¡Las mujeres no saben conducir! ¿Quién no ha escuchado esa frase estereotipada sobre un tema tan importante y sensible como lo es la conducción en carretera? Pese a las teorías absurdas que existen alrededor de este tópico, hay mujeres que no solo manejan carros, sino que enseñan a otras personas a hacerlo.

Kathia González inició hace más de 10 años con un proyecto de vida que le permitiría solventar los gastos de su casa, ya que como jefa de hogar, el trabajo es una necesidad imperante.

“Yo fui una mujer agredida durante mi matrimonio, a los 26 años tomé la decisión de aprender a manejar luego de un incidente que sufrí en un vehículo con mis dos hijos mayores. Durante una golpiza que recibí por parte de quien fuese mi esposo por enterarse que yo podía conducir y ser independiente, pude entender que mi momento de ser libre había llegado. Con el paso del tiempo le empecé a enseñar a conducir a mis amigas y descubrí que podía ser una buena instructora de manejo”, manifestó González.

Esta vecina de Desamparados, atiende a todo el público en su escuela de manejo llamada “Escuela de Manejo Katty”, sin embargo, son las mujeres quienes la buscan con frecuencia, ya que gracias al trato cordial y la técnica que utiliza la instructora, la han convertido en un referente para esas mujeres que, por temas de trabajo, estudio o necesidad deben obtener su licencia de conducir.

“Las mujeres debemos saber conducir, eso nos genera un estado de independencia permanente, nadie tiene derecho a decirnos que no podemos, por eso a mis alumnas les digo que pueden, que si se lo proponen esa meta será alcanzada, para mí manejar es una necesidad básica que abre las puertas”, contestó la profesora.

Para esta mujer todo terreno, acompañar a sus alumnos en un proceso tan importante, más que un trabajo es una experiencia de vida, ya que gracias a sus enseñanzas y según las estadísticas que lleva, la mayoría de sus alumnos logra obtener licencia la primera vez que realizan la prueba de manejo y esto les permite continuar con sus aspiraciones tanto personales como profesionales.

“A veces cuando estoy en carretera me topo a algunas alumnas y al verlas tan seguras en sus vehículos hace que se me salgan las lágrimas, ya que entiendo perfectamente esa sensación de esfuerzo y logro”, manifestó la instructora.

Una mujer que empodera a mujeres

González recorre las calles josefinas todos los días con muchas personas que al igual que ella, tienen una historia de vida. Esta mujer recuerda a una alumna que necesitaba obtener su licencia para conseguir un mejor trabajo, por eso la joven buscaba quien le cuidase a su pequeño hijo y viajaba desde Pérez Zeledón hasta San José para aprender a conducir.

“Tengo muchas anécdotas que contar, he tenido alumnas que por circunstancias de la vida deben obtener su licencia, desde personas muy jóvenes hasta más adultas, todas esas personas tienen una necesidad que yo trato de solventar con mi enseñanza. Esas historias que llevo me han marcado como persona, por eso amo lo que hago y amo las amistades que me ha dejado este trabajo”, aseguró.

Una de sus estudiantes manifestó que luego de ver en la conducción una tortura, gracias a la instrucción de la profesora González, logró vencer sus miedos y que además de darle las herramientas para obtener su licencia, también le dio las armas para creer en ella como mujer.

Sin duda el trabajo de esta instructora es un acto de sororidad, la vida le ha permitido ser faro para muchas mujeres que ven en la licencia de conducir un símbolo de liberación y empoderamiento. Actualmente González ha logrado adquirir un mejor vehículo para comodidad de sus clientes y ha decidido incursionar con su negocio en las redes sociales.

“Yo le digo a las mujeres que si sienten en su corazón el deseo de aprender a conducir lo van a lograr, siempre las motivo a que dejen el miedo de lado y se apropien de su destino, porque es de ellas y de nadie más”, concluyó Kathia.