Aventajado por una decena de países latinoamericanos, Estados Unidos lleva por primera vez la imagen de una mujer a su moneda.
Estados Unidos está por estrenar billete de 10 dólares, con la novedad de que se cambiará la imagen, para, en un hecho sin precedente en ese país, incluir el rostro de una mujer.
La decisión, vista en ese país como un avance en materia de equidad de género, llega con rezago respecto a América Latina, donde, sin perjuicio del machismo imperante, por lo menos una decena de países ilustran billetes de diferentes denominaciones –por lo general altas-, con imágenes de mujeres cuya huella independentista, cultural, política es imborrable.
En el caso de Estados Unidos, la figura fue seleccionada a partir del insumo de una encuesta con participación de más de 250 mil personas, quienes, entre 15 candidatas, optaron por Harriet Tubman, una vanguardista en la defensa de los derechos humanos.
Se trata de la hija –entre nueve hermanos- nacida, alrededor de 1822, de padres esclavos, en el estado de Maryland, ubicado en el sector central de la oriental costa atlántica del país.
Además de esclava, Araminta Ross –hija de Harriet Greene Ross y de Ben Ross, quien adoptó el nombre de su madre y el apellido del primero de sus dos esposos –John Tubman, su cónyuge desde 1841 hasta 1851-, fue enfermera durante la guerra civil estadounidense (1861-1865) entre estados esclavistas y abolicionistas, promotora del voto femenino, y activista de derechos humanos.
Su aporte en derechos humanos
Pero Tubman, de intensa fe cristiana, es principalmente conocida por su actividad clandestina, como “maquinista” del “Ferrocarril Subterráneo” (“Underground Railroad”), estructura secreta de liberación de esclavos en la que fue decisiva participante.
El tren era, en realidad, una amplia red de rutas y de casas de seguridad mediante la cual miles de esclavos –familias, en gran proporción- fueron llevados, desde los sureños estados esclavistas hasta estados norteños, donde no existía la esclavitud, y también a la vecina Norteamérica Británica –la actual Canadá-, territorio entonces bajo dominio colonial británico, que abolió, en 1830, esa práctica.
Algunas rutas también llevaban a México y a la entonces colonia española de La Florida.
Históricamente, los regímenes represivos –sean políticos, laborales, o de pareja- han agudizado la creatividad de los oprimidos, contexto en el cual esta estructura fue ingeniosamente denominada como “ferrocarril”, y sus numerosos integrantes –negros lo mismo esclavos que libres, así como blancos antiesclavistas- usaban terminología ferroviaria, para proteger su intensa actividad humanista clandestina.
Los guías, a lo largo de las diferentes rutas, eran “maquinistas”, las casas de seguridad eran “estaciones” o “paraderos”, los propietarios de las viviendas donde se ocultaba a los esclavos eran “jefes de estación”, los esclavos en fuga eran “pasajeros” o “carga”, quienes financiaban la red eran “accionistas”.
En virtud de que conducía, a sus pasajeros, al “paraíso” -o a la “tierra prometida”-, el singular ferrocarril también era conocido como “el tren de la libertad”, y como “el tren del evangelio”.
Según diversos cálculos históricos, para 1850, la red creada al inicio del Siglo 19 había permitido la fuga de aproximadamente cien mil esclavos, y, en su momento de mayor actividad –de 1850 a 1860-, el tren había transportado alrededor de mil personas por año a la libertad.
La selección de la imagen
Integrante del grupo de 15 mujeres estadounidenses candidatas a ser la imagen del billete, Tubman fue la favorita.
La idea surgió en 2014, con la organización feminista Mujeres en los de 20 (Women on 20’s), promotora de la iniciativa para incorporar, a mujeres históricamente destacadas, a la moneda norteamericana, en reemplazo del sétimo presidente estadounidense (1829-1833, 1833-1837), Andrew Jackson.
El ex gobernante ha estado desde 1928 en el billete, donde, a su vez, sustituyó a uno de sus sucesores –Grover Cleveland (1893-1897)-.
La organización se planteó el objetivo de convencer al presidente estadounidense, Barack Obama, de que es tiempo de dar presencia de mujer a la moneda de papel del país, algo a lo cual el mandatario se mostró receptivo.
Quizá un elemento de fuerte influencia en Obama fue la carta que Sofía, una niña de nueve años, dirigió a su presidente.
“Le escribo para saber por qué no hay muchas mujeres en los dólares/monedas para los Estados Unidos”, indicó Sofía –quizá, la feminista más joven de Estados Unidos-.
“Creo que tendría que haber más mujeres” en la moneda norteamericana, “por las cosas importantes que han hecho”, agregó, en el breve texto manuscrito, cerrado con la solicitud de “por favor, escríbame”, seguida por su nombre.
A continuación, Sofía presentó “mi lista de mujeres (quienes) pueden estar en dólares/monedas para los estados unidos”, una nómina de doce candidatas, incluidas Tubman y la primera dama, Michelle Obama.
También propuso a las ex primeras damas Eleanore Roosevelt (1933-1937, 1937-1941, 1941-1945) y Hillary Clinton (1993-1997, 1997-2001).
