La oceanografía es en España, un campo de actividad donde la participación femenina es preponderante, pero la incidencia patriarcal es cualitativamente más fuerte que el componente numérico
La oceanografía, aunque es una carrera en donde numéricamente hay más mujeres, quienes destacan son los hombres. Ello obedece a que, no obstante ser más, a las mujeres quienes incursionan en la carrera de Ciencias del Mar, no se les reconoce su aporte.
Al exponer esta línea de análisis de esa realidad, la oceanógrafa española Clara Almécija señaló que, en el campo científico y tecnológico, las mujeres -a diferencia de los hombres- están, permanentemente, en situación de demostrar su capacidad.
Citada en la nota informativa que la estatal Corporación de Radio y Televisión Española (Rtve) difundió el 3 de junio, Almécija señaló que, entre otras situaciones de imposición patriarcal, las oceanógrafas son blanco de comentarios denigrantes.
Lo que más sorprende es que tales comentarios surgen de colegas jóvenes, aseguró la científica, quien desarrolla labores en el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar), en la portuaria ciudad de Vigo, en la noroccidental y costera provincia gallega de Pontevedra -fronteriza con Portugal-.
En Cetmar, la oceanógrafa desarrolla labores en el campo de la investigación para “mejorar el sector marítimo pesquero”.
Fundado en 2001, el centro -que recibe financiamiento del regional Fondo europeo Marítimo y de Pesca- se define como una “Fundación pública que trabaja por la mejora del medio marino, de sus recursos y de todos los sectores que viven de él, fomentando la innovación y la sostenibilidad ambiental, social y económica”.
En cuanto al componente femenino en la oceanografía, Almécija indicó que ”la verdad es que yo creo que no son pocas las mujeres que estudian Ciencias del Mar”, para precisar que, “de hecho, nosotras, en nuestra promoción, éramos el 85 por ciento mujeres y el 15 por ciento hombres”.
“En realidad, es una carrera, fundamentalmente, femenina”, planteó.
“A lo mejor, se tiene esa idea -de que somos menos mujeres-, porque no destacamos tanto, o no se nos deja destacar tanto, o no se da repercusión a las cosas que hacemos”, reflexionó, en modo de señalamiento.
“A las mujeres no se nos deja destacar tanto como a los hombres”, agregó, a continuación, en clara denuncia.
En ese contexto, la cotidianidad del desempeño profesional implica sobrellevar, convivir con actitudes machistas, dijo.
La realidad es que, “las mujeres, tenemos esa necesidad constante de tener que demostrar”, comenzó a analizar.
“La mujer, por el hecho de ser mujer, escucha comentarios, que no tienen por qué ser despectivos, pero que, a un hombre, no se los harían”, agregó, a manera de ilustración respecto a su planteamiento.
“‘Fíjate, qué bien lo hace, y es chica’, cosa que nunca dirías a un hombre: ‘fíjate, es un hombre, y puede trabajar en el mar’”, dijo, en ese sentido
“Pues no entiendo por qué, a las mujeres, se les tiene qué hacer ese tipo de comentarios”, precisó.
“Sí, es verdad, que esos comentarios -machistas, a veces-, vienen de la gente que menos te lo esperas”, siguió explicando.
“A lo mejor, de una persona ya mayor, que lleva muchos años en el mar, que no ha vivido cómo las mujeres se han integrado tanto en el trabajo en barcos -porque las mujeres siempre han trabajado en el mar-, pues, bueno, no te sorprende tanto que te haga ese tipo de comentarios”, señaló.
Sin embargo, cuando alguna expresión machista surge de “gente joven, gente de tu edad, a mí es lo que me resulta más sorprendente”, aseguró, para, a continuación, reafirmar que “me sorprende que, ciertos comentarios, te los haga la gente joven”.
Al retomar el tema de la menor visibilidad de género en la oceanografía, Almécija planteó que “yo creo que viene de atrás, de la falta de referentes, porque no había muchas mujeres que, antiguamente, estudiaran carreras técnicas”.
“Cuando las formaciones (profesionales) venían de Física, o de Química, pues, sí, claro, eran hombres, porque tenías que tener un punto de valentía que, antes, las mujeres pensaban que no podían tener, cosa que no es cierta”, indicó.
Sin embargo, la presencia de científicas investigadoras, en la oceanografía, se ha extendido a lo largo de las pasadas dos décadas, dijo.
“Una de nuestras tareas fundamentales es llevar el mantenimiento de un observatorio oceanográfico en zonas de Galicia, concretamente en las plataformas fijas”, puntualizó.
“A lo largo de la zona de Rías Baixas (Rías Bajas, en gallego), tenemos seis plataformas oceanográficas que monitorizan variables oceanometeorológicas, es decir: se mide la temperatura, la humedad del aire, la velocidad y la dirección del viento”, además de que “mantenemos un observatorio oceanográfico en Galicia”, informó.
Almécija hizo, así referencia, al tramo costero noroccidental de España, caracterizado por seis rías -masivas entradas de mar-, de gran profundidad, cada una con un puerto pesquero.
Igualmente citada por Rtve, la directora de Cetmar, Paloma Rueda, abordó el tema de la escasa visibilidad de género en la oceanografía.
Rueda aclaró, de inicio, que “salir en medios públicos no es la función de nuestro trabajo”, y aseguró que “hay trabajos interesantísimos, y trabajos importantísimos, que no tienen una apariencia pública constante.
Pero, a continuación, precisó que, en el centro, “la mayoría son mujeres científicas, tecnólogas”, y reafirmó que “la plantilla (de profesionales) es de mujeres”.
En ese sentido, precisó que la maternidad se constituye en un factor que obliga, a las oceanógrafas, a interrumpir su actividad científica.
“Yo creo que llega un momento en el que perdemos la visibilidad, porque tenemos hijos, y necesitamos un parón, en nuestra carrera profesional”, reflexionó, para reafirmar que “perdemos la visibilidad al tener hijos.
Foto: Leyla Helvaci