Esta víctima no se dejó intimidar por la popularidad del agresor y tomó la decisión correcta y ejemplar de denunciar al atacante: Dani Alves, el futbolista

El brasileño Dani Alves, futbolista con exitosa trayectoria internacional, detenido y acusado machista agresor, es otro patán quien aprendió, por las malas, que la popularidad -en este caso, la mediática deportiva- no necesariamente garantiza impunidad.

Alves, un ex integrante de la “canarinha” (“canarita”) -nombre popular de la selección mayor de fútbol de Brasil, por el color de su camiseta- y de equipos tales como el Barcelona FC -y, más recientemente, los Pumas, de México-, está, desde el 20 de enero, en régimen de prisión preventiva, en España -específicamente, en la nororiental ciudad de Barcelona, en la región autónoma de Cataluña-, acusado de haber cometido, en una discoteca en esa ciudad, abuso sexual contra una mujer.

Revelada la detención de Alves en Barcelona, el equipo latinoamericano popularmente conocido como los Pumas -el Club Universidad Nacional, de la Universidad Nacional Autónoma de México, (Unam)- rescindió el contrato con el brasileño, acuerdo firmado en julio de 2022.

A diferencia de lo imaginado por el delincuente, y marcando un contraste con otras mujeres similarmente agredidas, esta víctima no se dejó intimidar por la popularidad del agresor, optó por no mantenerse callada, y tomó la decisión correcta y ejemplar: denunció lo ocurrido, e identificó al atacante.

La insostenible versión del futbolista -obviamente, negando los innegables hechos- es autosaboteada por Alves, quien ha proporcionado, en torpes declaraciones judiciales, tres relatos diferentes, respecto a lo que habría ocurrido en ese centro nocturno de Barcelona, según versiones periodísticas.

De acuerdo con la relación de hechos dada a conocer, el 25 de enero, por la cadena de televisión informativa estadounidense Cable News Network (CNN) el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña indicó, mediante un comunicado que su Oficina de Prensa emitió que el 10 de enero, que Alves era investigado como sospechoso de haber cometido, en una discoteca barcelonesa, el delito de agresión sexual.

La información fue actualizada 10 días después, cuando la dependencia judicial dio a conocer que “la jueza de instrucción número 15 de Barcelona ha recibido hoy (20 de enero), en calidad de detenido, al futbolista Dani Alves, imputado por una mujer por una presunta agresión sexual”.

Se trata de “hechos ocurridos presuntamente en una discoteca de Barcelona el pasado mes de diciembre”, de acuerdo con la versión oficial.

“El magistrado ha dictado prisión provisional sin derecho a fianza, por la causa en curso por un delito de agresión sexual”, precisó.

La emisora norteamericana explicó que “a Alves se le dictó prisión provisional sin fianza principalmente por dos motivos, según señaló un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña a CNN: por el riesgo de fuga que existe, pues el jugador no cuenta con arraigo domiciliario en Barcelona y podría viajar a Brasil, de donde no se le podría traer de regreso porque no hay un tratado de extradición con ese país; y por la gravedad del delito del que se le acusa”.

“El delito de agresión sexual con acceso carnal -el caso apunta a que se le juzgará por eso- puede conllevar una pena de entre 4 y 12 años de prisión”, puntualizó el medio de comunicación, para indicar, a continuación, que, “hasta ahora, el caso se encuentra en su fase inicial, en la que se está intentando reunir más pruebas y documentos”, y, “una vez concluido ese paso, se podría pasar a un juicio formal oral”

Por su parte, en un video que hizo llegar al canal español de televisión Antena 3, el futbolista afirmó que “quiero negar todo, primero”, y, a continuación, admitió que “estuve ahí, en ese lugar, estuve ahí con más gente, pasándola bien”.

Sumado a eso, afirmó que “lo siento mucho, pero no sé quién es esta señora”.

La cadena de televisión informó que, a raíz de ello, estableció comunicación con “Cristóbal Martell, abogado que representa al jugador, para obtener una postura”.

