Xiomara Castro, la presidenta electa de Honduras, anunció que, con su juramentación, una nueva era dará inicio para el país centroamericano.
La primera hondureña quien desempeñará el cargo, a partir del 27 de enero -para el cuatrienio 2022-2026- dijo que cuenta, para enfrentar esa responsabilidad, con un equipo de colaboradores comprometidos con el bienestar de la población.
Al recibir, el 31 de diciembre, la credencial que la confirma como la próxima presidenta de la República, aseguró que, como mujer, se plantea marcar la diferencia, en el contexto de crisis sociopolítica, económica, de seguridad, y sanitaria que golpea a la nación.
Por su parte, el presidente del Consejo Nacional electoral, Kelvin Aguirre, expresó que los resultados de la elección presidencial llevada a cabo el 28 de noviembre reflejaron la voluntad de la mayoría de los hondureños.
Aguirre también entregó las respectivas identificaciones, a los tres designados presidenciales (vicepresidentes) electos -Salvador Nasralla, Doris Gutiérrez, Renato Pineda-.
“Una nueva era comienza”, en el contexto de la historia nacional, que “se escribirá a partir del 27 de enero de 2022”, aseguró Castro, cuyo esposo, el ex presidente Manuel “Mel” Zelaya fue derrocado mediante el cruento golpe de Estado político-militar-institucional que se llevó a cabo el 28 de junio de 2009 -siete meses antes de finalizar su mandato constitucional (enero de 2006-enero de 2010)-.
Castro expresó que, para cumplir la tarea, cuenta con el apoyo de “hombres y mujeres comprometidos con el pueblo hondureño”.
La presidenta electa aseguró que el trabajo no será fácil, a causa de las críticas “condiciones en que se encuentra el país”, pero subrayó que “estoy preparada y lista para enfrentarlo”.
“Vamos a construir un Estado de derecho, una verdadera democracia”, planteó, a continuación,
En ese sentido, expresó reconocimiento “por este respaldo que nos han brindado, por creer en mí, por creer en ese compromiso que tengo, como mujer, de marcar una gran diferencia en nuestro país”.
En un mensaje que difundió, previamente, en la red social Twitter, agradeció, a los votantes, “por confiar en mí y apoyarme a derrotar esta dictadura”, en alusión al autoritario gobierno (2018-2022) del cuestionado y derechista gobernante saliente Juan Orlando Hernández.
“Cumpliré el mandato del pueblo de reconstruir el orden democrático”, tuiteó, a continuación.
Al entregar el documento a la primera presidenta de Honduras, Aguirre expresó que “la credencial representa la voluntad de los hondureños”.
“Fueron a votar, masivamente, en representación de esa soberanía popular”, agregó.
No obstante el contexto social nacional que se caracteriza por un enraizado machismo violento, Castro ganó la votación presidencial con margen de aproximadamente cinco millones de sufragios.
Las próxima gobernante reunió algo más de 1.7 millones de votos, frente a los aproximadamente 1.2 millones obtenidos por su principal adversario del gobernante Partido Nacional, Nasry “Tito” Asfura, el pintoresco alcalde capitalino conocido como “Papi a la orden”.
Casi 3.6 millones de hondureños estaban inscritos como electores.
En materia de política de género, el plan de gobierno de la mandataria electa incluye, puntualmente, nueve propuestas.
Se trata, en primer lugar, de “introducir la perspectiva de equidad de género mediante la participación de verdad paritaria en todo proceso político”, seguida de la intención de “aumentar el presupuesto para asegurar el abastecimiento de métodos de planificación familiar para las mujeres en los centros de salud y educativos”.
A continuación, aparece la iniciativa consistente en “facilitar la distribución, venta y uso de la PAE” -en alusión a la píldora anticonceptiva de emergencia-, medicamento “que permite interrumpir la fertilización en sus primeras horas”.
En el cuarto punto, se incluye propuesta referida a “despenalizar el aborto por 3 causales: 1. en caso de violación, 2. en caso de que la vida de la madre corra riesgo y de 3. malformaciones fetales que impidan una vida digna”.
De inmediato, “aprobar e implementar en todos los niveles educativos, la educación sexual integral que en primer lugar enseñe respeto para el otro”, además de “impulsar la reactivación económica y social mediante una estrategia de inserción y participación efectiva y beneficiosa de la mujer en la economía del país, que incluya el reconocimiento de todo tiempo laborado”.
También, “crear refugios de mujeres y niños víctimas/sobrevivientes de violencia”, además de “impulsar proyectos agroecológicos productivos en las comunidades, con miras a construir una alternativa de ingreso para las mujeres”.
La novena propuesta se refiere a “establecer un centro de atención integral especializado para mujeres migrantes que impulse la reinserción social para las mujeres migrantes retornadas”, en referencia a los miles de mujeres y niñas que, a causa de las diversas variantes de violencia de género, se ven obligadas a incorporarse a la masiva ola de migrantes hondureños quienes aspiran a hallar, principalmente en Estados Unidos, las oportunidades y la seguridad que su país de origen no les ofrece.
Las proyectadas iniciativas están contenidas en el quinto de los 16 capítulos de que consta, en 68 páginas, el Plan de Gobierno para Refundar Honduras 2022-2026.
Castro reemplazará, en la presidencia hondureña, a Hernández, señalado por múltiples hecho de corrupción -entre ellos, vínculo con el narcotráfico-.