Dos videos que muestran particularmente brutal violencia machista se viralizaron en redes sociales en Guatemala, país que, al final de setiembre, contabilizaban más de cuarenta mil denuncias de agresión contra mujeres, adolescentes y niñas
Al informar, el 25 de octubre sobre esos materiales audiovisuales, el diario guatemalteco Prensa Libre indicó que ambos casos se insertan en el contexto de violación a los derechos de la población femenina en el país centroamericano.
Coitadas en la extensa y documentada versión periodística, expertas en la materia coincidieron en indicar que esos incidentes ponen de manifiesto no solamente la persistencia del tóxico fenómeno social sino la omisión del Estado, en cuanto a prevenir y castigar a la abusiva conducta.
“Dos videos de agresiones físicas a mujeres se han hecho virales en las últimas semanas”, indicó el medio de comunicación, además de precisar que, “en ambos, se observa a dos hombres agredir brutalmente a mujeres que nada pueden hacer para defenderse”.
El primero de los dos casos viralizados tuvo lugar en la Ciudad de Guatemala -la capital nacional-, mientras que el otro ocurrió en la localidad de San Pedro Carchá, en el norteño departamento (provincia) de Alta Verapaz, precisó.
El diario indicó que la ciudad y el departamento “concentran una gran cantidad de denuncias sobre este y otros delitos cometidos contra la mujer”.
El incidente en la capital, ocurrió el 6 de enero, en un establecimiento comercial ubicado en la Zona 9, en el centro-occidente de la ciudad, señaló Prensa Libre, para agregar que las imágenes muestra al agresor -identificado como Óscar Adolfo Trejo, de 38 años, detenido dos días después-, mientras agrede a una mujer.
“En el video se le observa agredir a una mujer, quien se cree es su pareja, y la golpeó con botellas de cerveza, con sillas, y también le propinó un puntapié y manotazos en el cuerpo”, según la narrativa del diario.
“La víctima de este caso (…) tiene medidas de protección, según las autoridades”, agregó el medio de comunicación cuya versión impresa circula por la mañana, a nivel nacional.
En el segundo de los casos difundidos masivamente en redes sociales, el agresor fue identificado como Selvin Gudiel Cojulum, de 22 años, conoció como “Rancherito Calibre 58” -apodo que deriva de su afición al canto, específicamente música mexicana, principalmente, corridos y rancheras-, informó el periódico.
La Fiscalía de la Mujer, del Ministerio Público (MP) “investiga una denuncia que interpuso la conviviente el 23 de octubre pasado, dos días después de los hechos violentos que ocurrieron en su casa”, indicó.
“La víctima hace de conocimiento del personal fiscal que el sábado 21 de octubre, a eso de las 22 horas, en su residencia en el municipio de San Pedro Carchá, fue agredida, junto con su hija, por Cojulum Leal”, agregó.
Funcionarios de la fiscalía “tomaron declaraciones testimoniales, practicaron informes psicológicos e inspeccionaron sobre las lesiones”, además de lo cual “ambas víctimas fueron remitidas para una evaluación médico forense, y les otorgaron medidas de seguridad”, de acuerdo con la versión periodística.
Respecto a otros actos de violencia machista circulados en Internet, el diario indicó que también se viralizó, en redes sociales, “la agresión brutal que le costó la vida a Alejandra Ico Chub, de 32 años, el 29 de octubre de 2018 en el sector Isla del Norte de la aldea San Miguel, del municipio de Chisec, Alta Verapaz”.
“Mario Tut Ical fue condenado a 50 años de cárcel por la brutal muerte de su pareja”, una joven quien, en un video, aparece “con el rostro partido en dos, con las manos cercenadas”, de acuerdo con la narración de Prensa Libre.
“El sujeto usó un machete y confesó que lo había hecho ‘por celos’, según la misma fuente.
Aumento de violencia y femicidios
Al citar dato del Observatorio de las Mujeres, del MP, el diario informó que este año, al 27 de setiembre, esa dependencia gubernamental había recibido 43,307 denuncias referidas a diversos delitos de género, lo que implica, en promedio, 117 diarias.
Los delitos más denunciados, en ese período, fueron violencia contra la mujer (32,825), violación sexual (4,583), agresión sexual (2,127), precisó.
“En este periodo, el MP reportó un total de 2 mil 663 órdenes de captura, 1 mil 468 detenidos, 481 agresores en prisión y 2 mil 2 agresores condenados por delitos de cometidos contra la niñez, adolescencia y las mujeres”, siguió revelando.
“Asimismo, al 27 de septiembre de 2023, el Observatorio de las Mujeres del MP, documentó 290 muertes violentas de mujeres en Guatemala; de estas 162 han sido calificadas como femicidios, 55.9% del total. Lo anterior representa un incremento de los 128 femicidios reportados durante 2022”, indicó.
“Por edades, las jóvenes de 18 a 30 años representaron el 26% de las víctimas de muertes violentas; mientras que las mujeres de 31–64, equivalen al 35%; las niñas de entre 0–6 años, y el grupo de 7 a 13 años, representan cada grupo el 2%, y, las adolescentes de entre 14 – 17 años, el 7%”, agregó.
“En cuanto a las edades de las personas sindicadas o acusadas por las muertes violentas de mujeres, se observa que 3% tenía entre 14–17 años, mientras que 12% tenía entre 18–30 años, y, 8%, entre 31–64 años.
