De acuerdo con la II Encuesta de Salud Sexual y Salud Reproductiva Costa Rica 2015, 49.8% de las entrevistadas entre 15 y 49 años no desearon su último embarazo.
Hace unas semanas estaba en la clínica de mi comunidad y una mujer a la que le calculo unos 30 años estaba muy molesta porque le cancelaron la salpingectomía, la operación para no tener más hijos e indicó que como ella es una mujer casada, no usa métodos de planificación.
Esto me hizo pensar en las veces que en algunas personas se escudan en el famoso “a mí no me va a pasar” para no cuidarse de una enfermedad de transmisión sexual (ETS) o de un embarazo, aunque se esté con una pareja estable.
Sigue existiendo en la población una resistencia a los métodos de protección, como el caso del preservativo y a los de planificación, como lo son las pastillas, inyecciones o dispositivos intrauterinos los cuales es bien sabido que no protegen de las ETS. Cabe resaltar también, que la píldora popularmente conocida como «del día después» no se vende en el país, siendo de las pocas naciones del continente donde se prohibe su comercialización.
Según datos de la Segunda Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, aunque un 73,7% de los hombres y el 37,7% de las mujeres dicen que sí lo han utilizado, de ellos solo un 18,3% de los hombres y el 11,9% de las mujeres afirman haberlo utilizado siempre.
¿Pero por qué este rechazo?, Eduardo Ruiz, sexólogo de la Clínica Bíblica, manifestó que la principal queja de las personas es que no se siente igual y que quienes sí lo utilizan con frecuencia desearían otro método de protección.
“Estamos fallando en el tipo de mensaje que usamos para promover, creo que hay que reconocer que hay una no aceptación del condón como método más cómodo, no lo será pero sí el más seguro en cuanto a evitar enfermedades de transmisión sexual se refiere”, expresó Ruiz.
Señaló que quienes trabajan en esta área de salud deben aceptar que hay una cierta disminución de la afectividad y la espontaneidad, además que las parejas deben conversar y aceptar que si ambos tuvieron otras relaciones en el pasado, protegerse no está de más.
De igual forma manifestó que a veces se promueve que es un asunto de “él” para cuidarla a ella, cuando es un asunto de los dos para cuidarse los dos.
Ruiz hizo énfasis en el mal uso que aún se le da al preservativo ya que la mayoría se lo pone hasta el momento de la eyaculación, no durante la relación en sí y ya se han dado casos de cáncer oral u otras infecciones.
Otros “peros”
Los métodos de planificación también tienen sus “peros” entre la población femenina, Marianela Arias, sexóloga de Durex, indicó que las damas creen que las pastillas o placebos engordan o que la inyección duele, por eso algunas prefieren no usarlas, incluso apoyan a su compañero cuando se niegan a usar el preservativo porque no sienten.
“Cuando el anticonceptivo es hormonal genera cambios en el cuerpo de la mujer, algunas aumentan de peso, además que hay que tomarlos todos los días”, señaló Arias.
Ruiz tiene una opinión distinta, expresó que en el caso de la salud sexual y reproductiva femenina, ella es más consiente, sí se cuida, va a las citas de seguimiento, tienen su ginecólogo de confianza o a los servicios de salud.
“Quienes usan la Mirena o la T de cobre sí tienen una consulta regular ya que requieren de un especialista que se las coloque, cuando se trata de las pastillas, a veces se van por la recomendación de la amiga y es el profesional quien debe recetarlos”, declaró.
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