La actual presidenta del Colegio de Biólogos de Costa Rica cuenta como ha sido ser una profesional de la vida silvestre por 44 años
Anny Chaves Quirós descubrió en sus primeros años de infancia el inmenso mundo que derrochaba la Madre Tierra. Esa niña que alguna vez descubrió entre la observación, el campo y los corazones latentes de ranas un amor activo por la naturaleza, amor que nunca dejó y la llevó a vivir su vida enfocada en eso.
Actualmente, Chaves Quirós, bióloga de profesión lleva 44 años de carrera y se ha desarrollado por muchos lugares, puestos y diversos trabajos. Ella recuerda que su pasión por la vida silvestre era más que un juego de juventud.
“Desde muy pequeña sentía gran pasión por la naturaleza, el campo, los animales. Siempre andaba interesada en lo que hacían y buscaba información e historias en las enciclopedias que mis papás tenían en los libreros. Recuerdo un Sábado Santo que nos llevaron a la catarata de las Musas en la Paz de San Ramón-pienso que tenía como ocho años- alrededor de la pequeña laguna, cientos de ranas brincaban entre las piedras, yo recogí todas las que me cabían en una caja, mi Mamá devolvió al campo la mayoría y solo me dejó llevarme unas pocas que pudiera cuidar. En casa tomé una pecera que no estaba en uso y armé un terrario, recuerdo pasar horas viendo a las ranas pegadas al vidrio, ver el corazón latiendo, observándolas cazar los mosquitos, me dediqué a estudiar que necesitaban para que no se murieran y desde ahí creo que tomé mi decisión de estudiar Biología. En secundaria tuve muy buenos profesores que me estimularon a orientar el interés y finalmente a optar por la carrera”, manifestó la bióloga.
En su experiencia profesional lleva a su haber muchos trabajos en lugares e instituciones reconocidas tanto a nivel nacional como internacional, su pasión por los animales siempre la llevaron a innovar e investigar sobre su mundo e inclusive su conocimiento no ha quedado para ella, ya que ha llevado la docencia también entre sus menesteres.
“He trabajado en docencia en las tres Universidades estatales, Inicie en el Instituto Tecnológico de Costa Rica luego en la Universidad Nacional y en la Universidad de Costa Rica. También di clases en el Colegio Saint Francis y en el Colegio Saint Clare. En la práctica de la biología laboré con diferentes organizaciones como RARE inc (que en esa época estaba asociada con WWF), con La Organización para Estudios Tropicales (OET). Dos temporadas de anidación de tortugas con la Caribbean Conservation Corporation, como asesora de la Fundación CIENTEC, en el centro de Gestión ambiental del Instituto Costarricense de Electricidad, como consultora independiente, y también como consultora Internacional con UNESCO”, comentó.
Actualmente, ella es la presidenta del Colegio de Biólogos de Costa Rica, reto que asumió con mucho compromiso, ya que considera hasta el momento muy satisfactoria, primero porque el equipo de la Junta se ha consolidado, en la medida de las posibilidades, además afirma que ha obtenido respuesta de los afiliados quienes poco a poco se manifiestan con aportes e interés en la organización y con menos quejas.
“Fui electa como fiscal para el período 2019 y en ese puesto, en apoyo a la presidenta de ese período, identifiqué la necesidad de consolidar un equipo que realmente se comprometiera a dirigir al Colegio para cumplir con la misión y visión establecidas, ya la Junta 2018 – 2019 había realizado una gran labor para estabilizar las finanzas del Colegio, que se encontraban en una situación crítica, por lo que el momento era oportuno para orientar el trabajo de la Junta a consolidar diferentes aspectos organizativos y a la vez ofrecer al colegiado oportunidades de crecimiento y razón para pertenecer a la organización”, expresó.
Con ganas de cambiar al mundo
Para la también profesora, los obstáculos se han presentado en muchas ocasiones, ejercer esta profesión en su condición de mujer no ha sido tarea sencilla, sin embargo, nada la ha limitado en abrirse paso en las ciencias biológicas y ser respetada por la profesional que es hoy.
“Desde el inicio, el área de la biología dispuesta para las mujeres era solo la enseñanza de la Biología, por lo que para las que nos aventuramos a la carrera de Biología propiamente y con toda la disposición para hacer trabajo de campo, lo primero que nos advertían era que en algún momento teníamos que decidir entre tener hijos o hacer biología de campo. Ese fue un primer reto. Soy madre de dos hijos y una hija, los amamanté hasta los dos años y no dejé de realizar trabajo. A lo largo de toda mi carrera he encontrado muchos obstáculos, por mujer, por bióloga, por tener una posición política, por tratar de hacer las cosas diferentes a lo establecido. Por querer cambiar el mundo. Después de 20 años de investigar las tortugas marinas, me vi forzada a dejar ese campo y tuve que empezar desde cero en otra área, me dedique a los estudios de impacto ambiental como una opción laboral y encontré toda una gran área en lo que se llama biología de la conservación, ahí pude continuar mi trabajo por otros 20 años más, con pasión por hacer posible grandes obras con un manejo de los impactos en la vida silvestre y los organismos acuáticos”, manifestó.
Para esta vecina de Heredia, las mujeres deben involucrarse sin miedo en el mundo de las ciencias, según comentó, las ciencias ofrecen muchas oportunidades de crecimiento y son un campo fértil para que las mujeres desarrollen todo el potencial y capacidad para descubrir, crear, analizar, ver más allá de lo que se presenta en un primer plano. Así mismo, potenciar las habilidades blandas como las capacidades para interactuar en equipos de trabajo y sumarle humanidad a la ciencia.
Anny, actualmente es pensionada, pero sigue trabajando como consultora y disfrutando de su pasión, basta hablar por un minuto con ella para darse cuenta que su amor por el Ambiente es profundo e inmovible, tal y como concluyó “si tuviera que nacer de nuevo sería para ser bióloga”.