“Sin embargo, desde su despacho nos han indicado que no harán ningún tipo de declaración a los medios de comunicación”, agregó.

La emisora indicó, asimismo, que “Alves -cuyo club anunció la recisión de su contrato también el pasado viernes (20 de enero)- se encuentra recluido en el centro penitenciario Brians 2 cerca de Barcelona, donde fue reubicado (…) luego de estar los primeros días en el Brians 1”.

De acuerdo con la versión periodística, “se le reubicó por motivos de seguridad y convivencia dada la notoriedad del acusado, pues el centro Brians 2 tiene menos población que el Brians 1”.

“Específicamente, Alves está en el módulo 13 del centro penitenciario Brians 2, el cual está destinado a los presos por los delitos contra la libertad sexual”, precisó CNN.

En cuanto a la víctima -cuya identidad no dio a conocer-, explicó que, “el mismo viernes 20 de enero, antes de que se le dictara prisión provisional al jugador, la mujer que hizo la denuncia, su defensa legal y un testigo declararon contra Alves”.

“El contenido del testimonio de la mujer no fue hecho público”, aunque en declaraciones a la cadena de televisión, Ester García, abogada de la agredida “destacó dos puntos”.

Por una parte, “indicó que la víctima se encontraba tranquila porque la jueza dio credibilidad a su testimonio, lo cual dijo que quedó demostrado con la prisión provisional sin fianza contra el futbolista”.

“Pero también comentó que la víctima está preocupada, pues, tras la presunta agresión sexual, se encuentra bajo tratamiento farmacológico y psicológico”, agregó.

 

Respecto a lo ocurrido

la noche del 30 de diciembre en el sector VIP (exclusivo) de la barcelonesa discoteca Sutton, el diario español El País proporcionó, el 21 de enero, detalles precisos, basados sobre el contenido de lo que denunció la víctima.

“El auto de prisión da plena credibilidad a la mujer, cuya declaración fue ‘contundente’ y ‘persistente’, sin contradicciones”, señaló el periódico.

“En el juzgado explicó lo mismo que ya había detallado el pasado 2 de enero, tres días después de los hechos, cuando interpuso la denuncia”, precisó, para agregar que “El Periódico de Catalunya (Cataluña) avanzó parte del contenido de esa denuncia, a la que ha accedido este diario (El País)”.

 

“La mujer entró a Sutton, poco antes de las 2.00, junto a una amiga y su prima”, donde “conocieron a unos chicos mexicanos que les invitaron a subir a la zona VIP”, siguió narrando el País, diario cuya edición impresa es de circulación nacional.

“Un camarero les pidió de forma insistente que se cambiaran de mesa”, porque “’un amigo mío quiere que estéis allí’, les indicó en dirección a una mesa donde estaban sentados Dani Alves y un amigo suyo”, de acuerdo con esta versión periodística.

“La víctima asegura en su declaración que no sabía a quién tenía delante hasta que los chicos mexicanos se lo dijeron”, agregó El País.

Pero “las cosas se pusieron feas rápidamente en la sala VIP de Sutton”, indicó, al comenzar a relatar el violento incidente que estaba comenzando a desarrollarse y que, según diferentes medios de comunicación, tuvo duración aproximada de 15 o 16 minutos.

“Alves, de 39 años, ofreció a las tres chicas una copa y se colocó detrás de la víctima, pegado a ella”, agregó El país, siempre citando el contenido de la denuncia.

“’Me estaba dando asco. Desde atrás cogió mi mano, la puso en su pene y la quité’, detalló”, según la misma versión.

“Alves le indicó que cruzara una puerta que (ella no lo sabía) comunicaba con el lavabo de la zona VIP, la cerró y se sentó en el váter (inodoro)”, tras lo cual “le dijo que no podría marcharse, cogió con fuerza su cabeza y la dirigió a su pene con la intención de que le practicara una felación (sexo oral) y, según la versión de la víctima, le dio bofetadas”, siguió narrando El País.

