Mujeres de cinco partidos opositores de Uruguay, coaligados con miras a la inminente segunda vuelta electoral presidencial, lanzaron una propuesta que, en tres ejes temáticos, compromete, a esas agrupaciones, a reducir brechas de género

Altas representantes de los mayores partidos de oposición del país sudamericano revelaron, el 17 de noviembre, el contenido del “Compromiso por las Mujeres”, cuyos punto centrales se refieren, respectivamente, a trabajo, violencia de género, y vivienda, salud, derechos.

“Entendemos necesario avanzar hacia políticas de mayor compromiso en la participación de las mujeres en los organismos de decisión política, tanto al interior de los partidos como en las instituciones de representación y gestión pública”, plantearon, en el texto de doce páginas.

Estamos de acuerdo en que sería un avance en la calidad de la democracia y una garantía para poder implementar políticas que implican cambios culturales, legales y de puesta en práctica de herramientas que beneficiarán a toda la sociedad”, agregaron.

Ello pasa por la erradicación de prejuicios que, enraizados en la conducta social, marginan a las mujeres quienes, en el caso de Uruguay, constituyen aproximadamente 52 por ciento de la población global nacional –estimada en algo menos de 3.4 millones-, de acuerdo con lo señalado.

“La construcción de esa sociedad plural consiste en superar estereotipos y prejuicios que pueden tener efectos discriminatorios”, razón por la cual “es importante cultivar vínculos de respeto y reconocimiento en ámbitos tan diversos como el doméstico, el laboral, el educativo, el sanitario y el cultural”, aseguraron.

En materia laboral, las autoras del compromiso, señalaron que el acceso masivo de las mujeres, en Uruguay, al mercado de trabajo data de la década de 1960, y que las trabajadoras enfrenaron, entonces, una serie de dificultades, fruto de prejuicios.

Recuperada la tradicional democracia uruguaya –tras el violento período dictatorial (1973-1985) – esas dificultades fueron visibilizadas, y enfrentadas, mediante organizaciones de sociedad civil especializadas en temas de género, precisaron.

“Sin embargo, el magro respaldo político en la primera línea de decisión de los gobiernos ha impedido superar los desafíos más allá de la formulación de políticas puntuales de implementación parcial”, denunciaron.

En ese sentido, y al citar datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las autoras del documento señalaron que “la brecha salarial entre hombres y mujeres, según informe del BID, alcanza el 26%; el desempleo en el país en el tercer trimestre de 2019 es de 9,2% pero en el caso de las mujeres llega al 10,9%”.

El tema de la patriarcal asignación de roles sociales incide en esos números, según lo indicado en la iniciativa.

“Esta situación es parte de una cultura general que —a pesar de la incorporación masiva de las mujeres a la vida pública— continúa asignándole la carga de tareas de mantenimiento del hogar y el cuidado de niños, adultos mayores y familiares enfermos en forma parcial o crónica”, lo mismo que “la perpetuación —desde la educación tanto en instituciones o desde la familia— de opciones de estudio supuestamente más o menos ‘para niñas’ y ‘para varones’, como si fueran naturales de uno u otro sexo”, explicaron.

En tal contexto, en materia de políticas públicas en el campo laboral, se requiere medidas que aporten a igualdad de acceso a fuentes de trabajo, así como remuneración nivelada para ambos sexos, y mejores condiciones laborales para las trabajadoras, propusieron.

En cuanto al tema de pago, destacaron la necesidad de “PROMOVER LA IGUALDAD SALARIAL ENTRE HOMBRES Y MUJERES para evitar cualquier forma de retribución discriminatoria entre géneros, tanto en el sector privado como público”.

También recomendaron que se proporcione apoyo puntual, a jefas de hogar y víctimas de violencia de género, en la generación de emprendimientos tales como pequeñas y medianas empresas.

Respecto al rubro Salud, la propuesta planteó que es necesario “desagregar por sexo los datos de la política sanitaria”, además de “instrumentar un sistema de atención primaria de salud específica, con personal calificado en todos los turnos y de fácil acceso, en las policlínicas barriales y emergencias de Hospitales de referencia”.

La propuesta sobre vivienda apunta a “facilitar el acceso de las mujeres como forma de garantizar ese derechos a las familias más vulnerables”, con énfasis en jefas de hogar, víctimas de violencia doméstica, y considerando, particularmente, a las mujeres con esos problemas, en zonas rurales.

Precisamente, en el tema de violencia de género, advirtieron que “la situación necesita ser declarada como emergencia de seguridad”, ya que “los homicidios, que en la última década promedian los 26 al año, son en realidad una parte de un panorama que indica una denuncia de agresión hacia mujeres cada diez minutos”.

El compromiso, que fue dado a conocer 21 días después de la primera votación presidencial, en el marco de las elecciones generales llevadas a cabo el 27 de octubre, genera expectativa en cuanto a la posibilidad de implementación efectiva.

Elio, debido a que, para la segunda vuelta presidencial –programada para el 24 de este mes – , la “coalición multicolor” –integrada por los cinco partidos cuyas líderes impulsan la iniciativa- se perfilan con posibilidad de triunfo.

Los dos partidos contendores son el gobernante y centroizquierdista Frente Amplio (FA) –que postula a Daniel Martínez – y el tradicional, ex gobernante y derechista Partido Nacional (PN) –cuyo candidato es Luis Lacalle Pou– .

No obstante la ventaja de 10.4 puntos obtenida en octubre por el candidato oficialista, su volumen de votos estuvo por debajo del 50 por ciento requerido para haber ganado entonces la elección.

En tal cuadro de situación, Lacalle obtuvo el apoyo de partidos de diversa ideología, con el propósito de impedir que el FA cumpla lo que sería su cuarto período presidencial quinquenal consecutivo desde 2005.

Se consolidó así lo que Lacalle ha definido como la “coalición multicolor”, integrada, además del PN –o partido blanco, por el color que lo identifica-, por el derechista Cabildo Abierto, el tradicional, ex gobernante y centrista Partido Colorado, el también derechista Partido de la Gente, y el centroizquierdista Partido Independiente.

El candidato blanco se convirtió así en aspirante presidencial favorito para la votación del próximo domingo.

Al participar en la actividad de presentación del compromiso, su compañera de fórmula, Beatriz Argimón, se refirió, entre otros temas, a las dificultades que las mujeres enfrentan, en general, para participar en espacios políticos y de toma de decisiones.

“Tenemos que estar en los ejecutivos. Tenemos que estar en todos lados. La mirada del 52% de la sociedad no puede estar afuera si queremos cambiar”, aseguró.