Igualmente, a Rosa Parks, la activista de derechos civiles quien, en 1955, en Montgomery, la capital del sureño estado segregacionista de Alabama, desobedeció la orden de un conductor de autobús al negarse a ceder su asiento –en la sección para personas “de color”-, a una mujer blanca, una vez ocupados todos los asientos de la sección “para blancos”.
Otra de sus candidatas fue la escritora, conferencista y activista política socialista Helen Keller, quien, al graduarse en 1904, se convirtió, a los 24 años, en la primera persona sordomuda en obtener el grado de bachiller en artes.
Durante un reciente discurso, en julio, Obama relató que “la semana pasada, una niña me escribió preguntándome por qué no hay mujeres en nuestra moneda. Y, luego, me dio una larga lista de posibles mujeres a poner en nuestros billetes de dólar, y nuestras monedas de cuarto de dólar, y eso, algo que me pareció una idea bastante buena”.
Sofía, quien escribió la carta independientemente de la campaña de Women on 20’s, ahora colabora con la iniciativa, según versiones periodísticas estadounidenses.
Según lo anunciado por el Departamento del Tesoro, el billete a modificar no será el de 20 sino el de 10 dólares, y el personaje a reemplazar no será Jackson sino el primer secretario del Tesoro de Estados Unidos (1789-1795), Alexander Hamilton.
De acuerdo con autoridades del Departamento del Tesoro, es necesario rediseñar el billete, para introducirle nuevos componentes antifalsificación, y, una vez renovado, se prevé que circule a partir de 2020, mientras el papel de 20 dólares fue sometido, en 2003, al rediseño de seguridad.
Imagen de mujeres en billetes en América Latina
La irrupción femenina en una denominación monetaria de Estados Unidos, sin precedente para ese país, no es, en lo absoluto, novedad en América Latina, donde por lo menos una decena de naciones ilustra billetes con imágenes de mujeres históricamente relevantes.
Los personajes cubren áreas nacionales tan diversas como la lucha por la independencia, la política contemporánea, la cultura, la religión.
De sur a norte, los mil pesos de Uruguay enmarcan la imagen de la poeta y prosista Juana de Ibarbourou (1892-1979), quien en 1929 recibió el título de “Juana de América”, que le fue entregado en el Palacio Legislativo (sede parlamentaria), ante numerosos colegas, por el escritor uruguayo Juan Zorrilla de San Martín (1855-1931).
La brasileña Cecilia Meireles (1901-1964), una escritora y artista plástica considerada como un ícono de la literatura en portugués, quien, entre otros y variados galardones, recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de Nueva Delhi, en India, y fue nombrada oficial de la Orden del Mérito, de Chile, ilustra los 100 reales.
Por su parte, Argentina lleva, en sus billetes de cien pesos, la imagen de la actriz Eva Perón (1919-1952), quien, como primera dama, desarrolló intensa actividad de solidaridad social, incluyendo el exitoso impulso a la ley sobre voto de las mujeres -aprobada en 1947-.
Entretanto, en los cinco mil pesos de Chile se observa a la escritora Gabriela Mistral, la primera latinoamericana galardonada, en 1945, con un Premio Nobel –precisamente, el de Literatura-.
La mediterránea Bolivia muestra, en sus mil pesos, a Juana Azurduy (1780-1862), jefa guerrillera de Alto Perú –la actual Bolivia- en la lucha armada contra la dominación colonial española, a quien el libertador latinoamericano Simón Bolívar (1783-1830) confirió el grado de coronel.
La imagen de otra luchadora por la independencia –en este caso, de Venezuela-, está en los nuevos billetes de 20 bolívares, y es la de Luisa Cáceres de Arismendi (1799-1866), casada con el general independentista venezolano Juan Bautista Arismendi, y cuyo trabajo por la libertad le significó prisión.
En la vecina Colombia, Policarpa Salvatierra –conocida como “La Pola”- (1795-1817), observa, desde los billetes de 10 mil pesos, a los actuales habitantes del país que, decididamente, ayudó, desde los 14 años, a liberar del dominio colonial español, y cuyo desempeño como espía del movimiento por la independencia le significó el fusilamiento.
Mientras en la más cercana Centroamérica, la escritora María Isabel Carvajal –conocida como Carmen Lira- (1887-1949) lanza una fuerte mirada desde los billetes de 20 mil colones de Costa Rica, el país donde fue, además, docente, activista cívica, dirigente comunista.
Y, más al norte, colindando con Estados Unidos mediante frontera terrestre superior a tres mil kilómetros, dos denominaciones de la moneda de México llevan imagen de mujer: los 500 pesos, con Frida Kahlo, y los 100 pesos, con Juana de Asbaje –religiosa católica conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, o, sencillamente, Sor Juana-.
Kahlo (1907-1954), fue una pintora y poeta, casada con el pintor comunista mexicano Diego Rivera (1886-1957), y se constituyó en símbolo del feminismo, por haber roto con los convencionalismos sociales de la época.
Sor Juana (1651-1695) es considerada como exponente del período artístico y literario español conocido como el Siglo de Oro (aproximadamente 1492-1681).
La equidad de género en este campo tiene en Australia una de sus manifestaciones más claras, ya que los diferentes billetes del dólar de ese país presentan, en un lado, la imagen de una ciudadana destacada, y, en el otro, la de un ciudadano destacado.
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