Quienes se animan a explorar fuera de su zona de confort suelen descubrir soluciones novedosas a problemas que antes parecían imposibles

En un mundo cada vez más conectado y en constante cambio, quedarse solo con lo que conocemos es como intentar construir una casa con un solo tipo de herramienta, puede funcionar para algo básico, pero nos limita frente a desafíos nuevos o complejos. Vivir solo desde nuestra disciplina profesional nos hace más vulnerables; por eso, aprender más allá de nuestras fronteras no solo nos enriquece como personas, sino que también nos vuelve más flexibles, creativos y comprensivos.

Conocer historia, por ejemplo, nos ayuda a entender cómo llegamos hasta aquí y por qué las cosas son como son. Saber un poco de psicología mejora la forma en que nos relacionamos con los demás. Tener nociones de tecnología o economía nos permite tomar decisiones más conscientes; incluso el arte o la filosofía tienen mucho que enseñarnos, nos ayudan a pensar con más profundidad, a cuestionar lo obvio y a encontrar belleza en lo cotidiano.

Pero no se trata solo de saber por saber. La verdadera magia está en conectar saberes. Muchas de las grandes innovaciones del mundo han surgido precisamente donde dos o más disciplinas se cruzan, la medicina con la inteligencia artificial o la política, el diseño con la ingeniería, o la ecología con la arquitectura. Quienes se animan a explorar fuera de su zona de confort suelen descubrir soluciones novedosas a problemas que antes parecían imposibles.

Por eso, no debemos dejar de aprender nunca y en mi caso eso fue instruido por mi madre. La curiosidad nunca debe tener límites. Estudiar otras áreas, desarrollar nuevas habilidades y abrirnos al conocimiento diverso no nos aleja de lo que somos, sino que nos complementa y nos hace más humanos. Al final, el conocimiento es como un árbol, si sus raíces son profundas y sus ramas se extienden hacia muchos lados, será más fuerte, resistente y capaz de dar buenos frutos.

Como dijo alguna vez Pascal: «Saber un poco de todo, y todo de algo». Ese camino no solo nos acerca a una vida más plena, también nos ayuda a construir un mundo más inteligente, justo y humano.

Foto: JJ Jordan