En contextos frágiles, las mujeres y las niñas tienen una probabilidad casi 8 veces mayor que los hombres de vivir en la pobreza; corren un mayor riesgo de sufrir violencia y de perder sus bienes e ingresos
En la actualidad, 614 millones de mujeres y niñas viven en zonas afectadas por conflictos. Desde Palestina hasta Ucrania, pasando por Haití, el Sudán y el Afganistán, su número aumenta a medida que se intensifican los conflictos geopolíticos, el cambio climático y las crisis sanitarias y alimentarias.
Cuando se produce una crisis, las mujeres y las niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencia de género y de perder sus bienes e ingresos. En contextos frágiles, las mujeres y las niñas tienen una probabilidad casi 8 veces mayor que los hombres de vivir en la pobreza, y en todas las regiones del mundo sufren niveles más altos de inseguridad alimentaria. Sin embargo, las infraestructuras financiera y asistencial siguen fallando a las mujeres, con consecuencias devastadoras. Menos del 1% de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) va destinada directamente a organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres. Es urgente poner a disposición de las organizaciones locales de mujeres una financiación fiable, flexible y plurianual.
Afganistán
Un informe de Amnistía Internacional titulado la mujer en Afganistán, sostiene que las vidas de cientos de miles mujeres y niños afganos han quedado destrozadas debido a la situación catastrófica de los derechos humanos que ha asolado Afganistán en los últimos tres años.
Los grupos armados han matado a mujeres indefensas en sus hogares, las han golpeado con brutalidad o las han violado. Se cuentan por decenas las muchachas raptadas a las que luego se violó, se convirtió en esposas de los jefes de estos grupos o se vendió para que sirvieran de prostitutas. Algunas se suicidaron para evitar este destino. Según los informes recibidos, decenas de mujeres han “desaparecido” y varias han sido lapidadas. Muchas mujeres están traumatizadas por los terribles abusos de las que fueron víctimas o testigos.
Desde que los talibanes prohibieron el trabajo de las mujeres en 2022, muchas organizaciones de mujeres han luchado por seguir apoyando a las mujeres en sus comunidades. Sin embargo, las mujeres afganas no se rinden; continúan luchando sin miedo cada día para vivir la vida que ellas mismas eligen.
Desde los escombros de los países devastados por la guerra hasta los campos de batalla del cambio climático y la crisis económica, las organizaciones de mujeres proporcionan servicios esenciales, esperanza y un salvavidas a sus comunidades. A partir de las palabras de cinco mujeres inspiradoras, descubrirá por qué invertir en las mujeres es el camino hacia un planeta sano, comunidades pacíficas y economías justas.
Gaza
En Gaza, más de 2 millones de palestinas y palestinos se enfrentan actualmente a unas condiciones de vida inhumanas. Gaza se ha convertido en una crisis de protección para las mujeres. Desde su estallido, cerca de un millón de mujeres y niñas se han visto desplazadas y dos madres mueren cada hora.
Sin embargo, las organizaciones dirigidas por mujeres y dedicadas a la defensa de los derechos de la mujer siguen trabajando y proporcionando un salvavidas a las comunidades en las que desarrollan sus actividades. Un análisis de ONU Mujeres muestra que el 83% de las organizaciones de mujeres encuestadas en la Franja de Gaza se encuentran operativas al menos parcialmente; su labor se centra, sobre todo, en la respuesta de emergencia. Sin embargo, tan solo el 0,09% de la financiación del llamamiento urgente de 2023 se ha destinado directamente a organizaciones nacionales o locales de defensa de los derechos de las mujeres.
Antes de que comenzara el bombardeo militar israelí de Gaza en octubre de 2023, el Centro contaba con una plantilla total de 100 trabajadoras y trabajadores y atendía a más de 170.000 personas al año.
El Centro ayuda a las personas más vulnerables, comparte historias de experiencias de mujeres y documenta el impacto de la guerra y las necesidades urgentes de las mujeres.
Ucrania
Halyna Skipálska, directora de la Fundación Ucraniana para la Salud Pública, una organización local de la sociedad civil apoyada por el Fondo para la Mujer, la Paz y la Acción Humanitaria de las Naciones Unidas y ONU Mujeres en Ucrania, presta servicios de asesoramiento a un grupo de mujeres desplazadas en uno de los centros de transición que gestiona la citada fundación en Kiev, Uzhhorod y Lviv.
Desde febrero de 2022, cuando Rusia inició su invasión de Ucrania a gran escala, Skipálska y sus colegas se convirtieron en el “equipo de respuesta inicial”, proporcionando suministros esenciales, servicios de salud y apoyo psicosocial a las personas desplazadas internas de toda Ucrania.
Dos años después del estallido de la guerra, millones de personas siguen desplazadas en Ucrania y el 80% de los casi 6 millones de personas refugiadas y solicitantes de asilo son mujeres, niñas y niños.
Ante la avalancha de informes sobre violencia sexual relacionada con el conflicto y graves violaciones de los derechos de las mujeres, la organización de Skipálska se asoció con el Fondo para la Mujer, la Paz y la Acción Humanitaria de las Naciones Unidas y con ONU Mujeres Ucrania para crear una plataforma virtual, SafeWomen Hub, con el fin de concienciar y prestar servicios de apoyo en salud mental a mujeres y niñas desplazadas, supervivientes de violencia sexual y de género y víctimas de la trata de seres humanos. Asimismo, el Centro ayudó a las organizaciones locales de mujeres a adaptarse a la evolución de la crisis y a mejorar su capacidad para identificar y atender a las supervivientes de la violencia.
En los dos últimos años, más de 13.000 mujeres y niñas han recibido ayuda a través de la plataforma, que opera a través de los medios sociales (principalmente Facebook, Instagram y Telegram) y a la que se puede acceder fácilmente con un teléfono inteligente o una tableta. Un total de ocho equipos móviles de atención en situaciones de crisis ofrecen apoyo a familias y niñas y niños en situación de desplazamiento interno y prestan servicios de respuesta de emergencia, así como asesoramiento psicológico y jurídico, entre otros. También ayudan a distribuir kits humanitarios y artículos de primera necesidad a las personas desplazadas.
Foto: Алесь Усцінаў
*Editado de ONU Mujeres Noticias: