Cuando las mujeres alcanzan puestos de poder, la recompensa es clara: las empresas con un mayor número de mujeres en puestos de liderazgo obtienen sistemáticamente mejores resultados que otras

Las mujeres ocupan tan solo el 27 por ciento de los escaños parlamentarios y el 30 por ciento de los puestos directivos. A este ritmo la igualdad en la esfera del liderazgo tardará 100 años en llegar. Las cuotas demuestran lo que se puede conseguir –en algunos países han hecho posible duplicar la proporción de mujeres que ocupan escaños parlamentarios–, pero los avances siguen siendo dolorosamente lentos.

Los obstáculos empiezan mucho antes de que las mujeres lleguen a la sala de juntas. Unos 708 millones de mujeres quedan excluidas del mercado laboral debido a los cuidados no remunerados y la pobreza de tiempo. Incluso aquellas que trabajan se ven empujadas hacia empleos con salarios más bajos y con menos oportunidades para ascender. Sin embargo, cuando las mujeres alcanzan puestos de poder, la recompensa es clara: las empresas con un mayor número de mujeres en puestos de liderazgo obtienen sistemáticamente mejores resultados que otras, lo que demuestra que cuando las mujeres tienen igualdad de acceso a las oportunidades, el crecimiento y la innovación prosperan.

A medida que se afianza la revolución de la inteligencia artificial (IA), el mundo se enfrenta a una nueva y profunda transformación, y se corre el riesgo de perpetuar la desigualdad si no aprendemos de los errores del pasado. Las mujeres solo representan alrededor del 29 por ciento de la fuerza laboral en tecnología a escala mundial y tan solo el 14 por ciento del personal directivo en el sector tecnológico. Además, casi el 28 por ciento de los puestos de trabajo ocupados por mujeres están en peligro de cara a la IA, frente al 21 por ciento de los desempeñados por hombres.

Sin embargo, el futuro digital también podría ser un ecualizador importante. Cerrar la brecha digital de género podría beneficiar a 343 millones de mujeres y niñas, sacar a 30 millones de la pobreza extrema, mejorar la seguridad alimentaria de 42 millones e impulsar un crecimiento mundial de 1,5 billones de dólares de aquí a 2030.

Las mujeres son las más afectadas por los conflictos y el caos climático

En 2024, 676 millones de mujeres y niñas vivían a menos de 50 kilómetros de conflictos mortales, la cifra más alta en décadas. Al mismo tiempo, los factores de estrés relacionados con el cambio climático, como las inundaciones, sequías y altas temperaturas potencialmente letales, se están intensificando, y las mujeres son las primeras en sentir sus efectos.

Esto implica caminar mayores distancias para conseguir agua, perder ingresos cuando fracasan las explotaciones agrícolas y pesqueras o vivir en peligro en refugios inseguros. El cambio climático por sí solo podría empujar a otros 158 millones de mujeres a la pobreza de aquí a 2050, casi la mitad en África Subsahariana. Sin embargo, se continúa excluyendo a las mujeres de las negociaciones de paz y de la planificación de las catástrofes climáticas.

Las soluciones pueden ser sencillas. Se calcula que, si se invirtieran 8.000 millones de dólares anuales en combustibles limpios para cocinar, podría obtenerse un ahorro de 192.300 millones de dólares en salud y tiempo para las mujeres y niñas, además de importantes recortes de las emisiones de carbono, con lo que la rentabilidad sería 24 veces superior a la inversión. En cambio, los costos de la inacción podrían elevarse a 800.000 millones de dólares.

Fuente: ONUMujeres

Foto: Vlada Karpovich