La obra de William Shakespeare, escrita en 1595, retrata las fortalezas e inseguridades de dos mujeres, Hermia y Helena.
El Teatro Nacional presenta en junio “Sueño de una noche de verano”, una de las obras más representativas del escritor William Shakespeare, escrita en 1595 y que retrata a dos mujeres cuyas historias reflejan muy bien lo que seguimos viviendo en el 2016.
El primer personaje interesante es Hermia, interpretada por Adriana Víquez, ella es una joven que se enamora de un hombre pobre, Lisandro (Carlos Rodríguez), pero su padre desea casarla con Demetrio (Dennis Quirós).
Acuden a donde Tesseo (Miguel Ángel Hernández), soberano del reino, para que él la obligue a cumplir con el matrimonio, según la ley si ella se niega es condenada a muerte o encerrada en un convento.
Hermia y Lisandro huyen, en su camino se topan al otro personaje clave, Helena, la mejor amiga de Hermia, enamorada de Demetrio, sumamente insegura de sí misma y no le importa que él la humille, solo quiere estar a su lado y ser su sombra.
Visión del autor
1595 eran otros tiempos, pero los dos personas femeninos se amoldan muy bien a la realidad: hay hombres que creen que las mujeres son su propiedad y los tienen que obedecer, ellas deben seguir sus reglas, eso lo vemos en países de Medio Oriente, incluso en menor grado en sociedades machistas latinoamericanas donde el acoso callejero y las agresiones físicas y/o psicológicas son el pan de cada día.
Aún así, Hermia se rebela contra su padre y las leyes atenienses y sigue su corazón: “es una mujer de carácter fuerte, segura de sí misma, muy adelantada para su época y ella lo único que quiere es estar al lado del hombre que ama, aunque su padre se oponga”, comentó Víquez acerca de su personaje.
Helena es la otra cara de la moneda, una mujer bella pero con una autoestima por los suelos, vive celosa de Hermia y se humilla ante Demetrio, él no la trata mal, solo le pide que se aleje, pero ella hace oídos sordos: “trátame como a tu perro, pero déjame estar a tu lado”, es una de sus frases.
Representa a aquellas damas pendientes de la vida de los demás, que siguen sin amarse a sí mismas y se comparan con sus pares, detrás de un hombre que no la pretende y a la que no le importa, solo quiere estar con él.
“Helena realmente es una chica normal, con las inseguridades que tenemos todas las jóvenes, está muy enamorada de Demetrio que en algún momento le correspondió pero se fijó en su mejor amiga, creo de ahí nace este conflicto interno, las inseguridades, comparaciones con Hermia, entonces lo que Helena decide es tomar el asunto en sus manos y conquistarlo de diferentes maneras”, expresó Silvia Baltonado.
Hay frases bastante llamativas que igual se aplican a nuestros días, por ejemplo que una mujer rica no puede casarse con un hombre pobre, o una persona mayor con alguien mucho más joven, incluso, no poder vivir el amor libremente porque la sociedad los condena.
Al final de la obra y con ayuda de seres mágicos que habitan en el bosque, el amor triunfa y ambas parejas quedan juntas, Hermia y Lisandro defendieron su amor, mientras que Helena cumplió su sueño de estar con Demetrio.
Shakespeare pudo darle otro giro a la historia y obligar a Hermia a cumplir con las leyes, pero honró su temperamento fuerte, dejó esa parte romántica y le dio a Helena su recompensa.
Montaje
En la obra participan 23 actores, el vestuario y la escenografía son sencillamente maravillosos, igual que la música, incluso los actores cantan en una parte del montaje.
Las presentaciones serán los días 3, 4 y 7 de junio en horario de las 8 pm, el 5 de junio la función es a las 5 pm. El costo de las entradas es ¢12 mil luneta y butaca, ¢10 mil palco y platea, ¢7 mil galería, se pueden comprar en la boletería del Teatro Nacional o en la dirección www.teatronacional.go.cr, ciudadanos de oro y estudiantes tienen un 50% de descuento.