Las mujeres quienes sufren agresión machista sobrellevan, por lo general, la carga adicional que implica la revictimización, enmarcada, a su vez, en un cuadro de situación caracterizado por la ausencia de respuesta por parte de instituciones cuyo cometido formal es el de asistir a las víctimas.
Ello se traduce en ninguna o poca confianza, de ese sector poblacional, en el entramado estatal especializado, agregó, al formular la denuncia, la directora ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), la jordana Sima Bahous.
“Primero, sufren la violencia”, expresó Bahous, designada, en setiembre, para desempeñarse en el cargo dejado vacante, después de ocho años de desempeño -hasta agosto de 2021-, por la sudafricana Phumzile Mlambo Ngcuka.
“Luego, experimentan la falta de servicios de apoyo y de justicia, cuando los buscan”, agregó Bahous, una defensora de los derechos de las mujeres y las niñas.
“Y, muchas veces, cuando denuncian, y tienen acceso a estos servicios, los agresores rara vez son llevados ante la justicia”, expresó.
En lo referido a baja confianza en las instituciones, de acuerdo con los resultados de una encuesta llevada a cabo recientemente por ONU Mujeres, entre 16 mil participantes femeninas en algo más de una docena de países, una de cada dos entrevistadas dijo que ella misma, o una mujer que conocía, fue víctima de algún tipo de violencia, desde el inicio de la pandemia.
Sin embargo, solamente una de cada diez tramitó denuncia policial.
Bahous formuló las declaraciones al participar, el 16 de diciembre, en la sede de Naciones Unidas, en la nororiental ciudad estadounidense de Nueva York, en una mesa redonda durante la cual se debatió la violencia que sufren mujeres y niñas, especialmente en el contexto de la pandemia mundial del nuevo coronavirus, estallada en 2020.
El conversatorio fue organizado por la Iniciativa Spotlight (Foco), un programa implementado, conjuntamente, por la organización mundial y la Unión Europea (UE), con el objetivo de erradicar, a nivel global, todas las formas de violencia basada sobre género.
Spotlight se enmarca en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y que contiene los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -a ser logrados, precisamente, para ese año-.
El quinto punto de esas metas se refiere, puntualmente, a “Igualdad de Género”.
En lo que tiene que ver con este objetivo, la idea consiste en poner fin a todas las manifestaciones de discriminación contra la población femenina, lo que no solamente constituye un derecho humano básico sino que es crucial para el desarrollo sostenible.
También determina que “se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”.
Al informar sobre la mesa redonda, el día en que se llevó a cabo esa actividad, Noticias ONU -la agencia informativa de Naciones Unidas-, indicó que “gracias a la Iniciativa Spotlight, unas 650.000 mujeres y niñas pudieron acceder a los servicios a pesar de la actual pandemia”.
En cuanto al tema central de las deliberaciones -en las que participaron las máximas jerarcas de varias agencias especializadas de la organización mundial-, la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la estadounidense Henrietta Fore, abordó los riesgos a los que se enfrentan las niñas y las adolescentes en el ámbito de Internet.
En tal sentido, Fore hizo énfasis en aspectos tales como el grooming (ciberengaño por parte de pederastas) y el sexting (envío de mensajes de texto o material gráfico de carácter explícitamente sexual), que tienen lugar en la comunicación en línea.
Noticias ONU indicó, además, en la nota informativa sobre el conversatorio, que Naciones Unidas “ha calificado de ‘pandemia en la sombra’ el aumento de la violencia de género que se ha propagado” con la pandemia como elemento catalizador.
Ello, a causa de algunas medidas que la mayoría de gobiernos, a nivel mundial, ha implementado para tratar de encapsular el virus, controlar su propagación -disposiciones que, destacadamente, han incluido la cuarentena, en algunos casos, impuesta mediante toque de queda-.
El aislamiento social, en particular, obliga a las víctimas de violencia machista -o en riesgo de serlo- a convivir 24/7 con sus agresores, sin posibilidad de inmediato acceso a instancias de protección.
“A pesar del aumento de los incidentes, las mujeres siguen siendo reacias a hablar de los abusos que han sufrido”, puntualizó Noticias ONU.
En un video proyectado al inicio de las deliberaciones, la subsecretaria general de las Naciones Unidas, la nigeriana Amina Mohammed, calificó la violencia de género como un “peligro claro y actual” para millones de mujeres y niñas, mundialmente.