Las practicantes de la mutilación genital femenina (Mgf) reciben apoyo, de la Unión Europea (EU) y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), para abandonar esa brutal costumbre.
El respaldo consiste en capacitarlas para que desarrollen actividades productivas con las cuales obtener ingresos, indicó, además, Noticias ONU.
Ello, en el contexto de la pandemia mundial del nuevo coronavirus, estallada en 2020, precisó el medio de comunicación internacional.
Al respecto, la agencia informativa de Naciones Unidas, destacó el caso de Yatta Fahnbulleh, una liberiana quien, tras haberse dedicado durante más de tres décadas, a la Mgf, se desempeña en el campo alimentario.
ONU Mujeres “apoya a mujeres que quieren dejar de practicar la mutilación a niñas, pero no encuentran otra forma de ganarse la vida”, indicó, en el artículo que, titulado “Las mujeres que practican la mutilación genital femenina pueden ser parte de la solución”, difundió el 6 de febrero, en su sitio en Internet.
La publicación coincidió con el anual Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, fecha determinada, en 2012, por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“La crisis desatada por la pandemia hace que este tipo de iniciativas sean más urgentes que nunca para evitar que millones de niñas más sean sometidas a esta práctica”, advirtió.
La ablación es la extremadamente cruel práctica machista consistente en la eliminación total o parcial de los genitales externos femeninos, a la cual se somete, a las víctimas, en su infancia o en su adolescencia.
Noticias ONU indicó, en la nota informativa, que la Mgf “no tiene beneficio alguno para la salud, pero las consecuencias inmediatas y a largo plazo son numerosas: infecciones y cicatrices anormales, dolor, o incluso la muerte”.
Al narrar, brevemente, el caso de Fahnbulleh, el medio de comunicación señaló que, “durante 35 años (…) fue la propietaria de una ‘escuela del bosque’ -donde las niñas se sometían a una serie de rituales, incluida la mutilación genital, para iniciarlas en la edad adulta- en Tienni, una comunidad del condado de Grand Cape Mount, en el noroeste de Liberia”, país ubicado en el occidente africano.
“Yatta es una de las muchas mujeres que querían parar de mutilar niñas, pero no encontraban una manera alternativa para ganarse un sustento”, explicó.
“Ahora es proveedora de comidas, gracias a la capacitación que recibió junto con otras 300 mujeres a través de la Iniciativa Spotlight (Foco) de la Unión Europea y la ONU, que han sido preparadas para obtener ingresos de fuentes alternativas, como la agricultura sostenible, la fabricación de jabón o la confección de ropa”, agregó.
Spotlight, es un programa implementado, conjuntamente, por la UE y ONU Mujeres, con el objetivo de erradicar, a nivel global, todas las formas de violencia basada sobre género.
La iniciativa se enmarca en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, a su vez aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y que contiene los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -a ser logrados, precisamente, para ese año-.
El quinto punto de esas metas se refiere, puntualmente, a “Igualdad de Género”.
En lo que tiene que ver con este objetivo, la idea consiste en poner fin a todas las manifestaciones de discriminación contra la población femenina, lo que no solamente constituye un derecho humano básico sino que es crucial para el desarrollo sostenible.
También determina que “se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”.
En el reciente artículo informativo, Noticias ONU señaló la necesidad de que se mantenga el esfuerzo implícito en Spotlight, “ya que la pandemia (…) ha terminado con muchos puestos de trabajo dejando a mucha gente sin ingresos, aumentando el riesgo de retroceder en la igualdad de género”.
También precisó que, “en comparación con hace tres décadas, hoy en día las niñas tienen un tercio menos de probabilidades de ser mutiladas, pero la pandemia (…) parece estar impulsando el aumento de la práctica”.
“No sólo está limitando el crucial trabajo de la prevención, sino que muchas mutiladoras tradicionales que necesitan urgentemente un ingreso durante la crisis económica han vuelto a dedicarse a esta práctica, acercándose a las familias directamente, puerta por puerta, en busca de trabajo”, reveló.
“Si no se toman medidas nada, en 2030 podríamos ver hasta dos millones de niñas mutiladas que de otra manera pudieran haberse evitado”, advirtió.
En ese sentido, citó datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), según los cuales, “la crisis provocada por la pandemia empujará a 96 millones de personas a la pobreza extrema (…) algo que puede llevar a que la mutilación y el matrimonio infantil se utilicen como mecanismos de supervivencia”.
“Las niñas de los grupos más marginados corren un riesgo aún mayor”, planteó.
“El cierre de escuelas durante la pandemia ofrece mayores oportunidades para que se practique la mutilación genital femenina en el hogar, lo que sólo aumenta el riesgo de complicaciones de salud”, expresó.
“Como la crisis pone a 11 millones de niñas en riesgo de no volver nunca a la escuela, las futuras generaciones de mujeres sin educación tienen más probabilidades de apoyar la continuación de la práctica”, pronosticó, además.
En un gráfico incluido en el material informativo, Noticias ONU denunció que “unos 200 millones de niñas y mujeres fueron víctimas de algún tipo de mutilación genital femenina”.
También indicó que “la mutilación se practica sobre todo durante la niñez, entre la lactancia y los 15 años”.
De acuerdo con información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Mgf se practica en una treintena de países ubicados en África, Asia, y Medio Oriente.
“Más de 200 millones de niñas y mujeres vivas hoy han sido sometidas a MGF” en esas naciones, informó la OMS, el 21 de enero, en su sitio en Internet.
Al revelar que “actualmente, una niña tiene un tercio menos de probabilidades de sufrir mutilación genital que hace 30 años”, Noticias ONU advirtió que “el ritmo debe ser diez veces más rápido para alcanzar el objetivo mundial de cero incidencias para 2030”.
Asimismo, planteó, como lo que calificó de “dato alarmante”, que “una de cada cuatro niñas y mujeres sufrieron mutilación genital femenina en manos de personal sanitario”.
También aseguró que “historias como la de Yatta subrayan cuánto es posible lograr cuando se cuenta con el apoyo y la voluntad necesarias, y cuán importante es para las vidas de millones de niñas en las generaciones actuales y futuras crecer como mujeres jóvenes sanas y educadas”.