos seguir trabajando en superar”.

Foto: ThisIsEngineering