Tres mujeres caminando es el nombre de la obra del gran escultor costarricense, Francisco Paco Zúñiga que se encuentra en el Jardín de Esculturas del Museo de Arte Costarricense, en La Sabana.

La pieza alude a tres mujeres robustas, sencillas, tranquilas, que parecen afrontar con altivez y tranquilidad al mundo que las rodea. Esta pieza me hizo recordar a tres mujeres costarricense, “de gran formato” en imagen física y pública. Se trata de Yolanda Fernández Ochoa, Paola Mora Tumminelli e Iary Gómez Quesada.

La primera, Yolanda Fernández Ochoa, la Presidenta de la Cámara de Comercio de Costa Rica, CCCR, con un estilo democrático, sin golpear la mesa con puños (como algunos han querido), sino con el verbo incisivo y audaz, ha promovido un  plan de trabajo enfocado en la defensa de la actividad comercial y empresarial, y la participación activa en los foros y comisiones de trabajo en los cuáles tiene representación la Cámara. La promoción de la formalidad, lucha contra el contrabando y demás prácticas ilícitas, impulso de la competitividad e innovación (eje que incluye entre otros temas la simplificación de trámites y temas tributarios), y finalmente el eje legislativo, dando seguimiento cercano a aproximadamente a 86 proyectos de ley que se encuentran en la corriente legislativa con afectación directa o indirecta al sector que representa, han sido su agenda de trabajo.

La segunda, Paola Mora Tumminelli, Presidenta de Junta Directiva del Banco del Costa Rica, con su carácter fuerte y liderazgo estratégico ha incidido en cuatro áreas: el establecimiento de un Gobierno Corporativo eficiente y adecuado dentro de una institución estatal en libre competencia, en donde convergen lo público y privado; la  lucha contra la legitimización de capitales, propiciando  que se cumplan con rigurosidad las disposiciones legales y reglamentarias aplicables en transacciones identificadas de riesgo; apoyo a la reducción del gasto, apegada a las leyes laborales y manteniendo relaciones respetuosa con líderes sindicales; y el impulso a la igualdad de género, trabajando en el diseño de una política de inclusión.  Logró negociar “hacia la baja” la convención colectiva de esta institución financiera, haciendo posible lo que algunos consideraron “imposible”, desencadenando un efecto dominó en el sector público.

La tercera, Iary Gómez Quesada, con su espíritu indomable en defensa de la justicia y apoyo a los sectores menos privilegiados, desde el Grupo Extra ha luchado en contra de varias iniciativas del poder ejecutivo y legislativo de limitar el derecho a la libre expresión. Ella ha manifestado en diferentes foros la necesidad de que existan garantías que respalden y protejan a los medios de comunicación para que sus contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado. Su participación en la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, ha colaborado en la labor diaria de vigilancia, denuncia y movilización de personalidades e instituciones en defensa de la libertad de expresión y los intereses de la prensa en las Américas. También ha propiciado en todos los medios que lidera la inclusión de diferentes fuentes representativas de sectores de la sociedad, como empresarios, sindicatos, gobierno, iglesia, feministas, LGTV, discapacitados y Defensores de animales, entre otros.

Estas tres mujeres caminan a paso firme y seguras de sí mismas, como la obra escultórica de Zúñiga, dejando huellas imborrables. Con sus acciones evidencian que no existe barreras que impidan  actuar con inteligencia, romper paradigmas, crear hitos, generar pensamiento crítico que mueva opinión pública y patear los traseros de los detractores de la igualdad de género que todavía creen que el mejor lugar para las mujeres es una sala de parto y la cocina.

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