“Al instante, la giró encima de él y la penetró ‘de manera violenta’ hasta eyacular”, a continuación de lo cual “se levantó, se vistió y le indicó: ‘Salgo yo primero’”, de acuerdo con la versión periodística.

El País, agregó que “la víctima salió con el rostro descompuesto, anunció a su amiga y a su prima que se iban, rompió a llorar y, al salir, explicó lo ocurrido al portero, que la condujo de nuevo a la sala para que pudiera hablar con un responsable de Sutton”, y precisó que “fue atendida en el (barcelonés) Hospital Clínic, cuyo parte médico es uno de los indicios que obran en la causa”.

También destacó los contradictorios relatos que Alves dio, durante su declaración judicial, en cuanto a lo ocurrido.

“Frente la solidez de esa declaración (de la víctima), los titubeos de Alves, que según fuentes judiciales ofreció hasta tres versiones distintas en una comparecencia que apenas duró unos 45 minutos”, señaló el diario.

“A preguntas de la jueza, dijo que estaba en el baño cuando la chica entró y que no hubo contacto (…) que cuando ella entró en el baño él se quedó parado, sin saber qué hacer”, informó, a continuación.

“Y a preguntas de la acusación particular, se explayó más y atribuyó la conducta sexual a la víctima”, ya que “Alves dijo que la chica se le echó encima mientras estaba en el váter haciendo sus necesidades y le practicó una felación, y que si no había dicho nada hasta entonces era para ‘protegerla’”, de acuerdo con la misma versión periodística.

“En el auto de prisión, la juez subraya esas contradicciones como un elemento más para tomar la decisión”, indicó.

El País precisó, asimismo, que “lo declarado por Alves (a la jueza) dista mucho de lo que, unos días antes y de forma espontánea, había explicado en un vídeo que envió al programa Y ahora Sonsoles, de Antena 3”, ya que “allí contó que no conocía a la chica: ‘lo siento mucho, pero no sé quién es esa señorita, no sé quién es, no la he visto nunca en mi vida’”.

Según el diario, “su declaración (de Alves) en el juzgado, en cualquier caso, tampoco se compadece con los indicios recopilados durante la investigación por los Mossos d’Esquadra (Mozos de Escuadra, la policía catalana)”.

“Al interponer la denuncia, la chica entregó a la policía el vestido negro que llevaba la noche de los hechos ―de donde se han extraído restos biológicos― y también autorizó la extracción de ADN para cotejar con las muestras halladas en el lavabo de la zona VIP”, agregó.

“Los agentes han tomado declaración a diversos testigos y han analizado las cámaras de vigilancia, que, aunque no muestran la violación porque ocurrió en el baño, ofrecen información de contexto relevante”, precisó.

Por su parte, la publicación deportiva española Marca, informó, el 27 de enero, citando a una denunciante a la que identificó como Mayka Navarro, que “el encierro de Dani Alves con su víctima duró 16 minutos”, agregando que “fue el portero de la discoteca (quien) activó el protocolo contra violencias machistas”.

La víctima “no tenía consuelo”, relató el trabajador del centro nocturno, a los Mossos movilizados al sitio.

“Yo le preguntaba: ¿pero, qué te ha pasado? ¡Cuéntame qué te ha pasado! Tienes que tranquilizarte’, pero estaba muy agobiada”, explicó, además, a los agentes policiales catalanes.

Marca citó datos difundidos por los diarios locales El Periódico de Catalunya y La Vanguardia, para informar sobre la actitud arrogante, de Alves, inmediatamente después del denunciado brutal ataque físico y psicológico.

Según el medio de comunicación, “antes de irse (de la discoteca), y después de la agresión sexual, Dani Alves se pidió una última copa en la barra”, tras lo cual “abandonó la discoteca cruzándose con la denunciante, que estaba llorando y a la que ignoró”.