La candidata senatorial colombiana Fidelia Suárez es una trabajadora sexual cuya aspiración de llegar a ser legisladora, consiste, entre otros objetivos, en dar voz a sus colegas, para mejorar las indignas condiciones en las cuales se desempeñan las mujeres quienes practican esta ocupación.
Suárez, cuya experiencia laboral supera las tres décadas, expuso, al diario venezolano El Universal, sus objetivos como potencial parlamentaria, además de que denunció la invisibilización del injusto contexto que caracteriza a esta compleja profesión.
Una mejor calidad de vida para sus colegas, también figura entre las metas a las cuales Suárez aspira a ser integrante del Senado de Colombia.
“Queremos llegar a esta curul (escaño parlamentario), con voz y voto, para que dejen de hablar de nosotras sin estar nosotras”, que “somos población vulnerable”, explicó, en las declaraciones que el medio de comunicación reprodujo el 10 de febrero.
“Queremos seguridad social y el derecho a créditos, que se nos han negado por ejercer el trabajo sexual”, indicó.
Asimismo, “buscamos mejorar las condiciones, que son tan indignas, de donde prestamos estos servicios, y mejorar nuestra calidad de vida”, aseguró.
“Nosotras, necesitamos la garantía y protección de nuestros derechos fundamentales y laborales como personas que ejercemos un trabajo que es el más antiguo del mundo”, reflexionó.
La aspirante senatorial, planteó, asimismo, una precisión conceptual respecto a su línea de trabajo.
“Prostitución es algo muy diferente a trabajo sexual”, dijo.
“No soy prostituta”, agregó, para aclarar que, “a mí, nadie me está imponiendo”.
“La prostitución la sufre cualquier ser humano de cualquier edad, sexo, y parte del mundo, cuando se le impone hacer algo que no desea”, continuó explicando.
En cambio, “soy muy orgullosa como trabajadora sexual, que me tiene, aquí, invitada a aspirar a esa curul”, aclaró.
“Por primera vez, en Colombia, una trabajadora sexual está en la lista para el Congreso”, subrayó, en alusión al bicameral organismo legislativo del país sudamericano.
Al respecto, Suárez preció que la candidatura no es resultado de un esfuerzo personal por obtenerla sino que le fue planteada por el centroizquierdista Partido Liberal Colombiano (PLC).
Fundado en 1848, el PLC es la agrupación política más antigua de Colombia, de cuyas filas surgió José Hilario López, el presidente durante cuyo mandato (1849-1853) la esclavitud fue abolida -en 1851-.
La agrupación política ha sido partido gobernante durante más de una veintena de períodos, el más reciente de los cuales estuvo a cargo de Juan Manuel Santos (2010-2014, 2014-2018), un ex ministro de Defensa (2006-2009), quien, en 2016 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz.
Suárez participa en el proceso electoral conducente a los comicios parlamentarios programados para el 13 de marzo, para determinar quiénes serán los 108 senadores y los 188 diputados quienes, a partir del 20 de julio integrarán, respectivamente, las dos cámaras legislativas para el cuatrienio (2022-2026).
En cuanto a su postulación, la candidata aclaró que “no me lancé” sino que “fui invitada a estar en la lista para llegar a la curul en el Congreso por el Partido Liberal Colombiano”.
Al referirse a la reacción, de sus colegas, la aspirante a senadora dijo que “todas están orgullosas de que una compañera sea candidata”, y, aseguró, en términos generales, que “respeto a la compañera que me apoye, y a la que no”.
“Como trabajadora sexual sé lo que son las necesidades (de ese sector laboral), y la irresponsabilidad de gobiernos, de muchos siglos, por jamás habernos tenido en cuenta como parte del pueblo colombiano”, agregó.
“Sólo se acordaban de nosotras en tiempos electorales”, recordó.
Suárez abordó, además, un punto clave en materia de la socialmente ignorada dignidad de las trabajadoras sexuales, al plantear que “no queremos que nos construyan: queremos construir lo que es de nosotras mismas, para nosotras mismas, y que dejen de utilizarnos”.