Factores como precariedad económica y laboral, opción por la formación profesional y potencial de riesgo de estabilidad en la pareja, inciden en la decisión de no tener hijos

En declaraciones reproducidas el 22 de enero, por Rtve, dirigentes de organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres coincidieron en señalar que la maternidad no constituye una prioridad actual para esa proporción de la población femenina del país europeo.

Factores tales como precariedad tanto económica como laboral, opción por la formación profesional, potencial riesgo de estabilidad en la pareja, inciden en la decisión, de acuerdo con lo señalado por las expertas.

“El 10% de las mujeres españolas ha decidido no ser madre, según los últimos estudios demográficos, que también contemplan que este porcentaje vaya en aumento”, señaló el medio de comunicación europeo.

También indicó que figuran, “la crisis económica y el difícil acceso a un puesto de trabajo, entre las razones de las mujeres más jóvenes”

Al plantear que, “tradicionalmente se veía la maternidad como un hecho que daba sentido a la vida de las mujeres”, Rtve destacó que la opuesta visión actual genera, como reacción, un entorno social hostil en el cual están las mujeres que sustentan esta posición.

“Las mujeres jóvenes que optan por la no maternidad, muchas veces se enfrentan a la presión social de su entorno”, contexto en el cual “familia y amigos suelen cuestionar su decisión de no ser madres”, según la versión periodística.

En este sentido, indicó que “los estereotipos sobre la mujer que opta por la no maternidad van desde el cliché del egoísmo al de la frialdad o la inmadurez emocional”, además de que, “según nuestras entrevistadas, la decisión de no tener descendencia culpabiliza sólo a las mujeres” -quienes constituyen algo más de 50 por ciento de los aproximadamente 47.4 millones de españoles.

En opinión de Ada Santana, integrante de la no gubernamental Federación de Mujeres Jóvenes (FMJ), “el papel de la mujer ha cambiado, en las últimas décadas, y la prioridad que tenemos a día de hoy, las mujeres jóvenes, no es la de ser madres”.

“No estamos estudiando con el objetivo de formar una familia sino de desarrollarnos profesionalmente”, explicó, a continuación.

Por su parte, la activista feminista Teresa Aparicio, aseguró que “la decisión de una mujer, de no querer ser madre, no es opinable en modo alguno”.

“Como no lo es la decisión de ser madre”, aclaró, de inmediato.

Por otra parte, “en la nueva generación (…) y las circunstancias que la rodean, creo que se complica la consecución de un deseo de maternidad, pero creo que es mucho más amplio y profundo”, dijo, a continuación.

“Estamos en una deriva tal, de desigualdad, que solamente unos cuerpos pueden maternar, sólo unas categorías sociales pueden maternar”, advirtió.

Ese cuadro de situación “es muy perverso, y cada vez se cierra más el hueco de las personas que pueden criar y asegurar las condiciones materiales decentes, a las criaturas”, afirmó.

Irene Olmo, también militante feminista, cuestionó la tendencia a estereotipar, en calidad de estigma, a quienes optan por no ser madres.

“Está la idea de que somos más egoístas que otras personas que deciden ser padres o madres”, planteó.

“He experimentado situaciones tanto con familiares como con desconocidos”, relató a continuación, para, además, precisar que “mucha gente me cuestionaba mi decisión de no ser madre”.

En esa línea de análisis, Olmo preguntó: “soy yo más egoísta porque pienso o tengo una decisión formada sobre lo que quiero hacer en mi vida, o alguien que tiene hijos porque piensa que le van a cuidar cuando sea mayor?”.

En igual marco de interpretación, Aparicio subrayó que “hay muchos estereotipos sobre las mujeres que no quieren ser madres”.

“El primero de todos, el egoísmo”, comenzó a explicar, a manera de denuncia, señalando, al respecto, que “se considera un acto de generosidad suprema el traer hijos a este mundo”.

Pero “hay otros estereotipos, como el de la inmadurez, como si nunca acabáramos de ser mujeres, si no criamos”, además del que presenta, a quienes deciden no incursionar en la maternidad, como “frías, calculadoras, mujeres que (…) se creen que siempre van a ser jóvenes, que son más egoístas que otras personas que deciden ser madres”, siguió ejemplificando.

En cuanto a los factores que -a diferencia de las satanizaciones-, objetivamente, inciden en la decisión, Santana señaló que, por ejemplo, la maternidad “cada vez se complica mucho más, porque accedemos a puestos de trabajo a edades más elevadas, lo cual complica mucho más la maternidad y criar a las criaturas”.

En ese sentido, explicó que “una persona que termina (la carrera universitaria de) Derecho (…) accede a un despacho, y se desarrolla profesionalmente”.

Ello, “partiendo de un sueldo precario, y, ya, si hablamos del segundo punto, que es el acceso a la vivienda, muchas veces ni con treinta años se da”, continuó planteando.

«Afortunadamente, las mujeres a día de hoy podemos decidir y tenemos otras metas más en la vida que tener descendencia”, dijo, aunque aclaró que esa meta no es del todo descartable.

Al respecto, aseguró que, “si en un futuro decidimos cambiar de idea, podemos hacerlo, porque yo, en un momento presente, me planteo no ser madre pero, dentro de diez años, quizás cambie de opinión”.

Ante ello, Cristina Mateos, quien se desempeña como profesora de Sociología, en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), aseguró, radicalmente, que el instinto maternal no existe.

Se trata de “una construcción social, sexista, y androcéntrica, que ha pervivido y llegado hasta nuestros días”, contexto en el cual “seguimos hablando del instinto, desde discursos formales y teóricos”.

En apoyo de esa hipótesis, Olmo aseguró, con la misma convicción, que, “yo no tengo instinto maternal, y soy tan natural como cualquier otra mujer”.