Los coordinadores de bodas (wedding planner) evitan a las parejas el desperdicio de tiempo, dinero y caer en situaciones peligrosas de estrés.
Al momento de comprometerse con su hoy esposo e iniciar con los planes de boda y casa, Irene Rodríguez tenía un tiempo libre bastante limitado: ella estudiaba su maestría, mientras que Jorge, su cónyuge, daba clases, además los trabajos de ambos les demandaban muchas horas.
Por ello decidieron contratar los servicios de un wedding planner: “una boda conlleva una preparación muy grande social y emocionalmente, pero para nosotros dos también era vital la parte espiritual, íbamos para un sacramento y esa preparación requería su tiempito”, indicó Rodríguez.
Hubo personas que trataron de disuadirlos y les decían que ese servicio de organizador era caro e inútil, ellos en cambio encontraron una persona que se encargó de detalles de los cuales no se percataban, le pagó a los proveedores, se puso de acuerdo con los invitados, acomodó gente en sus lugares y dio ideas muy interesantes.
“Si no lo hubiera tenido, me hubiera salido más caro en términos de que seguro me voy por las opciones onerosas y además hubiera necesitado tratamiento contra la gastritis”, afirmó Irene.
Precisamente esta es la función de los organizadores de bodas, ser el director de orquesta y quitarle a los futuros esposos esa presión de estar pendientes de la logística y demás de su ceremonia.
Servicios
Kitty Bregstein tiene alrededor de 10 años dedicada a ofrecer este servicio, ella comenzó como maestra de ceremonias, luego a montar eventos y después a atender este nicho en particular.
“El principal propósito de un wedding planner, además de proveer informaciones de todo tipo de servicio, es acompañar a los novios en este camino al altar” expresó Bregstein.
Similar criterio tiene Kenneth Chaves, él tiene seis años laborando en eventos y tres en la parte de bodas, le apasiona poder ofrecer al cliente lo que ha soñado para su matrimonio.
Para montar la ceremonia, tanto el wedding planner como los novios se reúnen para conocer el presupuesto y saber qué desean: decoración, música, comida, entretenimiento, mesa de postres, dinámicas para los invitados, etc.
Gustos hay muchos, en el caso de Chaves tiene clientes que realizan la boda en la playa, algunos quieren una ceremonia íntima, Bregstein le ha tocado organizar fiestas para 200 personas.
Trabajo de equipo
Tradicionalmente, la novia y su familia son los que coordinaban la fiesta, sin embargo esto va cambiando, Kitty Bregstein señaló que el dinero lo pone la pareja, por lo que ambos toman todas las decisiones, aunque siempre hay sus excepciones.
“Una vez me tocó un novio que escogió las flores, en otra ocasión la pareja estaba esperando bebé y ella prefirió dedicarse a su embarazo y yo vi con el prometido todos los detalles de la ceremonia”, manifestó.
Kenneth Chaves concuerda, pero admite que la novia está más pendiente de los detalles adicionales, y que hay muchos hombres que el día de la boda desean darle a su esposa alguna sorpresa y lo planean junto con ellos.
Oferta que crece
Cada vez son más las parejas que en nuestro país buscan quien les ayude con la coordinación de su ceremonia y la oferta crece, por ejemplo Weddings Costa Rica celebra hasta bodas verdes, propone papeles reciclados para los menús, eco logde para el evento y bolsas de regalo hechas por mujeres indígenas.
Event Planner brinda asesoría en decoración, catering service, maestro de ceremonias y hoteles. Gabriela Gutiérrez tiene en su página web una lista de las actividades realizadas las cuales incluyen matrimonios en Hacienda Tayupic en Sitio de Mata, Turrialba, Hotel Marriot, La Garita Country Club, Villa Caletas y Club Unión.
El sitio Travel Excelent ofrece una guía de cómo planificar la boda, ofrecen el servicio y cuenta con la certificación ISO 9001:2008.
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