A nivel nacional, un 96 por ciento de las usuarias de transporte público han sido víctima de alguna forma de agresión de género, que van desde insinuaciones, tocamientos y acoso
Ante la dimensión que ha adquirido la agresión de género en el transporte público nacional, tres ciudades de México están implementando un plan piloto para combatir ese masificado fenómeno machista.
Iniciada en la central Ciudad de México (CDMX) -la capital nacional-, el programa está ejecutándose también en La Paz -en el noroccidental y peninsular estado de Baja California Sur- y en Manzanillo -en el occidental y costero estado de Colima.
En el liderazgo de la propuesta se ubica el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), trabajando conjuntamente con autoridades de los respectivos estados, principalmente, las secretarías (ministerios) de Movilidad y de las Mujeres.
Al informar sobre el tema, el medio de comunicación mexicano Animal Político reveló que, a nivel nacional, un 96 por ciento de las usuarias de transporte público ha sido víctima de alguna forma de agresión de género, lo que, entre numerosas variantes, incluye “miradas, insinuaciones, tocamientos y acoso”.
“A partir de ello, el instituto realiza el pilotaje de nuevos lineamientos para prevenir estas violencias” en esas tres ciudades, indicó el medio.
Se trata de “la capacitación de conductores, la distribución de materiales que apelan a describir y definir el acoso como un delito, así como acciones de difusión y coordinación en torno a las consecuencias que debe enfrentar quien lo comete”, agregó, en la nota informativa que difundió el 9 de agosto.
También señaló que, de acuerdo con un reciente diagnóstico producido por Inmujeres -sobre el cual fueron elaborados los lineamientos-, “el principal medio de transporte, en general, es la caminata, con el 51% de las preferencias, focalizadas principalmente en el movimiento de las infancias en los años de educación elemental”.
“Sin embargo, las diferencias entre hombres y mujeres comienzan a percibirse en los viajes al trabajo, pues las mujeres se mueven más en transporte público y caminando, casi 10 puntos porcentuales por encima de los hombres, quienes acceden más rápido a vehículos particulares, transporte personal o bicicleta”, continuó informando.
En ese sentido, al citar datos de la más reciente Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE, 2021), indicó que las mujeres perciben una alta inseguridad en espacios públicos como parques o centros recreativos (60.4 por ciento), la calle (69.5), el transporte público (73.8).
En el caso de delitos sexuales, 93 por ciento de las víctimas está constituido por mujeres.
“Ellas viven diferentes tipos de acoso en el transporte público, desde silbidos, besos, gestos con la mano, expresiones, sonidos, toqueteos, alusiones personales, sexuales, directas o indirectas al cuerpo, miradas lascivas e insinuantes, arrinconamiento en vehículos, bloqueo del paso o acciones grupales y fotografías sin su consentimiento”, de acuerdo con la versión periodística.
También, “intimidación y acoso verbal, masturbación, exhibicionismo, acecho y persecución de la víctima fuera de la zona del transporte público”, de acuerdo con la misma fuente.
“Ante ello, en diferentes estados algunas de ellas determinan acciones propias, como procurar estar acompañadas, cambiar de trayectos, no salir en ciertos horarios o no caminar solas”, señaló.
“De acuerdo con el Inmujeres, hasta ahora, las acciones para atender estas violencias se han implementado de manera aislada, principalmente enfocadas en sistemas de transporte masivo, lo que deja fuera al transporte de mediana y baja capacidad”, agregó.
“Esto se debe a la complejidad para poner en marcha protocolos o mecanismos de prevención, así como a dar atención y seguimiento a los casos de violencia que ocurren en esos tipos de transporte, por tratarse, en su mayoría, de un servicio concesionado donde además (en el personal de esos medios) predomina la presencia masculina”, precisó.
Animal Político también hizo referencia a datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (Ensu), de acuerdo con los cuales, durante el primer semestre de 2022, 24.8 por ciento de las mujeres de 18 años y más, dijo haber enfrentado alguna situación de acoso o violencia sexual en lugares públicos.
Asimismo, un 23.3 por ciento señaló que ha sido víctima de intimidación sexual, mientras que 20.2 por ciento ha soportado piropos groseros u ofensivos de tipo sexual, o sobre su cuerpo.
Respecto al crítico escenario nacional en materia de agresión machista, citada en la nota informativa, la titular de Inmujeres, Nadine Gasman, explicó que “nuestra forma de utilización del espacio público y del transporte público es diferente”.
Ello, “porque el hombre, en general, va de su casa al trabajo o de su casa a estudiar, y la mujer va de su casa a la guardería, de la guardería al trabajo, del trabajo a la tienda, de la tienda a la guardería, y a su casa”, siguió precisando.
“Entonces, el uso del transporte público es muy diferente: nosotras lo usamos más”, puntualizó.
En opinión de Gasman, “es una experiencia, casi de todas, de que no es un espacio donde nos sentimos seguras, donde casi todas han vivido -en algún momento- acoso, donde también se normaliza, como que estás ahí y los hombres que están ahí pueden decirte lo que quieran, pegarse, manosearte, etcétera”.
“Ante esta vivencia que tienen muchísimas mujeres, decidimos que había que hacer algo”, indicó.
De modo que “la idea es desarrollar herramientas objetivas, claras y prácticas para cambiar la situación de acoso, los estereotipos, y la forma en la que nos relacionamos en el espacio público”, siguió planteando.
Eso, “para que cualquier gobierno estatal pueda retomarlas”, subrayó.
Entre esos instrumentos, figuran los de “contribuir a la reducción de casos, generar una cultura de respeto, capacitar y sensibilizar a conductores y personas que atienden casos, y garantizar la coordinación institucional entre concesionarios, operadoras, y mecanismos para las mujeres”, dijo.
“Para ello, se plantean como condiciones fundamentales los mapeos de trayecto, el registro de las personas conductoras, y los canales de comunicación para supervisar y dar seguimiento a casos”, expresó.
Gasman detalló que los lineamientos “tienen dos áreas esenciales, la prevención y la atención, que también incluye la derivación, y estuvimos trabajando con ellos, desarrollamos los materiales tanto para los paraderos como para las unidades, capacitamos a más de 70 conductores y conductoras que tienen un papel muy importante, discutimos, vimos con ellos cómo implementarlo, y ahora se está haciendo”.
“Una vez que se tuvieron disponibles los materiales gráficos en la página web del Inmujeres, también se empezó a trabajar en La Paz y Manzanillo, por tratarse de lugares con condiciones geográficas y sociales totalmente distintas (a la CDMX), y porque se encontró receptividad más rápidamente”, precisó.
“La idea es que en los próximos meses lo presentemos a todas las secretarías de Movilidad estatales, y que se vayan apropiando de estos lineamientos”, reveló.
En cuanto al impacto de la iniciativa, dijo que, “en las ciudades piloto se encontró (…) receptividad a partir de las ventajas que pueden obtenerse: dignificar el trabajo de los conductores, incorporar a más mujeres como conductoras, dar un mejor servicio, y que la gente esté más tranquila al ser parte de un cambio para que las mujeres vivan libres de violencia”.
Gasman aclaró que “es un proceso que no es por decreto, no es mañana, sino que se va a ir construyendo, y que, evidentemente, le vamos a estar dando seguimiento, pero también vamos a estar midiendo su impacto”.
Foto: Samson Katt