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Transfobia invade gobierno británico

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Medicina, ciencia, y seguridad son tres áreas del gobierno británico que aparecen invadidas por la transfobia, en particular contra las mujeres transgénero, en tres ministerios que anuncian medidas discriminatorias

Los ministros Steve Barclay (Salud y Atención Social), Michelle Donelan (Ciencia, Innovación y Tecnología), y Suella Braverman (Interior) formularon anuncios, en ese sentido, al participar en la conferencia (congreso) que el gobernante y derechista Partido Conservador programó para llevar a cabo del 1 al 4 de octubre, en la nororiental ciudad inglesa de Manchester, informaron diferentes medios de comunicación.

En el caso del sector salud, Barclay informó que proyecta implementar cambios en las normas que rigen el Sistema Nacional de Salud (National Health System, NHS) -previa consulta popular, antes del cierre de este año-.

Las modificaciones incluyen la prohibición de que mujeres trans ingresen, en los hospitales británicos, a las áreas destinadas exclusivamente para la atención de población femenina, indicó el ministro.

“Cambiaremos la normativa del NHS, tras una consulta a finales de este año, para asegurarnos de que respetamos la privacidad, la dignidad, y la seguridad de todos los pacientes”, anunció.

“Reconocemos la importancia de las diferentes necesidades biológicas, y protegemos los derechos de las mujeres”, en un esfuerzo “para asegurar que la dignidad de la mujer es protegida y su voz escuchada”, dijo, usando el argumento que la transfobia universal utiliza para discriminar a la comunidad femenina transgénero de diferentes áreas, desde los deportes hasta la salud.

Según el ministro, se trata de “recuperar el sentido común, respecto al sexo y a la igualdad”, en la red de hospitales a nivel nacional, la que, de acuerdo con lineamientos implementados desde 2021, en el NHS, proporciona acceso, a las diferentes salas de los centros de atención médica, según el género con el cual se identifican quienes buscan esos servicios profesionales.

Al respecto, planteó que la idea consiste en “impedir que las mujeres trans sean tratadas en las mismas salas que las mujeres cisgénero (cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer)”.

Como paso previo, “se ha restablecido el lenguaje específico, por sexo”, en los sitios de los respectivos servicios del NHS en Internet.

Ello significa, por ejemplo, que se utiliza la palabra “mujeres”, en lugar de expresiones de naturaleza inclusiva, usadas hasta ahora, tales como “personas con útero”.

Entretanto, en el área científica -que, por su naturaleza, tendría que ser territorio libre de prejuicios-, Donelan informó que ordenará un estudio referido “al tratamiento del sexo y el género, en la investigación científica”.

“Estamos despolitizando la ciencia, porque la ciencia es la fuerza más extraordinaria para el bien, desde curar enfermedades hasta cultivar nuestros alimentos, y debemos mantenerla así”, dijo.

En ese sentido, aseveró que “es un absoluto disparate, instar, a los organismos públicos, a recopilar datos sobre el género autoidentificado, en lugar del sexo biológico”.

Además, la ministra lanzó una amenaza a los sectores opuestos a la transfobia. “Para quienes piensan que tienen derecho a imponer esta absoluta tontería, en la ciencia, que salga, hoy, este mensaje, desde esta sala de conferencias: estamos salvaguardando la investigación científica, de la negación de la biología y el constante avance de la corrección política”, planteó, procurando, por medio de la intimidación, anular el derecho al libre pensamiento y a la libre expresión.

Como parte de su mensaje autoritario, Donelan advirtió que los jerarcas quienes la acompañan en el ministerio, “en el transcurso de seis meses, presentarán una serie de recomendaciones sólidas, al respecto”.

Se trata de un irreversible y exhaustivo “esfuerzo por proteger la integridad de la ciencia”, lo mismo que por “permitir que nuestra comunidad científica -de clase mundial- realice su trabajo, con precisión”, de acuerdo con el criterio defendido por la ministra, una dirigente política quien, entre otras actividades, se desempeñó en la revista World Wrestling Entertainment (Espectáculos en Lucha Libre Mundial, WWE).

Por su parte, Braverman aportó a la transfobia del Partido Conservador, cuando anunció, a sus correligionarios, que “presentaremos una legislación para impedir que los delincuentes sexuales puedan cambiar sus identidades”.

En la opinión de la ministra de Interior, “es tiempo de preocuparse menos por los derechos de los depredadores sexuales, y más por los derechos de las víctimas”.

La funcionaria se apoyó así, en términos generales, en razonamientos característicos de gobiernos que implementan políticas de fuerza, como única manera de combatir fenómenos delictivos que socavan la seguridad ciudadana.

Según las versiones periodísticas, los anuncios de los tres ministros, generaron reacciones divididas.

En el bando favorable a la transfobia, específicamente en relación con lo planteado por el ministro de Salud, una exponente fue Maya Forstater, dirigente de la derechista organización Sex Matters (El Sexo Importa).

“La noticia es fantástica”, para quienes combaten “años de adoctrinamiento de la ideología de género”, aseguró.

De acuerdo con el razonamiento de Forstater, “los transactivistas han estado causando estragos en todo el sector de la salud, desde la eliminación del lenguaje basado en el sexo en la salud de las mujeres hasta insistir en que la identidad de los trabajadores del NHS prevalece sobre los derechos de los pacientes a recibir atención diferenciada por sexo”.

Entre las voces opuestas a esa tendencia, Cleo Madeleine, portavoz de la organización benéfica Gendered Intelligence (Inteligencia con Género), lo anunciado por el trío conservador anticipa un panorama de agudización de la transfobia a nivel institucional estatal.

Los prejuicios impiden que las personas transgénero procuren, libremente, la atención que requieran en materia de salud, precisó la representante de la oenegé caracterizada por ser dirigida por integrantes de esa comunidad.

“Las personas trans, ya tienen menos posibilidades de buscar atención médica, porque les preocupa ser juzgadas”, denunció.

También advirtió que “anuncios como este, simplemente, refuerzan esos temores”.

 

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