Es muy probable que un gran número de lectoras tengan algún conocimiento de mujeres que entraron en un mundo dominado por hombres y se destacaron internacionalmente en varias áreas de acción política y social, como Cleopatra, la gran emperatriz de Egipto y última reina de la dinastía de los Ptolomeos; y Juana de Arco, la heroína que comandó al ejército francés en el siglo XV, logrando expulsar a los ingleses de su territorio.
Virginia Woolf, sobresalió por sus novelas, ensayos y su posición feminista, marcando la época del modernismo literario del siglo XX. Margaret Thatcher, recordada como “La Dama de hierro”, primera mujer en ser Primer Ministro del Reino Unido, al igual que Golda Meir en Israel. Igualmente son memorables las biografías de Isabel I de Inglaterra, Coco Chanel, Frida Kalo, Amelia Earhart y Eva Perón. Pero nada o poco conocemos de algunas mujeres que han impactado con su trabajo la vida de la sociedad contemporánea.
Una de ellas es Grace Murray Hopper (1906-1992), científica de la computación y también una militar estadounidense, con grado de contraalmirante, considerada una pionera en el mundo de las ciencias de la computación. Fue la primera programadora que utilizó el Mark I y entre las décadas de los 50 y 60, desarrolló el primer compilador para un lenguaje universal de programación conocido como COBOL (COmmon Business-Oriented Language).
La rusa Valentina Teréshkova, (1937-), hija de campesinos y humilde trabajadora de un complejo textil de la ciudad de Yaroslavl, fue la primera mujer en viajar al espacio. Su afición por el paracaidismo fue el paso inicial en su camino hacia el cosmos en 1962, concretando una hazaña que le valió el reconocimiento mundial como una pionera de la era espacial.
Otra mujer poco conocida es Margaret Mead, antropóloga cultural estadounidense, que entre sus publicaciones se encuentra “Sexo y Temperamento en Tres Sociedades Primitivas”, un libro extremadamente influyente que se convirtió en la piedra angular del movimiento de liberación femenina. El escrito describe cómo las mujeres eran las que dominaban en la tribu Tchambuli (ahora Chambri) de Papúa Nueva Guinea (en el Pacífico Oeste) y la carencia de dominación masculina, sin causar ningún problema en especial, dejando claro que el patriarcado es una acción cultural aprendida.
La alemana Emmy Noether (1882-1935), considerada la madre de las matemáticas, hizo históricas contribuciones al álgebra abstracta y la física teórica. Desarrolló las teorías de anillos, campos y álgebras. En física, el teorema de Noether explica la conexión entre simetría y leyes de conservación.
Lise Meitner (1878-1968) fue una física austriaca que investigó la radiactividad y física nuclear, formando parte del equipo que descubrió la fisión nuclear, un logro por el cual su colega Otto Hahn recibió el Premio Nobel. Para algunos grupos científicos Meitner es considerada la “Madre de la energía atómica”.
La británica Ann Delia Derbyshire (1937-2001) fue una compositora de música, pionera en el ámbito de la música electrónica; experimentó con diversos sonidos para el medio radiofónico, televisivo, teatro y cine. Contribuyó esencialmente a popularizar la música electrónica y la experimentación sonora tanto en Gran Bretaña como en el resto del mundo.
Susan Kare, nacida en 1954, es una artista y diseñadora gráfica que ha creado muchos de los elementos de la interfaz para Apple Macintosh en la década de 1980. Trabajó como directora creativa de NeXT (empresa de Steve Jobs). A ella se le atribuye la creación del “pixel art”.
Son muchas más las mujeres que podrían formar parte de esta lista, como Sofía Casanova, Margaret Ann Bulkly, Rosalinda Franklin, Lizzie Siddal, Lee Hrasney, que deberían ser adecuadamente visibilizadas por la historia, para crear referentes de género y reivindicar sus aportes a la sociedad.
Por Yolanda Fernández Ochoa
Gerente Relaciones Corporativas Walmart