Para contextualizar la información con datos de 2022, Prensa Libre citó cifras de Infosegura, un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud).
En el informe que tituló “Guatemala: violencia contra las mujeres a lo largo del ciclo de vida, 2022”, Infosegura describe la violencia de género, como “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”.
Desglosadas en la versión periodística, las cifras del Pnud determinaron que, en 2022, “de cada 100 mujeres y niñas aproximadamente una fue víctima que denunció algún tipo de violencia contra la mujer y otros delitos vinculados”.
En ese contexto, “la tasa de muertes violentas de mujeres y niñas en el 2022, fue de 4.9 por cada 100 mil mujeres, la cual es mayor en relación al año 2021 y 2020”, según la misma fuente.
La incidencia geográfica determinó que “en los departamentos de Retalhuleu y Suchitepéquez (ambos, costeros, en el suroeste) las mujeres agraviadas por violencia contra la mujer fueron el doble del promedio nacional.
De los 22 departamentos del país, únicamente tres, El Progreso (centro), Alta Verapaz (norte) y Zacapa (oriente, limítrofe con Honduras), experimentaron un aumento en la tasa de mujeres y niñas agraviadas en comparación con el año 2021, mientras que los demás mostraron una disminución”, agregó.
Citadas en la nota informativa de Prensa Libre, tres activistas y expertas guatemaltecas en materia de violencia de género, plantearon, coincidentemente, que los casos difundidos en Internet son indicativos del grado en que la violencia de género está enraizada en la sociedad nacional, y exponen la omisión del Estado en cuanto su obligación de prevenir tales hechos lo mismo que en cuanto a castigar a quienes los perpetran.
En opinión de Alejandra González Godoy, socióloga y especialista en derechos de las mujeres, dijo, respecto a los dos primeros incidentes grabados, que “son brutales, ya que los agresores usan toda su fuerza para lastimar a sus parejas”.
“Es un caso de tentativa de femicidio, que lo comete el agresor, con una brutalidad desmedida, con violencia física, y se observa que quiere asesinar a la mujer, por el nivel de brutalidad, misoginia”, agregó, en referencia al caso capitalino.
“Si la situación hubiera ocurrido en su casa, sin la presencia de nadie que atestiguara la agresión, la mujer no estaría viva”, reflexionó, para agregar que “la brutalidad me sorprende”.
Al referirse a la agresión en alta Verapaz, dijo que “se asemeja más a lo que viven miles de mujeres en el país, que, junto con sus hijos, sufren de violencia”.
“Ese video muestra cómo la víctima -con su hijo en brazos, y el otro a la par-, recibe la agresión del individuo”, precisó.
“Tiene la misma brutalidad (que el primero), pero es mucho más preocupante, porque están los hijos presentes”, reflexionó.
“Es más grave porque hay violencia física contra la conviviente, pero también psicológica contra los niños”, dijo, para recomendar, a continuación, que “se debe analizar si no agrede a uno de los menores”.
Por su parte, Claudia Hernández, directora de la no gubernamental Fundación Sobrevivientes, dijo que “en los dos casos, se observa el poder que el hombre cree tener sobre la mujer, y eso es preocupante”.
Sobrevivientes es una fundación que se define como una institución que aporta a que “las mujeres, niñez y adolescencia sobrevivientes de la violencia, alcancen la justicia y reconstruyan su proyecto de vida, convirtiéndose en agentes de cambio”.
Al referirse a la violencia machista, en términos generales, Hernández dijo, a Prensa Libre, que “los agresores, incluso, creen que, al cometer esos hechos, van a quedar en la impunidad (…) la evidencia así lo señala”.
“El asunto en estos casos es que quedaron documentados en video, y eso hace que los entes estatales encargados deban investigar a profundidad, y proteger a las víctimas”, precisó.
“Esto es un ejemplo claro de lo que, al final, pasa cuando las autoridades son lentas a la hora de impartir las normativas que existen en el país para garantizar la protección”, planteó.
La especialista aclaró, a continuación, a manera de denuncia, que, en tal contexto, “aunque se denuncie, tenemos el problema que puede ser que les den una medida de seguridad -o no-, o el proceso de investigación tarde meses, e incluso años”.
Además de que “esto no significa que siempre va a llegar a un juicio”, a lo que se suma el hecho de que, “cuando se llega a esa instancia, las sentencias son menores a los 5 años, sólo pagan la conmutabilidad, y salen libres”, precisó.
Al conceptualizar la brutalidad machista exhibida en esos materiales audiovisuales, Hernández planteó que ello “muestra la forma en que se sigue agrediendo a las mujeres, en el país”.
“Estos casos recientes no sólo confirman que los hechos han aumentado, sino que la brutalidad ha quedado evidenciada como se denuncia en los órganos correspondientes”, subrayó.
En la visión de Karla Campos, dirigente del no gubernamental Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), los casos revelados “demuestran, una vez más, que ser mujer, en Guatemala, es un riesgo bastante alto”.
El GAM fue creado en 1984, en el marco de la guerra interna (1960-1996) guatemalteca, como organización defensora de los derechos humanos, y su labor le significó la nominación, en 1986, al Premio Nobel de la Paz.
Campos aclaró que “las mujeres, al igual que los hombres, somos susceptibles de que violen nuestros derechos humanos, pero lo que pasa es que la forma en que violentan, a las mujeres, tiene un componente, además de violencia: uno emocional”.